Elon Musk, nuevo dueño de la red social Twitter, emprendió una campaña contra el gigante tecnológico Apple luego de que los Cupertino optara por retirar su publicidad de la plataforma del multimillonario.
La decisión de la firma dirigida por Tim Cook coincide con la mayoría de los grandes anunciantes ante el temor a que el discurso de odio se instale en la red y tras los despidos aplicados por Musk hacia al equipo comercial.
El multimillonario utilizó Twitter para pedir explicaciones al presidente ejecutivo de Apple y se preguntó si la tecnológica "odia el derecho al libre discurso" en Estados Unidos.
"Apple ha amenazado con congelar Twitter de su App Store (servicio de aplicaciones de sus teléfonos) y no nos da las razones", manifestó el empresario.
Luego acusó a Apple de "imponer una tasa secreta del 30 % en cada cosa que compras a través de su App Store" y en otro tuit escribió que "Apple debería publicar todos los actos de censura que ha tomado y que afectan a sus usuarios".
Además, una de sus famosas encuestas para que los usuarios se pronuncien sobre si Apple debiese hacer públicos esos "actos de censura", en menos de una hora han respondido más de medio millón de usuarios (la mayoría con un "sí").
Por el momento, la aplicación de Twitter funciona con aparente normalidad en los iPhones de Apple, según pudo comprobar.
De confirmarse por parte de Apple, su retirada de publicidad supondrá un nuevo golpe para Twitter.
Es importante destacar que el desembarco de Musk ha perdido una buena parte de sus ingresos publicitarios: la red del pajarito ha perdido ya a la mitad de sus principales anunciantes, que solo este año habían gastado 750 millones de dólares en la red.
Tras la retirada de anunciantes, unas veces pública y otra discreta, está el temor de las empresas al ver el incierto rumbo que toma Twitter en relación con los contenidos, y que se manifiesta en decisiones tan polémicas como el restablecimiento de la cuenta de Donald Trump, suspendida tras el asalto al Capitolio.
Elon Musk suele definirse como "un absolutista de la libertad de expresión" y por ello contrario al excesivo control de contenidos, pero desde su llegada esto se ha traducido en una mayor presencia en la red de discursos de odio.