Argentina ocupa un puesto privilegiado en los rankings de nacimiento de startups y también de la valoración del talento. Sin embargo, estos emprendimientos, generalmente ligados al sector de la Economía del Conocimiento, deben lidiar con un tema tan esencial como complejo: el financiamiento.
"Si bien existen trabas de todo tipo, hoy también hay un beneficio económico: desarrollar un startup en Argentina optimiza mucho los costos operativos y de inversión", explica a iProUP Martín Calzetti, Head of Strategy & Co-founder de la plataforma para Freelancers Seeds.
Además el experto agrega que "con una moneda tan devaluada, cualquier inversión extranjera es muy bien recibida, más si se utiliza para pagar gastos en pesos. Pero, a su vez, los fundadores de empresas deben hacer frente a siempre volátil escenario económico, político y social".
Y si bien en la etapa de su nacimiento es difícil saber cuál será el futuro de la empresa emergente, la fase semilla es clave para su desarrollo.
Juan Filiberto Martínez, socio de Athos Capital, explica que si desde sus cimientos no se trabajan bien los elementos básicos será muy difícil atraer inversores.
Por tal motivo, la prioridad del emprendedor debería ser convencer -tanto a potenciales inversores como a aliados y futuros clientes- de su capacidad para resolver un problema con una solución por la que el público esté dispuesto a pagar.
Para ello deberá contar con una primera versión del producto para salir a mostrar.
Para Martínez existen dos factores que deben estar presentes para que el proyecto funciones:
El especialista señala que en cuanto a los errores más frecuentes que suelen cometer las startups en sus inicios, se destacan: