En las últimas semanas empezó a difundirse una nueva modalidad de estafa a través de historias de Instagram que ya provocó varias denuncias.
El objetivo de los ciberdelincuentes es apropiarse de los datos de acceso a cuentas personales, obtener información bancaria y vaciar las cuentas en pocos minutos.
Este método combina técnicas de manipulación psicológica (ingeniería social) con la suplantación de identidad, y apunta principalmente a jubilados, personas con pocos recursos o en situaciones económicas urgentes.
Todo comienza con anuncios falsos que se insertan en las historias que los usuarios ven habitualmente.
Estas imágenes —algunas generadas con inteligencia artificial y diseñadas con gran nivel de detalle— simulan ser promociones oficiales de bancos reconocidos, ofreciendo descuentos de hasta un 50% en cargas de combustible, boletos de viaje, servicios esenciales o plataformas de streaming.
Cuando la persona hace clic en "Más información", es derivada a una página web que replica con precisión el sitio de un banco real. Allí se le solicita que complete información confidencial, como el número de DNI, nombre de usuario y clave bancaria.
Una vez que la víctima ingresa esos datos, los delincuentes acceden automáticamente a la cuenta: pueden transferir dinero, pedir préstamos o vaciar los fondos disponibles sin que la persona tenga tiempo de frenar el ataque.
Existen algunas señales claras que permiten detectar que se trata de una campaña fraudulenta: