WhatsApp, la app de mensaría más usada del mundo, introdujo un ajuste de privacidad clave destinado a frenar un tipo de fraude cada vez más común, el ingreso forzado a grupos con fines maliciosos.
Aunque desde la compañía no la llaman oficialmente a esta función como "modo antispam", su efecto es exactamente ese, según trascendió en el blog oficial de la app.
Las estafas por WhatsApp suelen comenzar con un paso simple pero efectivo, un número desconocido añade a un usuario a un grupo sin aviso previo.
Una vez dentro, pueden aparecer mensajes con promesas tentadoras, empleos irresistibles, sorteos legítimos, promociones milagrosas, pero bajo esas premisas se esconden enlaces peligrosos o esquemas para extraer datos personales.
Este mecanismo no es una nueva función independiente, sino una configuración dentro de la app: "Quién puede añadirme a los grupos", en el apartado de Privacidad.
Con esta opción, los usuarios pueden elegir quién puede agregarlos a un grupo:
Si se activa la restricción (opción 2 o 3), los administradores que no tengan permiso y ya no podrán meter a los usuarios directamente en un grupo
Por otro lado, activar este ajuste tiene un impacto significativo en la seguridad:
Para habilitar esta "protección antispam", se deben realizar los siguientes pasos:
Es importante tener en cuenta que esta configuración solo se puede cambiar desde la aplicación móvil, aunque luego se sincroniza automáticamente con WhatsApp Web y la versión de escritorio.
Además, hay algunas limitaciones, por ejemplo, esta restricción no aplica al grupo de avisos de las comunidades, donde todavía se pueden añadir usuarios automáticamente.
Por último, WhatsApp, con este ajuste, no solo ofrece una herramienta más para proteger la privacidad de sus usuarios, sino que da un paso concreto contra un vector de ataque muy real, los grupos fraudulentos.
Aunque no lo nombre explícitamente "modo antispam", su función es muy clara y busca evitar que usuarios sean incluidos sin su consentimiento y reducir el riesgo de estafas grupales.