El historial financiero, los ingresos y los comportamientos de pago constituyen el núcleo de la evaluación crediticia.

En un escenario de transformación tecnológica, donde las innovaciones marcan el ritmo del sistema económico, la gestión y resguardo de la información se vuelven indispensables para sostener la solidez y confiabilidad de las entidades de crédito.

Sin políticas claras de preservación digital, los registros y documentos corren el riesgo de volverse inaccesibles o vulnerables. Los desafíos van desde las amenazas más visibles, como fraudes en verificaciones remotas o falsificación de identidades con audios y videos manipulados, hasta las menos evidentes, como configuraciones deficientes, accesos indebidos o fugas de datos a través de terceros.

Frente a este panorama, resulta fundamental combinar diversas prácticas de seguridad: cifrado de información, gestión responsable de credenciales, autenticación multifactor, monitoreo constante y cumplimiento estricto de estándares internacionales.

La preservación digital de la información crítica no sólo reduce la exposición a ciberataques, sino que también contribuye a fortalecer la confianza en el sistema.

El uso de herramientas tecnológicas que integran múltiples fuentes de datos, como los motores de decisiones, permite procesar grandes volúmenes de información de manera confiable y rápida.

Del mismo modo, los informes comerciales y los modelos de scoring se consolidan como insumos clave para tomar decisiones informadas en contextos de incertidumbre.

Estos instrumentos también cumplen un rol social al facilitar la inclusión financiera. Al ofrecer información sobre los hábitos de pago de personas no bancarizadas, ayudan a evaluar riesgos y a ampliar el acceso al crédito.

La convergencia entre innovación tecnológica y preservación digital va más allá de la seguridad informática. Se proyecta como una estrategia integral para garantizar la continuidad del sistema financiero, proteger activos digitales y asegurar que los datos sigan siendo un recurso confiable y accesible en el futuro.

*Por Mariano Sokal, director de SIISA

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