Valerias Frias comenta, como quien habla de algún pasatiempo, que mina criptomonedas. Todavía se asombra cuando los amigos de la escuela de sus hijos adolecentes llegan a su casa y miran las máquinas que "fabrican" divisas digitales

"Están fascinados con esto", asegura a iProUP mientras señala con el dedo un monitor, seis placas de video y una estructura metálica que forma parte del equipo que arma, programa y vende para minar Ethereum.  Pero su actividad no sólo encanta a los adolescentes: también despierta curiosidad en las personas que la conocen.

Valeria vive en Cabildo. En una casa que también es su centro de operaciones: allí distribuye, enseña, arma, atiende cliente, ensambla sus equipos.

"Yo hago todo. Puedo trabajar sola, aunque no me quede tiempo. Soy la única que está minando en Latinoamerica, pero hay varias mujeres que hacen cosas en  tecnología", comenta.

Es que Valeria, además de minar, también tiene un trabajo formal en Aeropuertos Argentina 2000, como Asistente Protocolar y Agilización de Controles en la sala de los Funcionarios de Gobierno.

"No lo dejo porque me encanta. Puedo conocer y relacionarme con muchas personas", reconoce.

Valeria Frias, trabajando

Empezar por el comienzo

Sin saberlo, todo comenzó con su divorcio en el 2016. Cuando se separó del padre de sus hijos, se le plantearon dos interrogantes: ¿qué hacer con el tiempo libre que ahora poseía? y ¿cómo obtener un ingreso extra que ayudara con los gastos?

Para contestar la primera pregunta, empezó a investigar. Al ver qué le gustaba e interesaba, y casi como una consecuencia lógica, llegó a responder la segunda pregunta. Le ofrecieron comprar un puesto de flores, pero le pareció un negocio tan conocido como aburrido.

"Mi abuelo tenía uno. No podía ser que no existiera algo más moderno. Tenía para invertir el equivalente a comprar una cochera, pero me daba un retorno de 3.000 pesos por mes. Tenía que ser haber otra cosa", cuenta.

También puso en la balanza la posibilidad de comprar algunas acciones de Amazon. "Estuve a punto de invertir ahí,  en el 2018, pero se me ocurrió qué iba a hacer si es que no podía viajar. En 2019 me ofrecieron la minería cripto y me encanto. Lo vi como inversión: yo tenía la inversión dentro de mi casa", recuerda en diálogo con iProUP.

De esta manera, podía tener la inversión controlada. "Con dos aplicaciones la podía ir siguiendo desde el celular", detalla.

Si bien la opción "tradicional" de la cochera era la más segura, un amigo le comentó comentó sobre las criptomonedas. Pero a ella le interesó algo más que comprar bitcoins o ethers: minarlos.

"Un amigo me armó la primera máquina, comencé a investigar y decidí invertir en mis primeros equipos", rememora.

Sus primeros NFT

Sobre llovido, pandemia

Una vez que ya se había fijado un rumbo y había invertido en sus primeros equipos, llegó la pandemia y parecía que iba a  frenar todos sus planes. El negocio aerocomercial fue uno de los más golpeados por el parate y la empresa en la que trabaja dictó un aislamiento estricto.

"No podría salir de mi casa. Pasaban médicos a vernos: a chequear que estuviéramos bien de salud y controlar que respetábamos la cuarentena", relata.

Así que el tiempo libre volvió a abundar. Pero Valeria, tan inquieta como emprendedora no estaba resuelta a quedarse viendo películas ni preparar panes con masa madre.

"Dediqué esos casi dos años a aprender, a tomar cursos por YouTube, a contratar tutores del extranjero que me dieran clases. Quise saber todo", detalla.

Cuando volvieron a trabajar de manera presencial, Valeria ya había aprovechado el tiempo para formarse y su emprendimiento crecía rápidamente.

"Yo siempre digo, tengo dos tipos de clientes: los millennials y la gente que está jubilada. Para los jóvenes recomiendo que holdeen (mantengan la inversión) lo que minen, que lo guarden. Pero al jubilado le aconsejo que lo cambie. Ahora es un buen momento para holdear", cuenta.

Y agrega: "Me interesa que mis clientes entiendan qué están haciendo. La mayoría lo hace para realizar una minería hogareña", dice.

La emprendedora detalla que ella arma desde un equipo de una placa hasta seis. "El ingreso depende de la potencia de tu equipo. Siempre digo si queres correr con un Fiat 600, no es lo mismo que si corres con un Audi, y esto es lo mismo", completa.

Minar depende de la placa

Valeria detalla que el rendimiento del equipo puede ir desde una placa, que te da u$s100 por mes, hasta de seis placas que te dan u$s1.000 dólares por mes.

"También depende de la dificultad de minado y el hardware que uso. Puedo armar equipos muy baratos, pero no sé cuánto te va rendir. Yo entrego todas las cajas y entrego un contrato para que el cliente tenga todos los datos de lo que tiene. Es la confianza que el cliente me brinda", comenta.

Además, de su negocio creciente, Valeria está por lanzar su propia línea de NFT en conjunto con la ONG ECO Conciencia! Presidida por Rodolfo Tarraubella.

También, acaba de escribir su primer libro titulado Criptomonedas: guía para principiantes que cuenta con prólogo del economista Martín Redrado y lanza en la Feria del Libro el 5 de mayo a las 16 horas.

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