La Argentina sabe de golpes económicos y sus ciudadanos suelen ponderar el ahorro en dóalres para ganarle a la inflación. Pero esa costumbre local ahora viró hacia las divisas virtuales.

Bajo esa premisa nació Buenbit, "una plataforma de compraventa de criptomonedas que tiene la misión de ayudar a la gente a ahorrar mejor", según define su cofundador, Federico Ogue.

Buenbit utiliza DAI, una divisa digital estable cuya cotización está atada al dólar. Para los fundadores de la plataforma, la utilización de esta criptomoneda permite ahorrar y ganarle a la inflación propia de la Argentina.

Ofrece un uso sencillo, similar al del homebanking de cualquier banco, y está regulada por la Unidad de Información Financiera (UIF) para la prevención de lavado de dinero.

Sin embargo, el camino para llegar a Buenbit fue largo y sinuoso y pasó por varias etapas hasta convertirse en lo que es hoy.

"Yo conocí las criptomonedas en 2017 por un amigo que me las presentó y me contó que eran la tecnología financiera del futuro. Cuando me puse a averiguar vi algo muy raro y es que había mucha plataforma de compraventa y con precios muy distintos, así que mi primer Bitcoin simplemente lo revendí", relata Ogue, quien comenzó emprendiendo a los trece años con un sitio para vender videojuegos de PlayStation. Esa compra fue el inicio de todo.

"Empecé a hacer mucha compraventa, primero entre conocidos y conocidos de conocidos, entre plataformas que ya existían y después me metí a grupo de facebook y de Telegram", recuerda Ogue.

Y agrega: "La actividad empezó a crecer mucho hasta que en un momento me di cuenta de que no escalaba, tenía 80.000 Whatsapps distintos que me pedían encontrarme en distintos lugares y la verdad es que estaba explotado, así que me di cuenta de que si quería que creciera tenía que hacer un sistema, una estructura que pudiera darle el servicio a muchas personas".

En 2018, Ogue se fue de viaje por dos meses y tomó la decisión de dejar todo para dedicarse a esto. Junto a un compañero de la empresa de tecnología en la que trabajaba decidieron hablar con su jefe ─"Beto"─ y pedirle los u$s100.000 necesarios para comenzar.

"Era marzo de 2018 y el Bitcoin y todas las cripto caían en picada, y todos los conocidos de Beto le decían que estaba loco, que era un burbuja, humo. A él no le importó, me dijo que confiaba en nosotros y que si no era eso, algo iba a salir", cuenta el emprendedor.

Primero hicieron una plataforma de compraventa, "un mercado donde el comprador y el vendedor se juntaran y en donde no hubiera ningún intermediario, porque lo que pasaba en el mercado argentino en 2017 era que eran todos brokers intermediarios y la brecha entre la compra y la venta era muy grande, de hasta 25%", asegura.

Los dos emprendedores lograron que el proyecto creciera eliminando esos intermediarios y cobrando una pequeña comisión que hacía una diferencia en el bolsillo del usuario. Pero la realidad volvió a golpearlos.

El 2018 fue un año difícil para las cripto y ─según adminte Ogue─ la plataforma era de uso complicado. Allí comenzaron una nueva que permitía de enviar de dinero principalmente a Venezuela a través de las criptomonedas con un servicio muy sencillo de usar para el cliente final.

Buenbit nació después de esa experiencia, gracias a un momento de reflexión entre sus fundadores. "A principios de 2019, hablando con mentores y haciendo introspección, nos dimos cuenta de que estábamos muy ansiosos tratando de manotear oportunidades, de hacer plata y no nos estamos enfocando tanto en la necesidad de las personas. Así que decidimos armar un producto que realmente brindara valor a la gente. Entonces ahí nos replanteamos todo".

En este sentido, el emprendedor recuerda: "Investigando nos preguntamos por qué la gente necesita acceder a las criptomonedas o buscar un servicio de remesas más barato y nos dimos cuenta de que básicamente todo pasaba por el costo que había de convertir pesos a dólares". 

