Como en casi todos lo rubros, la pandemia de coronavirus también cambió la forma en la que se paga cuando hace una compra. Aunque, por supuesto, las tarjetas de crédito y los métodos contactless ya existían desde hacía varios años antes de la llegada del virus, el uso de dinero en metálico ha acentuado su caída hasta alcanzar cifras récord negativas.

Las restricciones y las medidas de precaución y seguridad para evitar los contagios de coronavirus hicieron que en la mayoría de tiendas y negocios directamente se prohibiese pagar con dinero en efectivo, para evitar así que las monedas y billetes pasaran de mano en mano y reducir el riesgo de contagio.

Los pagos con tarjeta

Hasta hace aproximadamente un año atrás, España lideraba la lista de países donde más se usaba el dinero en metálico, según el informe Minsait Payments. Sin embargo, tras la pandemia, las cifras reflejan que hasta el 70% de los ciudadanos españoles redujo, o directamente abandonó, el pago con dinero en efectivo.

El estudio deja patente que la crisis del coronavirus ha impulsado la digitalización de los medios de pago, con las tarjetas de crédito y de débito como las grandes alternativas beneficiadas. Estos datos y el cambio tan repentino de tendencia han suscitado varias dudas sobre si el dinero en metálico podría dejar de existir, según publicó le medio muy negocios y economía.

En Suecia solo el 9% de la población paga aún en metálico.

Suecia a la cabeza

Al contrario de lo que sucedía en España, antes de la pandemia Suecia ya estaba orientada a dejar de utilizar el dinero en efectivo. En sintonía a esto, su gobierno ya había empezado a hablar de medidas concretas para abandonar el uso de monedas y billetes a medio y largo plazo. Después del virus, en el país escandinavo solo el 9% de la población paga aún en metálico.

No obstante, las autoridades del país se han dado cuenta de que esta "revolución anti-cash" ha ido demasiado lejos y han tenido que recoger cable. Aunque en Suecia están casi completamente concienciados con los pagos digitales, la desaparición del dinero físico genera bastante inseguridad en mucha gente. Una de las medidas del gobierno para revertir la situación fue el lanzamiento de un folleto informativo donde se le decía a la población que, en caso de el estallido de un conflicto bélico o un ciberataque, los sistemas informáticos podrían quedarse inoperativos.

Los métodos de pago digitales podrían fallar o directamente dejar de ser seguros, por lo que se recomendaba que la gente guardase una cantidad importante de dinero en efectivo. Otro de los problemas que plantea eliminar el cash, es la infraestructura de los bancos y cajas de ahorro.

Si desaparecen los billetes y monedas, los cajeros automáticos dejarían de tener sentido. Incluso las sucursales físicas de los bancos y cajas serían absurdas, ya que todo se podría hacer a través de Internet, comprometiéndose miles de puestos de trabajo directos e indirectos.

Tener dinero físico aún nos aporta seguridad.

¿El efectivo desaparecerá?

A pesar de que la tendencia hacia la digitalización de los pagos es cada vez mayor, el dinero en efectivo no desaparecerá del todo, al menos a corto y medio plazo.

De hecho, hace unos años el propio Banco Central Europeo (BCE) aclaró que en la zona euro está prohibida la desaparición de las monedas y billetes. Aunque la comodidad de pagar con tarjeta o mediante cualquier dispositivo electrónico habilitado es muy superior a la del efectivo, tener dinero físico aún nos aporta seguridad, y es totalmente imposible hackearlo y que se pierda si se produce un ciberataque.

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