La presencia de drones ha obligado a varios aeropuertos en distintos lugares del planeta, a cerrar por seguridad hasta que se resolviera la situación. Pilotos de todo el mundo reportan de forma habitual casos de menor gravedad, pero que generan una gran incertidumbre.El riesgo afecta a muchos otros ámbitos y tipos de instalaciones. Plantas industriales, centrales nucleares, infraestructuras, edificios oficiales, centros penitenciarios, estadios deportivos o cualquier lugar en el que se celebre un evento público pueden enfrentarse al mismo problema.Un dron puede utilizarse para invadir la intimidad de las personas, espiar, perpetrar un atentado, o simplemente provocar un accidente de forma no intencionada, al colisionar contra un vehículo o persona.Frenarlos es sin embargo muy difícil, ya que llegan a medir unos pocos centímetros y vuelan a baja altura y velocidad. Pueden aparecer además de forma sorpresiva, despegando desde cualquier punto y dejando muy poco margen de reacción.Desarrollar una solución eficaz exige disponer de un profundo conocimiento en distintas áreas: tecnología radar, defensa electrónica, comunicaciones y mando y control, entre otras. 

Indra es una de las pocas empresas del mundo que dispone de una solución integral, específicamente preparada y probada para proteger un aeropuerto o cualquier otro espacio frente a drones que vuelen sin autorización.Se trata de un escudo inteligente, denominado ARMS (Anti RPAS Multisensor System), que detecta la presencia de estas aeronaves a kilómetros de distancia y las neutraliza si invaden el espacio a proteger.La compañía ha probado su solución en países en los que este tipo de amenaza es mucho más habitual y peligrosa que en Europa. Se puede utilizar de forma dirigida para dejar fuera de juego un solo dron, o todo un enjambre de aeronaves completo, aplicando medidas más agresivas. El sistema puede llegar a activar incluso una cúpula de protección completa.El sistema ARMS está diseñado con la flexibilidad y adaptabilidad en su ADN. Dispone de un abanico de sensores posibles para la detección, incluyendo radares, cámaras infrarrojas o sensores de radiofrecuencia de diversas características y capacidades, que llevan a cabo las tareas de detección e identificación.El operador supervisa toda la operación desde su puesto de control y gestionará -o dejará que el propio sistema reaccione automáticamente- los equipos de perturbación, que cortan la comunicación con el piloto y saturan los sistemas de navegación del aparato, cegándolo e impidiendo que complete su misión. Puede emplear, además, técnicas de engaño o spoofing para distorsionar los sistemas de autoguiado del aparato y poder dirigirlo hacia el lugar seguro que se desee.

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