En la era digital actual, en la cual las tecnologías avanzan rápidamente, tanto los celulares como las computadoras son una gran puerta de entrada para los ciberdelincuentes, que siempre encuentran un nuevo método para hackear a los usuarios.

Sin embargo, hay un dispositivo cotidiano que suele pasar desapercibido y representa un riesgo enorme: las impresoras.

Aunque parecen inofensivas, las impresoras actuales son dispositivos IoT. Están conectadas a redes o a la nube, manejan información sensible y, muchas veces, se integran con sistemas de gestión documental.

A diferencia de otros equipos inteligentes, suelen quedar fuera de las estrategias de protección. Rara vez se actualizan, mantienen configuraciones de fábrica (como contraseñas débiles o puertos abiertos) y son subestimadas por usuarios y empresas.

Esa combinación las convierte en blancos fáciles para los hackers, que pueden usarlas como punto de entrada para acceder a redes domésticas o corporativas.

Cuáles son los riesgos de no proteger tu impresora

Ignorar la seguridad de este dispositivo puede traer consecuencias graves:

Cómo proteger tu impresora para que no te la hackeen

A continuación, algunos pasos prácticos para proteger tu impresora:

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