Sin una fecha clara pero con total seguridad, llegará a la economía el euro digital. Asímismo, desde el Banco Central Europeo (BCE) afirman que podría estar en funcionamiento en 5 años. Con esta divisa pública se pretende, entre otras cosas, "proteger a la eurozona de la amenaza de las criptomonedas". Lo asegura en el medio Financial Times Fabio Panetta, miembro de la junta directiva de la entidad comunitaria, que también destaca el poder de la moneda digital para proteger e impulsar la privacidad de los consumidores.

En su opinión, el objetivo será combatir la propagación de criptomonedas creadas por naciones y empresas: "Si el banco central se involucra en los pagos digitales, el consumidor estará protegido, porque no somos una empresa privada, no tenemos interés comercial en almacenar, administrar o monetizar datos de los usuarios". Por eso, el ejecutivo cree que deben adelantarse a las creaciones de otros y articular un sistema de pagos digitales.

En una reciente encuesta con usuarios sobre la opinión que tienen de la futura criptomoneda pública, la privacidad fue el aspecto que más preocupación despertó. En este sentido, asevera Panetta que desde el BCE se está trabajando en un sistema en el que nadie en la cadena de pago tenga acceso a toda la información.

Asimismo, barajan la posibilidad de permitir pagos anónimos, sólo con dos dispositivos conectados a bluetooth, para transferencias pequeñas, quizás hasta los 100 euros. Pero además, el ejecutivo afirma que la mayoría de las operaciones estarían controladas para evitar "el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo o la evasión de impuestos", según publicó el sitio de Business Insider.

Morgan Stanley estimó que el 8% de los depósitos bancarios de la eurozona podrían cambiarse a euros digitales.

Con tope de 3.000 euros

En la actualidad, Panetta dice que casi dos tercios de los bancos centrales del mundo están trabajando en la creación de una criptomoneda pública. Otra cosa son los bancos comerciales que, en general, no ven con muy buenos ojos esta realidad. Recientemente, Morgan Stanley estimó que el 8% de los depósitos bancarios de la eurozona, alrededor de 837.000 millones de euros, podrían cambiarse a euros digitales. Por otro lado, también está el temor a que este sea el adiós definitivo del dinero en efectivo, aunque varios especialistas afirman que eso no pasará en el corto plazo.

Asimismo, el directivo reconoce que la creación de esta divisa no sólo otorgará más privacidad al consumidor, sino que supondrá "un cambio fundamental en la forma en la que los pagos, el sistema financiero y la sociedad en general funcionan". Pero además, advirtió que en el Banco Central Europeo piensan tomar todas las medidas necesarias para que la moneda virtual no "no acabe con el sistema bancario tradicional ni reemplace al efectivo". También se esforzarán para que "no excluya la innovación o se convierta en una moneda en la sombra en los países más pequeños".

"Los criptoactivos como el bitcoin son animales peligrosos", agregó el ejecutivo.

En sintonía con esto, entre las barreras que están pensando poner al desarrollo de la divisa europea, está la de limitar, a 3.000, la cantidad máxima de euros digitales que se puedan tener. Será uno de los puntos del día en la reunión del BCE del próximo mes de julio.

¿Bitcoin peligroso?

Por otro lado, el foco hoy está puesto en las criptomonedas, ya que la privacidad del consumidor es el argumento recurrente para demonizarlas. Panetta lo hace sin ambages: "Los criptoactivos como el bitcoin son animales peligrosos, que se utilizan mayoritariamente para actividades delictivas y que consumen gran cantidad de energía". Agrega, "Regular y controlar a las divisas digitales, porque ninguna entidad legal es responsable". Pero, concreta, "si los intermediarios están involucrados en el suministro de las mismas, entonces sí habrá supervisión".

Otro detalle importante que ha de seguir articulándose es qué acceso tendrían al euro digital los turistas que viajen a Europa. En sus palabras, "hay que reflexionar muy cuidadosamente al respecto y establecer un máximo. Los bancos centrales están en conversaciones para garantizar que sus criptomonedas públicas serán interoperables, lo que ayudaría a hacer que los pagos transfronterizos fueran más eficientes y baratos".

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