Los emprendedores José Manuel Robledo y Adolfo Rouillon fundaron hace 20 años Amtec, un software factory que vendieron al gigante mexicano Neoris. Más tarde tomaron un giro de 180 grados: crearon Congelados del Sur, firma dedicada a productos de freezer de marca blanca para cadenas de supermercados.

Tras una inversión de u$s8 millones, desarrollaron Frizata, una foodtech que diseña y fabrica alimentos, entre ellos, la Friburger, una hamburguesa sin carne. Esta firma, que forma parte de la red de Emprendedores Endeavor, también se encarga de la venta online y la logística, ofreciendo descuentos de hasta 60% con respecto a los supermercados.

Robledo, licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Austral y cofundador de la empresa que ya reparte en su tierra natal (Rosario) y el área metropolitana de Buenos Aires, comparte con iProUP sus opiniones sobre la situación actual del sector y lo que viene.

1.¿Qué efectos en el corto y mediano plazo va a generar esta pandemia en su empresa?

A nivel interno, el foco lo tenemos puesto en el cuidado de nuestra gente. Hemos tomado medidas para protegernos y seguimos trabajando día a día en base a las definiciones que va tomando el Gobierno y los especialistas.

Tenemos una gran responsabilidad ya que estamos en la producción de alimentos, pero al mismo tiempo tenemos miedos e incertidumbres en lo familiar y personal como el resto de la población.

En cuanto a nuestros clientes, además de diferentes medidas que hemos tomado para realizar entregas "sin contacto", seguimos trabajando intensamente para crear nuevos productos, y seguir mejorando los niveles de servicio.

El incremento en la demanda nos llevó a tener que acomodarnos a los nuevos volúmenes, recomponer stocks, ampliar frecuencias de entregas y ajustar varios procesos para estar a la altura de las circunstancias. Esta semana volvimos a las frecuencias de entrega a domicilio, en 48 a 72 horas.

El covid-19 está siendo un gran acelerador de cambios y muchos de ellos van a tener un efecto en el largo plazo, que van a impactar de manera profunda la ecuación de valor para las personas. Vemos una nueva realidad y tenemos que estar muy atentos a los cambios que se avecinan.

2. ¿Cómo cree que afectará a la rama de actividad en la que opera su compañía?

Si bien el sector de los alimentos es prioritario, el impacto es dispar según el rubro y el tipo de producto. Aquellas compañías asociadas a la alimentación 'fuera del hogar' como bares, restoranes, comida rápida, van a tener que adaptarse y/o reconvertirse. Dentro de los productos, dado la fuerte recesión que tenemos por delante, la gente va a primar necesidades básicas y va a hacer mucho foco en el precio.

Si bien en un primer momento algunas empresas de alimentación se pueden haber perjudicado menos que otras, creo que a mediano plazo la situación va a ser compleja para todas y son muy pocos los que puedan salir beneficiados.

Por su parte, el canal de ecommerce orientado a los alimentos tiene una gran oportunidad, pero al mismo tiempo un enorme desafío. Se van a acortar los plazos de adopción y por ende el nivel de penetración va a aumentar. La necesidad obliga al cambio al igual que en otros aspectos de la vida como el teletrabajo, la educación remota, telemedicina, etc.

Pero para acompañar este cambio las empresas deben estar a la altura tanto en el servicio de entrega y atención al cliente, como en la calidad de la oferta y fundamentalmente en el precio al que llegaran a sus clientes.

3. ¿Cómo ve el accionar del Gobierno hasta ahora y qué le recomendaría a los funcionarios?

Creo que el Gobierno –al igual que todos nosotros– va leyendo y entendiendo la realidad todos los días e intenta hacer lo mejor posible. Si bien hay expertos y científicos que asesoran podemos ver cómo las cosas cambian diariamente y hay opiniones dispares, pero al final del día hay que tomar decisiones y afrontar el impacto y sus consecuencias.

Probablemente, en algunas cosas acierte más que en otras y se equivoque también, pero no tenemos otra alternativa que acompañar, ya que de esto salimos todos juntos o no salimos. Se plantea mucho el dilema de salud versus economía, muy difícil de resolver y no tengo una clara respuesta, pero está claro que ambas son sumamente importantes y hay que trabajar sobre las dos.

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