En el contexto de un mercado descentralizado, no hay una autoridad regulatoria ni estadísticas formales. Sin embargo, más allá de la ausencia de un número oficial, se cree que en el mercado argentino existen aproximadamente 2 millones de cuentas para operar con criptoactivos.
Debido a la inflación y la crisis económica actual, el boom por la compra y venta de criptoactivos hizo crecer en forma exponencial en el último año la oferta de servicios en un país donde poder tener ahorros es bastante complicado.
Asimismo, para tener una noción en número, en Argentina existen 12 millones de cuentas con CVU, según datos de Coelsa. Esta tendencia de plataformas para comprar, vender y transferir monedas digitales se intensificó con la suba del precio de Bitcoin, que tocó un nuevo máximo histórico la semana pasada, pero que no es la única cripto que le interesa a los ahorristas. Debito a esto, algunos expertos recomiendan no destinar más del 5% de la cartera a las cripto.
Pero además, en un contexto de etapa experimental que todavía atraviesa este mercado, hace pensar que la existencia de 2 millones de cuentas no significa 2 millones de clientes activos. Ya que la apertura de una cuenta siempre es gratuita y de fácil acceso, por lo que se podría pensar que cada cliente abra una en distintas plataformas para experimentar, ver qué monedas ofrecen y saber cómo es su funcionamientos.
Por otro lado, los especialistas coinciden en que entre las apps para operar con criptomonedas, las más destacadas son Ripio y Binance, seguidas de cerca por Bitso, que afirmó tener 375.000 clientes en poco más de un año de funcionamiento. Otros jugadores de relevancia en el ecosistema critpo son Buenbit y SatoshiTango.
Por su parte, Andrés Ondarra, CEO de Bitso Argentina, cree que el camino recorrido fue inversamente proporcional al que habitualmente se da en el sistema financiero: "Al principio, los interesados en Bitcoin eran especialmente aquella gente joven, familiarizada con la tecnología, que buscaba alternativas para volcar lo que tal vez eran sus primeros ahorros. Paradójicamente, el ahorrista sofisticado tenía cierta desconfianza, en particular porque lo veía solamente como una vía para invertir por fuera del sistema".
"Con la pandemia, llegó la adopción de las criptomonedas por parte de empresas grandes y se incorporaron distintos perfiles de clientes. Y empezó a generarse mucha liquidez", agregó Ondarra, que explicó que la cantidad de pesos destinados a comprar Bitcoin en los últimos meses ya es igual a la mitad a lo que mueve la Bolsa porteña.
Por otro lado, en todas las operadoras afirman que el principal factor que define la inclinación de los argentinos por el ahorro en cripto se debe a querer jugar en contra de la inflación y la costumbre de ahorrar más en dólares que en pesos.
Pero además, esta tendencia, unida a las restricciones de compra de divisa extranjera que se limita u$s200 por mes, generaron un fuerte desarrollo de las stablecoins, las criptomonedas atadas al valor de una moneda convencional, como el dólar. A diferencia del Bitcoin, estas criptomonedas no tienen la volatilidad que genera desconfianza en los principiantes.
"Lo que distingue a la Argentina en relación a otros mercados es la aparición de activos como el DAI, que es mucho más utilizada que el Bitcoin. Los argentinos se inclinan siempre por una cotización ligada al dólar y esa tendencia también se cumple entre quienes ahorra en criptomonedas", sumó Emiliano Limia, vocero de Buenbit.
En base a ese contexto, el DAI, una stablecoin atada al dólar (al igual que otras como USDT o USDC), resulta "una puerta de entrada natural al mundo de las criptomonedas", agregó.
No obstante, en pleno boom de las criptomonedas, el Banco Central (BCRA), inició un pedido de información. A través de las asociaciones que agrupan a los bancos (ABA, ADEBA, Abappra y ABE) les pidió a las entidades financieras que brinden datos que permitan identificar a los clientes "que posean cuentas para tenencia de criotpoactivos o que hayan declarado o se tenga conocimiento que realizan cooperaciones de compra y/o venta y/o gestión de pagos mediante/de criptoactivos".
Pero además, según informó una de esas asociaciones, Adeba, a sus entidades afiliadas, cada banco tendrá que informar de cada cliente datos perosnales como la CUIT, el domicilio, el número y tipo de cuenta y también los nombres de autorizados para utilizarla.
Por su parte, desde la ONG Bitcoin Argentina, entidad que valida el dato de las 2 millones de cuentas cripto abiertas en Argentina, hablan de "prejuzgamiento" por parte del BCRA y ponen en duda que esté en el ámbito de sus competencias. "Cuando se compran criptoactivos a través de un exchange se opera en blanco. Y el exchange pide información sobre el origen de los fondos, incluso declaraciones de impuestos. Aún sin una regulación, a veces piden más cosas que los bancos", afirmó Rodolfo Andragnes, presidente de la entidad.
"La realidad es que a la larga los exchange van a estar regulados, los estados hacen esas cosas. Y lo cierto es que las criptomonedas son activos mejores que el peso y el dólar. La gente siempre busca alternativas", agregó.
Por otro lado, el origen de la decisión de controlar este rubro, según fuentes del BCRA, se debe a que algunos bancos le consultaron a la autoridad monetaria sobre las regulaciones para operar con criptomonedas. Debido a esto, es que el BCRA "está estudiando si es necesaria alguna regulación".
"Como parte del proceso, se consultó a los bancos para conocer el volumen y profundidad de la utilización o compra de criptoactivos. Es una práctica habitual pedir información a los bancos antes de avanzar en la elaboración de regulaciones. No significa que se vaya a regular sino que se está estudiando si corresponde hacerlo", explicaron desde la entidad.
Sin embargo, la intención de controlar este mercado generó una presentación judicial. Por su parte, el abogado Víctor Castillejos presentó una acción de amparo basada en la normativa de hábeas data y protección de datos personales para impedir que los bancos exijan esa información.
"Si las entidades financieras mandan esa información a un ente público, no se cumplirá con la ley de Protección de Datos Personales", expresó el letrado.
"No es función del Banco Central controlar qu hace cada persona con su dinero. Y el potencial de daño es muy alto si llega a haber una filtración de esa base de datos. Si el objetivo del BCRA es regulatorio, le alcanzaría con saber los volúmenes operados. ¿Para que necesita el central datos que incluyen la identidad?", concluyó Castillejos.
Fuente: Infobae.