Algún día existirá la tecnología capaz de grabar cualquier cosa que suceda delante de los ojos, sin tener que sacar el teléfono del bolsillo, desbloquearlo, esperar a que la aplicación de cámara se abra, elegir la opción de vídeo, enfocar y darle al botón rojo. Y parece que Apple, la compañía que dirige Tim Cook, está cerca de lograrlo. Es que la firma patentó una nueva tecnología para sus gafas inteligentes que permitirá evitar todo ese lío y así poder grabar exactamente lo que esté mirando en ese momento.

Según la patente registrada por Apple, esta nuevo sistema se destinará fundamentalmente a los anteojos inteligentes, que según los analistas verán la luz en 2025. Esto se llevaría a cabo con unos sensores de seguimiento colocados en las gafas que indicarán el lugar donde se dirige la mirada y la cámara se activará para grabar lo que están mirando los ojos en lugar de simplemente grabar lo que tienen enfrente.

La patente, que lleva por nombre 'Gaze-driven recording of video'.

El video se procesará para hacer un estimado de las zonas de interés basándose en los datos recogidos por los sensores y para estabilizar la imagen suavizando el movimiento constante de los ojos. Finalmente, se guardará en un dispositivo que puede ser un iPhone, iPad o Mac, que estará conectado con los anteojos.

La patente, que lleva por nombre 'Gaze-driven recording of video', grabación de video con la mirada en español, se une a la serie de patentes que Apple ha ido registrando con el mismo propósito, una, de hace apenas un mes y otra, de junio del año pasado.

Fuente: El Confidencial.

¿Matar al iPhone?

Todo concluye al final. Según especialistas, es muy probable que algún martes de 2022 finalmente llegará un invento o dispositivo finalmente terminará matando al iPhone: las gafas de realidad mixta de Apple.

Según los rumores, ese mismo martes será el día en que ocurrirá un cambio radical de la experiencia de usuario, tal como se experimentó en 2007 con la llegada de el iPhone

Una nueva patente de la compañía de Cupertino otorga una pista de cómo puede ser esa nueva era tecnológica. Las gafas de Apple buscarán eliminar la limitada pantalla de los teléfonos inteligentes para convertir toda tu realidad inmediata en una pantalla.

No una pantalla plana gigante flotando en el espacio delante de tus ojos, sino una capa virtual infinita, sobreimpresionada en alta fidelidad sobre la realidad que te rodea.

Con estas gafas se podrá tener un escritorio de trabajo ilimitado, una estación de diseño holográfica como las que Tony Stark utiliza en Iron Man, un mapa con indicaciones que marcan claramente el camino a seguir sobre el propio terreno o la capacidad de materializarte instantáneamente en la casa de un amigo a 1.000 kilómetros de distancia

Los usuarios verán objetos y personas virtuales como si fueran reales, delante de tus propios ojos y colocadas sobre el suelo o el mobiliario real porque este dispositivo será capaz de conocer tu entorno gracias a sensores LiDAR como los que tiene el iPhone 12 Pro.

Las posibilidades productivas, sociales y de entretenimiento irán más allá de cualquier cosa que hayamos experimentado hasta ahora y, aunque las primeras versiones no serán perfectas, el cambio es inevitable. Pero la clave para que todo esto tenga éxito estará en la experiencia de usuario. 

Igual que la pantalla táctil del iPhone introdujo una nueva manera de manipular información digital sin tener que usar controles físicos, este nuevo medio necesitará de otro nuevo lenguaje.

Donde ahora se puede pellizcar con los dedos en una pantalla para ampliar una imagen o pulsamos para abrir un menú, esta nueva dimensión no tangible necesitará de otro método de interacción, diferente pero tanto o más intuitivo que el teléfono.

La mano como interfaz

No se puede predecir cuáles serán las convenciones de este nuevo medio, pero sí se pueden asumir ciertos parámetros según lo que se sabe. El primero es que Apple no obligará a usar mandos externos como los dispositivos de Realidad Virtual y mixta actuales al estilo del Oculus Rift.

Hacerlo sería un paso atrás con respecto a la manipulación directa que el iPhone estableció como estándar. Es lógico pensar que sea igual o mejor.

 

El problema está en cómo seguir las manos y hacerlas interactuar con una realidad que no existe. Existen varios métodos para seguir objetos en el espacio real. Una, la más primitiva, es usar cámaras externas situadas en el perímetro de una habitación para seguir tus movimientos, generalmente llevando marcadores.

Esto funciona muy bien y se usa de forma habitual para la creación de efectos especiales, pero no será la solución porque no es ni práctica ni útil.

Otra opción es poner las cámaras en las gafas. Esta opción — que usa la startup Leap Motion en su proyecto Orion, que Apple intentó comprar en su día — sería una posibilidad. Es la manera más intuitiva: para actuar con la realidad sintética sólo habría que extender las manos y realizar gestos, agarrar, mover o hacer cualquier cosa que harías con cualquier objeto físico.

Además no se necesitaría más que las manos: los sensores tridimensionales de tus gafas y el motor de inteligencia artificial reconocería las manos y los dedos con gran precisión.

Sin embargo, también hay limitaciones en esta solución. La primera es que las manos sólo podrían interactuar con el entorno cuando estuvieran en el campo de visión de las cámaras. La segunda es que no tendrías la capacidad de usar objetos físicos más precisos, como un lápiz real para escribir o dibujar en una hoja de papel virtual.

Los esfuerzos de Apple en este sector auguran un futuro en el que los actuales aparatos electrónicos serán sustituidos por estos dispositivos ‘invisibles’. La nueva tecnología requerirá una nueva legislación, unas nuevas reglas de etiqueta digital y herramientas educativas para un uso responsable. Pero esto es algo con lo que estamos lidiando ya, la tecnología, queramos o no, sigue avanzando y nos toca a nosotros decidir el uso que le vamos a dar.

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