Luego de alcanzar nuevos máximos históricos (ATH) por encima de los u$s68.500 por unidad el miércoles 10 de noviembre pasado, el precio de Bitcoin (BTC) se derrumba y se lleva a gran parte del mercado por delante.
Tan solo este 16 de noviembre, la criptomoneda más popular cayó alrededor de 7%, ubicándose en torno a los u$s60.000 por unidad, a menos de una semana de haber alcanzado su record del pasado 10 de noviembre, de acuerdo a CoinMarketCap.
Si bien la tendencia a la baja es contínua desde hace algunos días, entre las causas del derrumbe de hoy se encuentran las declaraciones del director financiero de Twitter y una nueva medida de parte de China contra el mercado.
En primer lugar, el ejecutivo de Twitter, Ned Segal, resaltó en una entrevista al Wall Street Journal que invertir en monedas digitales "carece de sentido ahora mismo".
Por otro lado, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC) en China reafirmó su decisión de perseguir a la minería cripto en su territorio, una iniciativa que ya lleva varios meses y que ya desterró a cientos de granjas mineras de su país.
En concreto, la nación asiática advirtió que intensificará el control que las empresas estatales hagan sobre toda actividad relacionada con criptoactivos, consideradas ilegales, recordando que estas divisas no están emitidas "por autoridades monetarias" y que "no son reales".
En la plataforma de compra y venta de criptomonedas Ripio, el BTC alcanza hoy el valor de $12.516.193,24 en pesos para la compra y 12.055.935,56 para la venta, con una variación del -7,48%. Este nuevo valor se está atado al del dólar paralelo en la Argentina.
El precio de las otras criptomonedas:
Otro atenuante a la baja de BTC puede ser porque el presidente de Estados Unidos Joe Biden firmó el paquete bipartidista de infraestructura por valor de u$s1.2 billones buscando un impulso para su presidencia,
Se trataría de una medida meramente politica si es que no implicara un cambio fundamental para los tenedores de criptomonedas. Tal como el proyecto de ley, fue aprobado, aplicará normas más estrictas a las empresas que manejan criptomonedas y ampliará los requisitos de declaración de impuestos para los brokers.
Un grupo de senadores propuso originalmente una enmienda al proyecto de ley que habría aclarado los requisitos de declaración de impuestos sobre las criptomonedas, pero esta propuesta no consiguio ser aprobada en agosto.
La mayoría de los senadores detrás del esfuerzo para enmendar el lenguaje de criptomonedas en el proyecto de ley finalmente votó a favor, pero Pat Toomey critico la legislación como "demasiado costosa, demasiado extensa, demasiado impaga y demasiado amenazante para la innovadora economía de criptomonedas" cuando se aprobó en el Senado.
Calificó el requisito de declaración de impuestos de criptomonedas como posiblemente "inviable".
Taproot es una propuesta de actualización para la red Bitcoin, con la cual se mejoraría la capacidad de la misma para la creación de scripts, alineándose con las propuestas de otras redes como Ethereum que cuentan con propiedades asociadas a la creación de contratos inteligentes.
Además de lo antes mencionado, Taproot también trae la posibilidad de enmascarar transacciones complejas en el Blockchain de Bitcoin, lo cual dotaría a la moneda digital de una mayor privacidad en las operaciones realizadas, acompañado de una disminución en el tamaño de las mismas a través del sistema de Firmas Schnorr.
Taproot vendría a ser uno de los cambios más importantes a implementar en la red Bitcoin desde que en 2017 tuvo lugar SegWit, solo que a diferencia de aquél acontecimiento se trataría de un Soft Fork, actualización ligera que traerá mejoras operativas al protocolo.
Bajo esta modalidad se implementa también un nuevo mecanismo de voto para aprobar este tipo de cambios, sin necesidad de llegar a acalorados debates ni interminables disputas sobre el futuro de Bitcoin, las cuales al final derivaban en versiones alternas respaldadas por quienes se sentían afines con dichas visiones, indicó Diario Bitcoin.
Estos propósitos se buscan mediante la ejecución de tres componentes.
No obstante, además "existe el riesgo de que el valor de la criptomoneda entre en una dinámica negativa, con altas probabilidades de desplome, si la actualización resulta tener 'bugs', deficiencias del código que podrían ser aprovechadas para comprometer la seguridad del sistema, tal como se produjo en marzo de 2013, cuando bitcoin se dividió brevemente en dos cadenas.
Por último, finaliza: "Las actualizaciones abren la posibilidad -extremadamente remota- de que un error entre en el sistema, lo que destruiría la confianza en todo el sistema de criptodivisa, anulándola de hecho", explicó Jason Deane, analista de Quantum Economics.
Para evitar este tipo de 'herida autoinfligida', como define Deane este hipotético escenario, las actualizaciones se revisan durante meses antes de activarse".