Buenos Aires, 2019. Las calles son inundadas por una verdadera marea de bicicletas anaranjadas, que van de un lado a otro de la ciudad, las 24 horas del día.

La escena es recurrente y se repite en cada vez más barrios: las "ecobicis" se convirtieron en la gran sensación del año en materia de movilidad, de la mano de su ubicuidad y accesibilidad.

No solo están en todos lados; al ser gratuitas se transformaron rápidamente en la opción favorita de los que quieren viajar de manera ágil sin preocuparse por los problemas de tránsito de una ciudad abarrotada de autos.

 

Sin dudas, se trata de uno de los caballitos de batalla de Horacio Rodríguez Larreta en su campaña para ser reelecto como jefe de Gobierno porteño. El sistema demostró ser un éxito y, prácticamente, no tiene voces en contra.

Desde su puesta en marcha en febrero, cuando reemplazó a las viejas "bicis amarillas", la plataforma no paró de crecer: ya acumula más de un millón de viajes, 300 mil usuarios registrados y rompió su propio récord de 32 mil viajes en un día.

Asimismo, el gobierno aspira a tener 400 estaciones activas y 4.000 bicis en calle para finales de junio.

Semejante expansión fue posible gracias a la conformación público-privada del proyecto: Tembici, la startup brasileña de movilidad, aporta la aplicación y las bicicletas, mientras que Itaú y Mastercard son los sponsors que garantizan que, al menos por ahora, las ecobicis sigan siendo gratuitas para los porteños.

Un proyecto "sobre ruedas"

Carolina Belzunce, gerenta de Marketing del banco brasileño, revela a iProUP que, para la marca, la experiencia superó las expectativas.

"Vemos que hay muchas conversaciones relacionadas a Itaú. Además, al asociar el color de la bici con nosotros se dan detalles graciosos, como usuarios que las encuentran tiradas y las traen a nuestras sucursales", revela la ejecutiva.

En ese sentido, subraya además que el sentiment, es decir, la mirada de los usuarios hacia una marca, es "superpositivo".

No se trata de una apuesta nueva para la compañía. A nivel regional, trabaja desde hace 10 años en proyectos de movilidad; en Argentina, desde hace un lustro encara programas de este tipo, a través de su pata comercial.

Desde la Secretaría de transporte de la Ciudad confían a iProUP que, a la fecha, las estaciones más populares- es decir, en las que se retiran y devuelven más bicis-, son las siguientes:

1) Parque Las Heras

2) Ecuador (esquina Santa Fe)

3) Constitución

4) Plaza Güemes (Charcas y Salguero)

5) Congreso

6) Pacífico

7) Peña (esquina Azcuénaga)

8) Parque Centenario

9) Once

10) Plaza Italia

De acuerdo a los datos de uso, durante la semana las bicicletas "explotan" en microcentro, mientras que el área de Palermo, Recoleta y Figueroa Alcorta hace lo propio los sábados y domingos.

A la consulta sobre la posibilidad de que el programa deje de ser gratuito, desde la cartera son claros: "Seguirá operando bajo la misma modalidad".

Al respecto, Belzunce agrega que el esponsoreo "permitió reducir el 50% el presupuesto que se asignaba al programa anterior que tenía 2.000 bicis. Ahora, tiene el doble de rodados. La idea es que sea autosustentable como en el resto del mundo".

Si bien desde la empresa aseguran que, por ahora, no hay conversaciones en marcha, existe la posibilidad de extender el sistema a otras ciudades. "Estamos enfocados en que termine la fase de implementación en Buenos Aires, que se estabilice", aclara.

Algunos datos extra sobre la iniciativa: el 60% se registró con los datos de una tarjeta de crédito el resto presentando un servicio y el dni. A su vez, el 53% de los ciclistas son mujeres y 47%, hombres.

El escenario deja claro que, hoy por hoy, las bicis son las favoritas de los vecinos para moverse en trayectos cortos. Con ese panorama a la vista, ¿queda lugar para los monopatines?

En off, voces de la industria aseguran a iProUP que en la pelea por la movilidad, hoy por hoy las apps de scooters tienen todas las de perder. ¿Vale la pena seguir en la batalla?

Los monopatines, ¿en el limbo?

Hace apenas una semanas, Buenos Aires sumó su primer sistema de monopatines, de la mano de la firma mexicana Grin. El anuncio generó expectativas entre los porteños, pero el globo "se pinchó" cuando se dieron a conocer los precios del servicio: $15 para desbloquear una unidad, más $8 por minuto de uso.

