La industria de las impresoras 3D toma cada vez más forma en la Argentina, con novedosos proyectos que aprovechan los alcances de esta tecnología que permite potenciar rubros de todo tipo.
Es así como muchos emprendedores, que buscan un ingreso extra ante la crisis económica, descubrieron esta forma de crear objetos únicos, personalizados y salir al mercado de forma rápida y a bajo costo.
Juguetes, accesorios, fundas para teléfonos, y hasta órganos humanos son apenas algunas de las posibilidades que presenta la fabricación aditiva. Ahora, también se suman a esta extensa lista las joyas de la mano de Quimbaya Orfebrería, la cual hasta llegó a aparecer en una de las series más vistas de los últimos años con sus productos: Game of Thrones.
No es una joyería común y corriente: está conformada por un equipo multidisciplinario compuesto por diseñadores gráficos, ingenieros, orfebres y comerciales que trabajan en conjunto para llevar adelante el diseño, la fabricación y la producción de joyas ‘exclusivas’ según la necesidad de sus clientes. De hecho, más del 80% de sus joyas son personalizadas.
"En el afán de querer presentar mejores resultados, optimizar los tiempos de procesos y brindar una mejor atención en el diseño y en la calidad del producto, incorporamos varias tecnologías; entre ellas, la impresión 3D y la tecnología láser, que nos dió la posibilidad de producir cualquier pieza de joyería para cualquier ámbito", adelanta a iProUP Juan Manuel Romero, fundador de Quimbaya Orfebrería.
Concretamente, el negocio trabaja con joyas engastadas en plata y en oro, mientras que la mitad de su producción está elaborada con moldería de impresión 3D.
Quimbaya Orfebrería nació del interés de Romero por estudiar una carrera artesanal, tras sufrir un accidente que lo dejó en coma por cinco días y allí fue donde encontró en la joyería lo que él define como una "gran pasión" y se anotó a la Tecnicatura de Orfebrería. Pocos meses después, en un viaje a Colombia, fue cuando surgió el nombre y la idea del proyecto.
Más adelante, en 2016, su pareja (Marcela Acrich) se unió al proyecto lo que, según el orfebre, le dió un "salto muy grande" al emprendimiento por la experiencia comercial que sumó: "Al poco tiempo nos incubamos y, a través de un proyecto de estudiantes de una Maestría en Dirección de Empresas, surgió el primer plan y modelo de negocio que incluyó la sumatoria de tecnología al negocio. Y así incorporamos la impresión 3D".
Romero manifiesta que la impresión 3D les abrió muchas puertas hasta convertirlos en "pioneros nacionales y regionales en aplicar esta tecnología al proceso productivo de las joyas" y hoy es un "protagonista fundamental de todo el proceso".
Sin embargo, no todo es color de rosa: el emprendedor recuerda que, en un primer momento, hubo un proceso de "prueba y error para aprender, ya que había poca experiencia en el campo de la fabricación aditiva". Superada esa etapa, su trabajo los llevó a participar en congresos de joyería por todo el país y hasta en el exterior (Inglaterra).
Con una inversión inicial de $250.000, principalmente para la adquisición de la máquina 3D, que se sumó a los elementos que Romero ya disponía en su taller de orfebre como un set de fundición, herramientas para el engarce y el acabado sobre las joyas y programas de diseño especiales para joyeros que posteriormente adquirió (Rhino Gold), fue cómo despegó Quimbaya.
Es así como hizo posible combinar dos ámbitos que parecen tan distantes como la joyería y la impresión 3D. La implementación de esta última sobre la primera se dió a través de dos procesos: el primero de ellos la ‘vulcanización’, definida por Romero como la "elaboración de un molde y una matriz a la que se le inyecta cera (una forma de hacer originales que reemplaza a la resina) para hacer producciones en serie".
El segundo paso consiste en la fabricación vía ‘fundición directa’, mediante la cual imprimen con resina casteable para luego llevar ese molde a la fundición, donde se le agrega el metal para fabricar las joyas en cuestión.
Puntualmente sobre el tipo de impresión, Romero precisa que es de tipo DLP (procesamiento digital de luz), una tecnología que funciona con resina fotosensible, que solidifica materiales con la proyección de luz ultravioleta. Una de las marcas con las que trabajan en la aplicación de esta herramienta es ‘Photocentric’ de la que, además, Romero es embajador mundial.
Su trabajo más importante llegó a inicios de 2019 con la fabricación y lanzamiento de un set de cucharas especiales para la última temporada de la popular serie Game Of Thrones (GoT), directamente para HBO España, las cuales llegaron a ser exhibidas al momento de presentar el estreno final de la misma y hasta compitieron en festivales publicitarios.
"Todo comenzó a principios de ese año cuando nos llamó una agencia de publicidad de Buenos Aires que se encontraba trabajando en conjunto con una agencia madrileña (LolaMullenLowe) que llevó adelante una campaña para HBO España en vísperas de la última temporada de GoT", precisa Romero.
De acuerdo al emprendedor, estas agencias buscaban un especialista que fabricase diseños de distintos productos y lo contactaron para realizar cucharas limitadas, en el marco de una campaña de marketing y merchandising que llevó adelante HBO y una heladería española llamada Magnum, conocida en territorio europeo.
Las cucharas, en cuestión, fueron diseñadas con los escudos y estética de cada una de las cuatro casas de la serie. "Fue una decisión arriesgada de nuestra parte ya que no teníamos experiencia en este tipo de objetos y mucho menos cuánto cobrar por ese trabajo. Pero, a su vez, representó un desafío muy importante", recuerda Romero.
Una vez desarrolladas, estas cucharas viajaron a Madrid en los días previos al estreno de la última temporada e hicieron la presentación en el Moda Shopping de Salamanca. Posteriormente, quedaron en poder de la agencia española y fueron seleccionadas para competir en el Festival publicitario de Cannes. Luego, también fueron exhibidas en latitudes como Hong Kong, México, Italia.
"Gracias a ese trabajo, logramos mucha exposición y alianzas clave que nos permitió darle visibilidad a lo que hacemos", resume Romero sobre la posibilidad de aparecer en campañas promocionales de la serie.
El emprendimiento cuenta con su propio sitio eCommerce con una importante variedad de modelos estandarizados de joyas, principalmente anillos, collares y aros engarzados, ya sea en oro o plata.
Además, cuentan con un servicio personalizado de elaboración de piezas, el más demandado de su negocio, solicitado principalmente por orfebres o hasta fábricas de joyería a las que les entregan a escalas bajas, el producto terminado vía fundición.
En cuánto a la demanda de clientes independientes, Romero menciona que, mayormente, son mujeres de 40 o 50 años las que buscan "joyas exclusivas y a medida" y que representan el mayor flujo de venta de Quimbaya.
A modo de conclusión, el emprendedor cordobés sostiene que su principal objetivo es expandirse a países limítrofes, en un primer momento, para luego dar el salto al mercado estadounidense, donde adelanta que ya trabajan en la venta de algunos productos.
En su afán por llevar su joyería 3D al mundo, Quimbaya no se detiene y ya cuenta con seis impresoras en su granja de Córdoba para poder abastecer "de sobremanera la demanda y la producción". Asimismo, Romero busca mantenerse a la vanguardia de la innovación y complementar su emprendimiento con nuevas tecnologías más allá de la 3D bajo el lema de "trabajar sin límites".