"Las cripto son un activo dolarizado y las remesas también pasan por el dólar para salir del país y sentimos que no había habido innovación en esta industria hacía rato", explica Ogue.

Esa reconversión fue Buendolar, "una agencia de cambio regulada 100% digital que también fue golpeada pero esta vez por el cepo de los 200 dólares".

Ese fue el punto de inflexión para lo que hoy es Buenbit: "Ahí fue cuando dijimos: 'Ok, ¿cómo podemos seguir ayudando a la gente a que pueda ahorrar, a que pueda seguir protegiendose de la devaluación y de la inflación?' Y fue natural el clic", recuerda.

Buenbit trabaja con DAI y la elección no es al azar: "Nos dimos cuenta de que hay criptomonedas que son activos digitales dolarizados. Está el Bitcoin que para mí es el 'cripto oro', pero es muy volátil, está Ether y están las otras que son como DAI, en la que nosotros confiamos, porque es una moneda digital que mantiene su valor 1-1 contra el dólar. Hay sistemas sofisticados complejos por detrás que son muy seguros y que mantienen ese precio", explica.

Y agrega: "Nosotros planteamos una interfaz muy fácil de usar, con un servicio muy rápido y muy sencillo para todos, para que la gente pueda acceder al DAI con una experiencia de uso muy parecida a un dólar pero que es una criptomoneda".

Ogur asegura que Buenbit se distingue de otros competidores por tres motivos:

La plataforma ya se extendió entre dos tipos de clientes que. "Unos que son más del tipo trader que buscan ganancias extraordinarias en poco tiempo, que están mirando y analizando los precios, son personas que activamente participan de la compraventa como para hacer una diferencia de ingreso", explica. 

Según el directivo, "es un nicho chiquitito pero son en general los más loud (ruidosos), los que más están hablando sobre las criptomonedas o participando en foros".

"Y después hay un mercado que es más grande y tradicional que son las personas que simplemente buscan ahorrar o que buscan alternativas de ahorro", prosigue.

Y remarca: "De esos clientes hay de todos los colores: mujeres, hombres, viejos, jóvenes, en relación de dependencia, independientes, de todo, porque es una necesidad básica de los argentinos ahorrar".

Buenbit comenzó trabajando con esa inversión inicial de u$s100.000, pero el ejecutivo afirmó que si bien pensaron hacer rondas de inversión, "nunca lo necesitamos por suerte porque nos fue bien con el negocio y a los pocos meses ya éramos rentables y generábamos nuestra propia caja".

Y completa: "Ahora estamos viendo de nuevo a ver si buscamos financiación, pero para crecer a una velocidad mucho más rápida porque tenemos planes de expansión".

En ese sentido, Buenbit ya está trabajando en la regionalización: "Estamos abriendo en Colombia, Perú y Chile y estamos trabajando para hacer productos que sirvan más para la parte de comercio, de circulación, de envíos y de compra y venta de productos a través de las cripto monedas", adelanta.

Buenbit pasó por múltiples etapas hasta llegar a lo que es hoy y por eso Ogue tiene un mensaje claro para quienes buscan comenzar su propio negocio.

"Para mí emprender es empezar un proyecto que tenga una intención de crear algo que le sirva a la gente para solucionar algún problema y, en el proceso, divertirse. Y esto nosotros lo vimos: cuando nos empezamos a divertir y a tener un fin más noble que es el crear cosas para ayudar a la gente más que emprender para ganar plata salen cosas buenísimas", explica.

Y concluye: "Para la gente que no se anima, mi consejo es empezar de a poquito, una o dos horitas después del trabajo para probar qué cosa funciona y qué le gusta sin hacer el salto por completo. Después, una vez que uno hace el salto, es enfocarse en lo que a uno le gusta y que sea en un equipo con buena gente y siempre con una intención que esté alineada con los valores de uno".

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