Amazon, el gigante global de tecnología y comercio electrónico, enfrenta en el Reino Unido dos demandas colectivas por una suma millonaria.
Los casos, que un tribunal de Londres ya ha certificado para avanzar, acusan a Amazon de abuso de su posición dominante en el mercado, en particular por manipular la función "Buy Box" de su plataforma para favorecer productos que utilizan sus propios centros logísticos y red de entrega.
En concreto, la suma por la que se demanda a la empresa en su conjunto llega hasta los u$s5.400 millones. La moción fue presentada por múltiples minoristas y consumidores.
Una de las demandas está liderada por Andreas Stephan y representa a más de 200.000 minoristas terceros, con un valor estimado de aproximadamente u$s2.000 millones.
Los abogados señalaron que Amazon favorece injustamente sus propios servicios sobre vendedores externos, lo que perjudicaría la competencia y la diversidad de oferta en la plataforma.
Por otro lado, la demanda presentada por el defensor de consumidores Robert Hammond agrupa a millones de clientes británicos que acusan prácticas similares de abuso de poder, en un caso valorado en hasta u$s1.746 millones.
La compañía rechazó estas acusaciones e indicó que el tribunal cometió un error al certificar los casos para que continúen. Además, la empresa afirmó que estas reclamaciones carecen de fundamento y confían en que la evidencia en el proceso legal demostrará la ausencia de conducta ilegal.
La firma resaltó además que apoya a los vendedores independientes en su plataforma, destacando que más de la mitad de las ventas físicas en su tienda en Reino Unido provienen de terceros asociados.
Estas demandas representan uno de los mayores desafíos legales que enfrenta Amazon en la región, en un contexto donde el gigante tecnológico ha invertido masivamente en el Reino Unido, con proyectos de infraestructura y servicios digitales por miles de millones de dólares y con una plantilla que supera los 75.000 empleados.
La situación refleja la creciente preocupación regulatoria y judicial en Europa por prácticas anticompetitivas de grandes plataformas digitales, entre las que ya tiene en la mira a Google con una demanda sobre la mesa.