Mo Gawdat, exdirector de operaciones comerciales de Google X, lanzó una advertencia inquietante sobre el futuro de la humanidad en relación con el avance de la inteligencia artificial (IA).
En una entrevista reciente en el pódcast The Diary of a CEO, el ejecutivo egipcio opinó que los próximos 15 años serán "un infierno", marcados por una distopía tecnológica que comenzará en 2027 y se extenderá hasta 2042.
Exejecutivo de Google advierte que los humanos sufrirán el avance de la IA
Según Gawdat, el problema no es la IA en sí misma, sino el hecho de que podría quedar en manos de "líderes humanos estúpidos", lo que agravaría los riesgos sociales, económicos y éticos del desarrollo descontrolado de esta tecnología.
El experto, quien ayudó a crear proyectos emblemáticos como los autos autónomos y Google Glass, sostuvo que la IA avanza a una velocidad que supera la capacidad de adaptación de las instituciones humanas.
A diferencia de revoluciones anteriores que afectaron principalmente al empleo manual, esta transformación amenaza directamente a la clase media profesional. En su empresa actual, Emma.love, dedicada a desarrollar IA emocional, solo trabajan tres personas, cuando antes se habría requerido un equipo de 350.
Este ejemplo, según él, ilustra cómo la automatización ya redujo drásticamente la necesidad de personal, incluso en áreas complejas.
En esta línea, el exejecutivo advirtió que, si no se adoptan medidas urgentes, la riqueza se concentrará en manos de una élite tecnológica, lo que dejará al resto de la población en condiciones de precariedad: "A menos que estés en el 0,1 % superior, eres un campesino. No hay clase media". Por ende, las consecuencias serían:
- Aumento de la pobreza
- Aislamiento social
- Problemas de salud mental
Para evitar este escenario, el empresario propuso implementar una renta básica universal y establecer controles más estrictos sobre la distribución del poder tecnológico.
A pesar de su sombrío pronóstico, Gawdat no descartó la posibilidad de una transformación positiva a partir de 2040. En esa etapa, imagina un mundo donde los humanos puedan alejarse del trabajo rutinario y centrarse en el crecimiento espiritual, las relaciones personales y la vida comunitaria.
Sin embargo, insiste en que ese futuro utópico dependerá de las decisiones que se tomen ahora: "Nos dirigimos a una distopía a corto plazo, pero todavía podemos decidir lo que viene después de eso".
La credibilidad de sus predicciones se sustenta en su historial: en 2021 anticipó con precisión el auge de ChatGPT, cuando la mayoría aún consideraba la IA como ciencia ficción. Hoy, con el despliegue masivo de modelos generativos, sus advertencias resuenan con fuerza en Silicon Valley.