Quienes adquieren una franquicia suelen invertir los ahorros de toda su vida, indemnizaciones e incluso algunos llegan a endeudarse con familiares, amigos o bancos para conseguir el dinero necesario.

Entonces elegir bien en cuál se pondrá el dinero es tan vital como entender cómo funciona el modelo. Cuatro argentinos que ya se animaron cuentan su experiencia.

Invertir en franquicias: qué tener en cuenta en el rubro panadería

Juan Benedetti trabajaba en una agencia de autos hasta que en el año 2021 decidió darle un vuelco a su vida laboral entrando al sistema de franquicias con la marca Costumbres Argentinas.

Puso un primer local en Pilar, conforme con el éxito, después sumó uno más en San Fernando y, asegura, va por más. Sin embargo, Costumbres Argentinas no fue la primera empresa franquiciante en la que pensó.

"Consideré otras también ligadas con la gastronomía y panadería, pero me decidí por la de Costumbres Argentinas: la encontré en la web, me contactaron rápidamente y me sentí seguro de que era la que buscaba: una marca que me pudiera brindar asesoramiento, capacitación y apoyo constante", relata Benedetti.

La inversión total para abrir una franquicia Costumbres Argentinas, informan desde la empresa, arranca en los u$s22.000 y en promedio la facturación anual ronda los $36 millones. 

Trabajar con marcas líderes y estables, el tip de Juan Benedetti, franquiciado de Costumbres Argentinas

Habiendo primero revisado el cash flow de la empresa, Benedetti visitó la planta de producción que Costumbres Argentinas tiene en la localidad bonaerense de Don Torcuato.

Al comprobar su nivel de tecnificación y los controles de calidad, se quedó tranquilo de que era una oportunidad para poner su dinero y firmó el contrato que hoy le permite tener una de las 102 sucursales que tiene la marca.

¿Qué aconseja Benedetti? Apuntar a marcas líderes con trayectoria y estabilidad en el mercado.

Invertir en franquicias: qué tener en cuenta en el rubro almacén

Para ser parte de la cadena de 60 tiendas de la fábrica de lácteos Luz Azul se requiere una inversión aproximada de u$s35.000 para su formato compacto.

Aunque la facturación varía de acuerdo al tipo de local y la zona en la que esté ubicado, en promedio podría esperarse unos 3 millones mensuales. Por ello fue Simón Pineda, un venezolano que antes de radicarse en Argentina manejaba un supermercado propio.

En 2018, cuando emigró a la Argentina, Pineda optó por poner una franquicia Luz Azul y hoy tiene cuatro distribuidas en Olivos, Núñez, Belgrano y Barrio Norte."Al ser extranjero una franquicia era la mejor opción. Es más fácil estar con gente para conocer el país y el mercado local que hacerlo solo", confiesa el emprendedor a iProUP.

Gestionar personalmente la operación del local, el consejo de Simón Pineda, franquiciado de Luz Azul (crédito Victoria Medici)

Para elegir la empresa adecuada, Pineda buscó una consultora especializada que lo asesorara y se reunió con otros franquiciados de Luz Azul para saber cómo les estaba yendo más allá de de las promesas de la empresa.

"Me gustaría seguir invirtiendo en franquicias. Ya con cuatro locales, abrir uno más de la marca es más simple. Ahora conocemos perfectamente todo", dice afirma, quien en promedio factura cerca de 6 millones de pesos mensuales por local.

Acostumbrado a tomar decisiones estratégicas cuando tenía su supermercado, Pineda reconoce que al comienzo pensó que sería una desventaja no poder hacerlo con su franquicia.

Pero asegura que tampoco es necesario porque en su caso, detrás de cada decisión hay un porqué de gente que sabe del rubro y tiene experiencia.

¿Qué aconseja Pineda? Que el franquiciado gestione personalmente la operación de los locales. Él tiene tres empleados en cada punto de venta y los visita a diario para asegurarse de que todo funcione.

"De todas maneras, el modelo de franquicias es el de menor riesgo a la hora de invertir. Si bien no garantiza el éxito 100%, que haya sido probado ya es una garantía", remarca.

Invertir en franquicias: qué tener en cuenta en el rubro cafetería

Jimena Gómez y su pareja Pablo Venzal hace tres años se convirtieron en los franquiciados de Usina Cafetera de San Isidro. Ella era bancaria y él gerente financiero de una empresa, pero su sueño era tener su propia cafetería y como no tenían ningún tipo experiencia en el rubro, nunca dudaron de que tenía que ser una franquicia.

División de tareas y apoyo de la marca, las claves de Jimena Gómez y Pablo Venzal, franquiciados de Usina Cafetera

Conocieron a la marca en la exposición de franquicias que se hace anualmente en La Rural, feria que visitaron asiduamente para entrevistarse con diferentes marcas. Hasta que se toparon con Usina que actualmente tiene seis tiendas.

Además del buen café y su pastelería, lo que terminó convencer a la pareja fueron las libertades que les daban para diseñar el local de acuerdo a sus preferencias.

"Tres años después, y pandemia de por medio, estamos aún seguros y felices de que fue la mejor decisión", festeja Gómez, quien emplea a alrededor de 15 personas.

Para quienes se lancen a invertir en un local de Usina Cafetera, el sistema de franquicias en principio no tiene desventajas. Sin embargo, Gómez sostiene que la contra más grande es la situación económica que atraviesa el país y la falta de personal capacitado para cubrir puestos de trabajo.

"Con mi pareja nos dividimos las tareas: él. al tener experiencia en la parte financiera, va surfeando las obligaciones tributarias para poder pagar todo; y yo, al haber estudiado Recursos Humanos y ser un poco más flexible, capacito y acompaño a las personas que trabajan con nosotros", detalla.

¿Qué aconseja Gómez? Saber bien qué se está vendiendo u ofreciendo; verificar que la llegada a la franquicia sea fácil y directa porque, explica, en el día a día y más cuando en los inicios se necesita de su experiencia y apoyo para gestionar y pujar el negocio. Por último, aconseja elegir una marca dispuesta a escuchar a sus franquiciados porque, asegura, son quienes conocen bien su plaza y clientes.

Invertir en franquicias: qué tener en cuenta en el rubro pinturería

Hace 8 años, Juan Manuel Ramos Hoff invirtió sus ahorros y contrató una franquicia Anclaflex en Ramos Mejía. Antes, había trabajado como encargado en otra pinturería, pero decidió andar su propio camino luego de que comprobar que había adquirido suficiente experiencia y no tenía oportunidades de crecimiento.

Invertir en un rubro que se conozca: el consejo de Juan Manuel Ramos Hoff, franquiciado de Ancaflex

"Primero intenté abrir un local con la marca de pintura donde trabajaba, pero no se dio. Por suerte, porque después conocía a la encargada de armar los Anclacentros, ya que nuestros hijos iban juntos al jardín. Me presentó a los dueños de Anclaflex. La empresa estaba en pleno crecimiento y no dudé en apostar a este proyecto", recuerda.

Hoy, la red de pinturerías tiene tiene 22 sucursales entre Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos.

Para quien desee apostar a este modelo. la única desventaja del sistema de franquicias es que se comercializa una única marca (al menos que el franquiciante tenga un alianza con otras empresas) y se reduce la oferta; aunque reconoce, que eso también le evita tener que invertir más dinero.

¿Qué recomienda Ramos Hoff? Invertir en un rubro en el que se tenga pleno conocimiento.

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