La constelación perteneciente a Elon Musk, que ya supera los 7.000 satélites en órbita, constituye la red más extensa que rodea actualmente la Tierra
30.07.2025 • 16:45hs • Polémica
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Interferencia satelital: científicos denuncian que Starlink dificulta la investigación espacial
La comunidad científica internacional encendió las alarmas en torno a los satélites de internet Starlink, propiedad de Elon Musk, por su presunto impacto negativo en la exploración espacial.
Investigadores de la Universidad de Curtin, en Australia, publicaron recientemente un estudio que denuncia cómo estos dispositivos interfieren con las observaciones astronómicas, especialmente en el campo de la radioastronomía.
La constelación de Starlink, que ya supera los 7.000 satélites en órbita, constituye la red más extensa que rodea actualmente la Tierra.
Starlink, en problemas: denuncian que sus satélites contaminan el espacio
El informe reveló que algunos satélites emiten señales en frecuencias que deberían estar libres para la radioastronomía, lo que genera interferencias difíciles de anticipar o filtrar. Estas emisiones no son intencionadas, sino que provienen de componentes electrónicos internos, lo que complica su regulación.
Los investigadores analizaron más de 76 millones de imágenes y determinaron que hasta 30% de los datos se vieron afectados por estas distorsiones, algo que comprometería seriamente los resultados de múltiples estudios espaciales.
A pesar de la magnitud del problema, el estudio aclara que SpaceX, la empresa dueña de los satélites, no viola ninguna normativa vigente.
Denuncian que los satélites de Starlink dificultan la investigación espacial
Steven Tingay, director ejecutivo del Instituto Curtin de Radioastronomía, indicó que las conversaciones con la empresa fueron constructivas, pero que es urgente actualizar las políticas internacionales para contemplar las emisiones no intencionadas.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), encargada de controlar las emisiones satelitales, aún no contempla este tipo de interferencias, algo que representa un vacío legal para la protección de la investigación científica.
El problema se agrava con la segunda generación de satélites Starlink, que según un estudio publicado en Astronomy & Astrophysics, emiten hasta 32 veces más interferencia de radio que sus predecesores.
Mediante el radiotelescopio LOFAR, los investigadores concluyeron que la radiación electromagnética no intencionada de estos satélites es hasta 10 millones de veces más brillante que las fuentes astrofísicas más tenues observadas desde la Tierra.
Esta situación amenaza con paralizar investigaciones vitales sobre el universo, según alertaron expertos del Instituto de Radioastronomía de los Países Bajos.