Nadie se lo esperaba, era parte de la vida diaria de los vecinos de La Matanza. Un canillita de barrio que resultó ser un ladrón de guante blanco, y que con un algoritmo que llevaba en unos cuadernos descifraba números y códigos de seguridad de tarjetas de crédito.

Pero finalmente Fernando Alberto Falsetti cayó y fue arrestado. Entre mayo y septiembre del año pasado había realizado una serie de estafas a partir de un método muy particular: un algoritmo para crear tarjetas de crédito y de esa forma logró robar, al menos, más de un millón de pesos, en 169 fraudes.

Fue una empresa de TV satelital el que lo denuncióy fue investigado por la Unidad Funcional de Instrucción de Vicente López Oeste, a cargo del doctor Alejandro Musso.

Falsetti fue aprehendido pero luego recuperó la libertad por orden del juez de San Isidro Esteban Rossignoli.

Según explicaron fuentes del caso a Infobae, todo comenzó cuando varios titulares de tarjetas de crédito desconocieron 169 operaciones de compra de cuentas prepagas y otros diversos servicios que ofrece la compañía damnificada. En consecuencia, desde el Área de Control de Fraudes de la firma iniciaron una investigación.

El canillita llevaba todo impecablemente en su cuardernito

Al principio se creyó que estaría involucrada una banda especializada. "Se estimó que se podía tratar de una mecánica orquestada por una organización criminal importante, porque, en teoría, resulta muy complejo adquirir en el mercado negro la cantidad de tarjetas que usó el imputado", confiaron las fuentes.

Pero los investigadores se sorprendieron al ver que era "un lobo solitario".

Al principio se pensó que era un grupo especializado en estafas

El método utilizado

Falsetti implementó un método casero para detectar tarjetas de crédito válidas siguiendo patrones vía un algoritmo que diseñó, y utilizaba varias tarjetas para cargarse crédito en sus cuentas prepago.

El canillita lograba descifrar números y códigos de seguridad de las tarjetas

En la investigación se descubrió que todas las cuentas eran manejadas desde el domicilio de Falsetti.

"Esperábamos encontrarnos con un hacker parte de una banda sofisticada", dijo una fuente, pero se encontraron con "un delincuente de guante blanco de la vieja escuela".

Dato de color: Falsetti tenía un cuaderno anillado de 32 hojas en el que se verifica la forma en que realizaba las operaciones y descubría los códigos de seguridad de cada tarjeta. En muchos casos se trató de montos menores, por lo cual los investigadores creen que esas transacciones pudieron haber pasado desapercibidas para los titulares de las tarjetas.

Falsetti la semana que viene será convocado a una audiencia indagatoria ante el fiscal Musso

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