Stanich Audio diseña y fabrica sistemas de sonido para el sector profesional desde su sede en San Carlos Sud, provincia de Santa Fe, y los exporta desde 2015 a Bolivia y Uruguay. El año pasado, lo hizo por u$s 160.000, lo que representa un 30% de sus ventas totales y un 80% de crecimiento exportador respecto del ejercicio previo. Además, planea incursionar muy pronto en los mercados de Perú y Brasil, mientras gestiona certificaciones para ingresar a Europa.
Maximiliano Stanich, socio de la empresa, señala que tuvieron que mejorar "todo" para poder salir a competir al exterior. "Desde nuestra investigación y desarrollo, pasando por los procesos productivos, hasta la misma configuración de nuestra planta. Pero bastó con legitimarnos en el mercado local, por confianza y consenso entre productores, artistas y empresarios, para que pronto los países limítrofes se interesaran en nuestra marca", dice.
Incluso en un contexto no demasiado favorable, hay pymes argentinas que intentan exportar. Las que consiguen sostener la apuesta, además de flexibilidad, vocación emprendedora y talento directivo, parecen disponer de un elemento en común: la innovación.
Según un relevamiento realizado por Revista Pymes del Diario Clarín entre pequeñas y medianas exportadoras de rubros tan diversos como la maquinaria agrícola, electrónica, iluminación y mobiliario, moda, equipamiento médico y productos textiles, todas fueron casos que el año pasado lograron el Sello de Buen Diseño argentino, otorgado por el Ministerio de Producción.
También santafesina, la fabricante de implementos agrícolas y viales Bufalo exporta sus sembradoras Super Walter y sus excavadoras Castor sobre todo a Bolivia y Paraguay, pero también a Rusia y algunos países de América Central. En una escala mayor, propia del segmento de negocio, lo hace por u$s2,5 millones anuales, el 20% de sus ventas.
Gerardo Malpiedi, socio de la firma aseguró que sus "principales desafíos consisten en conseguir representantes en el exterior, para generar nuevos canales de ventas y posventa. Una dificultad es que no contamos con financiación externa, fuera del apoyo del Banco Nación en Bolivia y Paraguay. De esta manera, en el resto del mundo, debemos ofrecer financiación de fábrica".
Sólo el 3% de las pequeñas y medianas empresas manufactureras vio mejorar sus exportaciones como consecuencia de la devaluación, según la última Encuesta Coyuntural a Pymes Industriales, realizada por la Fundación Observatorio PyME. Según explica la entidad, sólo si no se diera el traslado a precios, el aumento del tipo de cambio nominal implicaría un aumento del tipo de cambio real y así más pymes podrían participar del negocio exportador.
En ese contexto es que se desenvuelven emprendimientos como Planar, un estudio de diseño porteño que exporta bolsos, billeteras y sobres contenedores fundamentalmente a Japón, donde cuenta con representante oficial, y Alemania. Sumó u$s 20.000 el año pasado por esa vía, con un alza del 15% respecto de las ventas externas de la temporada anterior. No obstante, para el corto plazo, se propone restablecer la presencia que logró años atrás en Estados Unidos.
Otro ejemplo es el de la marplatense Traum, que exporta sus lámparas de diseño fabricadas con chapa de madera natural desde 2018, también gracias a la ayuda de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional. De hecho, sus envíos a los Estados Unidos, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay sumaron u$s 30.000 el año pasado, un 20% de sus ventas totales y un 70% más que en 2018.
Carlos Giacinto, socio del emprendimiento, asegura que crear diseños novedosos y reducir costos logísticos son condiciones necesarias pero no suficientes. "Hay que encontrar un representante capaz de transmitir el valor de nuestros productos. Esta barrera se rompe estableciendo relaciones de confianza y de largo plazo. Por ejemplo, en nuestra primera gran exportación a Chile, viajamos a capacitar al equipo comercial y técnico. Eso ayudó a entender las fortalezas de ambos lados y a fomentar los vínculos personales", detalla.