Cambios abruptos en la legislación laboral, restricciones cambiarias y amenazas de estatización de empresas configuran un complejo escenario de negocios en Argentina, que anima a muchas compañías locales a buscar otras plazas donde fijar su actividad, sobre todo las que venden sus servicios al exterior.

"Con la pandemia se aceleró la competencia entre países para atraer inversiones. Pero Argentina hoy pierde por goleada contra Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay, que tienen un excelente clima de negocios, costos de producción mucho más bajos y, en algunos casos, ventajas impositivas inigualables", afirma a iProUP Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI.

En efecto, según el experto, "los que más rápido y fácil se van del país son los profesionales que pueden vender al exterior sus servicios. Les basta con trasladar sólo una parte de su estructura, tomando como contratistas independientes al personal de Argentina".

 

"Si los empresarios –accionistas– continúan viviendo en el país, como se da en la gran mayoría de los casos, la AFIP se asegurará de que la sociedad del exterior no sea de 'papel' y realmente tenga lo que se denomina 'sustancia'. ¿El país más elegido? Uruguay", resalta Sardáns.

Desde el Estudio Bergstein, de Montevideo, informan que una vez normalizado el Registro de Sociedades uruguayo tras el pico de la pandemia, unas 200 empresas argentinas solicitaron radicarse en el país vecino, la mayoría de ellas tecnológicas, en apenas 15 días.

En tal sentido, una de las compañías más mirada sobre un posible traslado de operaciones es Mercado Libre, que podría seguir los pasos de su principal accionista, Marcos Galperin, quien ya se mudó a Uruguay.

Haciendo números

Según Marcelo D. Rodríguez, de MR Consultores, "el proceso que se está llevando a cabo para la negociación de la deuda y, sobre todo, por la imposibilidad de acceder a financiamiento genuino, trae como consecuencia una suerte de desdoblamiento del tipo de cambio que deben considerar las empresas al momento de la liquidación de las divisas por ventas al exterior".

El experto remarca que "estas operaciónes se realizan al valor oficial pero debe descontarse, de corresponder, el gravamen que alcanza a las exportaciones". En este marco, gran cantidad de firmas de servicios buscan instalarse en el país vecino por dos motivos principales:

- Cercanía geográfica y cultural 

- Las bondades de su sistema tributario, ya que ofrece la eximición de impuestos durante 5 años a las empresas que se radiquen su suelo

"El residente argentino deberá declarar ante la AFIP, en el Impuesto a Bienes Personales, las acciones de la sociedad radicada en el exterior. Eventualmente, deberá imputar en Ganancias los dividendos que distribuya", advierte Rodríguez.

Jonás Bergstein, del Estudio Bergstein de Montevideo, afirma a iProUP que Uruguay ofrece ventajas institucionales y económicas al inversor extranjero. Son de destacar las tributarias, entre las que subraya:

- Imposición a la renta: Uruguay se mantiene apegado al criterio de la territorialidad. Es decir, grava rentas generadas en ese país y, con pocas excepciones, quedan exentas las obtenidas en el exterior

- Imposición al patrimonio: grava los activos radicados en el país, no así los que estén en el exterior. En el caso de las compañías, la alícuota es 1,5%

De lo anterior se puede concluir que las empresas sin actividad ni activos en Uruguay no están sujetas a tributos en ese país (con excepción de las sociedades anónimas que pagan un impuesto de control de unos u$s500 anuales)

El envío de utilidades al exterior no está gravada en Uruguay

La remesa de dividendos y utilidades al extranjero está exenta si la firma no tiene rentas gravadas de origen local, lo que es una importante ventaja para una compañía de dueños argentinos, como Mercado Libre.

Desde el unicornio aseguran que no piensan mudar su casa central de Buenos Aires y remarcan que ya tiene operaciones en Uruguay, además de Chile, México, Brasil, Perú y Colombia. "La casa matriz es Argentina", enfatizan, y resaltan otra cuestión que refuerza que, por el momento, no cruzará el charco: "Anunciamos hace pocos días la contratación de 1.250 personas en el país".

En Uruguay, la compañía ya posee más de 900 empleados, lo que equivale al 13% de su personal en la región, y es su segunda plaza de habla hispana en importancia. De hecho, el país vecino es semillero de importantes ejecutivos, como Karen Bruck, VP de Marketplace para la región.

Apenas llegó a suelo oriental, abrió oficinas en Aguada Park, plataforma global de negocios que funciona bajo el amparo de la ley 15.921, la cual fija una serie de exenciones aduaneras y fiscales.

Así, la empresa ocupó 1.700 metros cuadrados de oficinas para atención de usuarios y desarrollo de software. Tiempo atrás inauguró un nuevo espacio en el complejo World Trade Center, también bajo el régimen de zonas francas.

Desde diciembre, Uruguay además hospeda a su CEO y fundador, Marcos Galperín, quien a fines de 2019 volvió a su vivienda de Montevideo tras la derrota del macrismo en las elecciones. El propio empresario fue fiscal de Juntos por el Cambio en una escuela de Merlo y se reunió con Alberto Fernández una vez electo, pero igualmente volvió a fijar residencia en el país vecino. 

Si bien desde la compañía descartan que se tratara de una cuestión política, Mercado Libre tiene varios frentes abiertos que se intensifican con el regreso del kirchnerismo:

- Con el líder camionero Hugo Moyano, por la representación de los trabajadores del centro logístico que posee en La Matanza

- Con el secretario de La Bancaria, Sergio Palazzo, quien reclama la filiación de los empleados que se dedican a Mercado Pago, su brazo fintech

- La Ley de Economía del Conocimiento, que se tratará en estos días y cuyo texto final -de no mediar cambios- la deja afuera del régimen de promoción

Zonas francas y algo más

Bergstein asegura que "Uruguay cuenta con zonas francas industriales, logísticas, de servicios y, recientemente, la ley habilitó la creación de zonas francas temáticas", que ofrecen estas ventajas:

- Los usuarios directos e indirectos están exentos de tributos nacionales

- La entrada de productos provenientes del exterior y la salida de estos al exterior son libres de impuestos

- Los bienes de origen Mercosur que pasen por la zona franca no pierden el origen y su circulación está exenta de gravámenes a las ventas

- La remesa de dividendos o utilidades al extranjero por parte de los usuarios no está sujeta a gravámenes

- Los honorarios, regalías o intereses abonados por usuarios de zona franca a personas del exterior no están sujetos a retención de impuestos a la renta en Uruguay

- El sistema de trading internacional es útil para desarrolladores, ya que se trata de un régimen opcional para determinar la renta neta de fuente uruguaya derivada del intercambio comercial

Uruguay además ofrece un régimen especial para firmas de software

"Incluye a la actividad de intermediación de servicios, siempre que se presten y utilicen en el extranjero", aclara Bergstein. Así, la renta imponible es del 3% sobre el saldo entre el precio de venta y el precio de adquisición.

Domingo Pereira, del Estudio Bergstein, indica a iProUP que "además existe un régimen promocional para la industria del software. Para gozar de las exenciones, se exige una actividad sustancial en el país. Cuanto mayor sea, crecerá el porcentaje de exención", indica. 

Esto apenas reduce el incentivo que ven algunas compañías por estos días: vender al mundo desde el Uruguay para eludir el cepo y cobrar en dólares y, a su vez, dejar una parte de la mano de obra operativa en Argentina, para pagar salarios en pesos.

A su vez, para el caso de micro, pequeñas o medianas empresas existe un programa especial que exonera del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) en 50% a las utilidades que se generen en Uruguay.

Qué sociedad constituir

Según Bergstein, la mayoría de las compañías albicelestes que cruzan el Río de la Plata suelen adoptar alguna de las siguientes formas jurídicas:

- Empresa unipersonal

- Sociedad anónima

- Sociedad de responsabilidad limitada

Pero las empresas extranjeras en ocasiones actúan en Uruguay a través de una sucursal de su propia casa matriz: no constituyen un nuevo vehículo legal sino que se limitan a inscribir el estatuto de la entidad extranjera en el Registro de Comercio de Uruguay. 

Además, el país vecino instituyó en el último tiempo las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS), que por estos momentos están en el centro de la polémica en la Argentina. 

"En cuanto a las sociedades anónimas, dado que su proceso de constitución suele insumir algunos meses, es de estilo la 'compra' de sociedades ya constituidas, prontas para funcionar de inmediato, y sin actividad previa", revela Bergstein.  

En la práctica, este proceso suele insumir entre cinco y diez días hábiles, siempre que exista un director local para representar a la SA a sola firma y que se haya reunido en debida forma toda la información y documentación necesaria. 

Respecto de las SAS, el experto añade que "apuntan a poner a disposición de los jóvenes emprendedores y hombres de negocios en general una plataforma o vehículo de mayor flexibilidad, constitución más rápida y de menor costo, y en general a liberar a la empresa de las limitantes que pudieran representar los tipos tradicionales, fundamentalmente la SA".

Además, pueden ser formadas por un único fundador, no se requiere un capital nominal o contractual mínimo y pueden emitir acciones sin derecho a voto o con voto múltiple. Por último, las "sociedades de inversión" o compañías "holding" son aquellas SA cuyo objeto principal es participar en el capital de otras empresas. 

En la medida en que Uruguay no grava las rentas de fuente extranjera ni activos fuera de ese país, esta modalidad suele considerarse un vehículo adecuado para organizar la actividad de un grupo empresarial en el exterior.   

Usar los dólares sin restricciones, acceder a ventajas impositivas y constituir empresas de manera más ágil y sencilla. Así, Uruguay se convirtió en la plaza más buscada por las empresas tecnológicas argentinas para mantenerse a salvo de la coyuntura económica actual.

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