El cloud computing, o la "computación de nube", es una de las tantas innovaciones tecnológicas que ofrece diferentes procesos de perfeccionamiento para cumplir con las expectativas.
Sus principales ventajas no tienen que ver solamente con una de sus funciones primordiales, la de almacenar contenido, sino también su versatilidad y agilidad para poder trabajar múltiples proyectos a la vez.
Por eso razón, el Gobierno inició recientemente un proceso de consulta pública en la que se le consultó a los partícipes del mismo su opinión para la definición de criterios afines a la creación de una nube híbrida para la propia administración. En la misma, se recibieron 23 aportes de los sectores involucrados, divididos en cinco segmentos.
En el segmento de datos, la mayoría destacó la "importancia de la implementación de una política de clasificación de datos", además de sugerirse la elaboración de una normativa común a todos los organismos y jurisdicciones del sector público. También se consideró necesario llevar a cabo mecanismos de seguridad informática en tiempo real.
En cuanto a la administración, se recomendó la "utilización de APIS gateways estandarizadas y que se estimen requerimientos técnicos en relación a sus niveles de seguridad y acuerdo de nivel de servicios", que sean compatibles con una interfaz para permitir a usuarios efectuar operaciones diarias mediante una experiencia de fácil comprensión y ejecución.
Asimismo, hubo referencias a la vinculación de Arsat con un proveedor de servicios de nube, consideraciones varias y comentarios relacionados a la inversión necesaria para el proyecto.
Al respecto de esta última arista, las sugerencias allegadas se centraron en la importancia de que el Estado procure la "sostenibilidad del vínculo con inversionistas a mediano y largo plazo".
Por último, el reporte advirtió que "el despliegue debe contar con parámetros de transparencia y participación" y ser multi-actor, al tiempo que sugirió la contratación de empleo local para trabajos tercerizados y que los planes sean acompañados por proyectos de capacitación, dado el grado de complejidad que acarrean.
"Arsat cuenta con presencia territorial en todo el país, consecuentemente, es menester que a fin de cumplir con el despliegue federal propuesto en el punto precedente, desarrolle y acreciente su infraestructura posibilitando captar la demanda de servicios que los gobiernos provinciales, municipales y el sector público puedan llegar a requerir", sintetizó el informe.
La iniciativa surgió durante el primer trimestre del año pasado, cuando la Oficina Nacional de TI (ONTI) marcó como prioridad la iniciativa de adoptar una Nube de Gobierno, por lo que convocó a Proveedores de Servicios de Nube (PSN) para un primer acercamiento e intercambio de ideas y proyectos.
En ese mismo tramo, los PSN brindaron capacitaciones y charlas, y en julio del mismo año se dió el primer paso, de la mano de un trabajo conjunto con Arsat para conocer el estado del Centro Nacional de Datos y otras informaciones relevantes para el plan. Luego, se publicaron encuestas sobre experiencias de adopción de nube en la sociedad.
En septiembre el gobierno definió el modelo a adoptar tras un proceso de evaluación que requirió la identificación de las fortalezas y debilidades de cada opción. A partir de esta última movida, el Estado escogió el modelo de nube híbrida como el "mejor escenario para cubrir las necesidades de infraestructura en forma eficiente".
Ya a principios de este año, se desarrolló el inventario nacional de bienes informáticos y servicios tecnológicos en el ámbito de parte de la ONTI para contar con información verídica para la elaboración y ampliación de políticas orientadas a la búsqueda de soluciones tecnológicas y la demanda de servicios. Fue entre febrero y marzo cuando se llevó a cabo el proceso de consulta pública del que ahora se conocieron los resultados.