Así, un trayecto de apenas 10 minutos pasa a valer $95, un valor similar al que puede costar un Uber por el mismo lapso de tiempo.

 

Desde la empresa argumentan que se trata de una opción de "micro-movilidad" que suele ser usada por unos pocos minutos, y que su precio se encuentra en línea con el resto de los mercados de la región.

Si bien esta explicación es repetida como un mantra por Grin, en la práctica se hace difícil convencer a los porteños de gastar alrededor de $100 diarios por un viaje de unas pocas cuadras.

Por ahora, el servicio se limita al barrio de Palermo y próximamente sumará las calles de Recoleta.

Grin ya implementó 500 "estaciones"-espacios designados para tomar los scooters- en locales de la zona. El número promete crecer, pero hasta ahora la percepción de los vecinos es clara: ¿vale la pena pagar cuando la red de bicis es más extensa y, sobre todo, gratuita?

Si bien la puesta en marcha de los sistemas de alquiler de monopatines es una iniciativa apoyada por la Ciudad de Buenos Aires; el propio gobierno porteño, con sus ecobicis, es el enemigo número 1 a la hora de expandir el servicio en la capital argentina.

Vale subrayar que una ley aprobada a mediados de mayo regula el uso de estas unidades en territorio porteño: ya se pueden usar en bicisendas y ciclovías, mientras que en las calles deben circular por el lado derecho; deben respetar una velocidad máxima de 25km/h y sus conductores tienen que ser mayores de 16 años.

Desde Transporte esquivan el conflicto y aclaran que "la idea no es que sean competencia, sino que ambos sean complementarios al transporte público".

"La bicicleta es una alternativa de movilidad real y consolidada en la Ciudad. Junto con la Red de Ciclovías y Bicisendas Protegidas -que ya cuenta con más de 234 km- y la promoción del uso de la bici, el Sistema de Transporte Público de Bicicletas es clave para que los viajes en bici pasaran de representar el 0,4% de los viajes que se realizan en la Ciudad en 2009 a 4% en la actualidad", suma un vocero de dependencia.

Al mismo tiempo, le bajan el tono a la polémica con los monopatines: "Es un actor nuevo en el tránsito y representa otra alternativa de movilidad: son ágiles, cómodos y se usan en las principales ciudades del mundo para realizar viajes cortos y conectar con el transporte público".

En Itaú, por ahora, ven lejana una incursión en el terreno de los scooters. "Están buenísimos pero, por ahora, no vamos a entrar. Las bicis ya son una inversión muy grande para el tamaño que tenemos en Argentina", destaca Belzunce.

Así, mientras una opción tiene el apoyo total de las autoridades y es encarado como una verdadera política de estado de Larreta y equipo, desde "la otra esquina" parecen luchar contra molinos de viento.

Los nuevos jugadores

La llegada de los servicios de monopatines a la Ciudad no estuvo exenta de polémica.

Según una fuente que prefirió el off-the-record, el gobierno de la Ciudad organizó una mesa de diálogo con algunos proveedores internacionales de este servicio para fijar una suerte de memorándum de entendimiento sobre cuestiones de seguridad.

Pero la startup mexicana Grin, que llegó al país de la mano de Rappi, tenía sus propios planes. Según pudo saber iProUP, no solo no asistió al convite, sino que apuró el lanzamiento de su servicio.

Su competidora Movo, de Maxi Mobility, holding español dueño de Glovo y Cabify, sí participó. "Podría lanzar el servicio a final de junio o principios de julio, sólo quedan temas legales por resolver", apunta la fuente.

La empresa, que planea salir a la Bolsa este año, levantó 20 millones de euros para su expansión latinoamericana en una ronda liderada por la aseguradora madrileña Mutua y el capital de riesgo Seaya, vinculada al BBVA.

Como parte de esa inyección de capital, sus monopatines ya largaron en Santiago de Chile y este mes aterrizan en Montevideo.

Por ahora, las compañías del sector trazan tres factores a la hora de garantizar el futuro del alquiler de monopatines en la ciudad.

-La aceptación de los porteños

-La madurez y solidez de las operaciones

-Los avances con el Gobierno de la Ciudad para que se consoliden como una verdadera solución adicional a los demás medios de transporte

Si bien en el sector consideran que "corren de atrás" y que las ecobicis hacen difícil su expansión en Capital Federal, seguirán apostando al "operativo seducción" de los porteños.

Mientras tanto, las bicis se consolidan como las "reinas del asfalto" y el verde de los scooters no pasa más allá del cordón de la vereda. Los peatones los miran curiosos pero, al menos por el momento, parecen no estar convencidos de usarlos.

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