Existe un nuevo dispositivo portátil de bajo costo con capacidad para convertir el cuerpo humano en una batería biológica y fue creado por investigadores de la Universidad de Colorado Boulder. Esto atrajo la atención de la revista Science Advances quienes dedicaron un artículo a esta creación.

¿Cómo funciona?

En dicho articulo se dio a conocer que el dispositivo cuenta con la cualidad de ser lo suficientemente elástico como para ser usado como accesorio, bien sea un anillo, una pulsera o cualquier otro. También se detalló que este dispositivo usa el calor emanado del cuerpo a su favor para convertirlo en electricidad con ayuda de generadores termoeléctricos.

Respecto a esto, el autor principal del dispositivo y profesor asociado del departamento Paul M. Ready, Jianliang Xiao expresó lo siguiente "En el futuro, queremos ser capaces de alimentar la electrónica portátil sin tener que incluir una batería".

Por otro lado, si se que con este dispositivo se podrá obtener una enorme cantidad de energía, lo cierto es que esta solo será de alrededor de 1 voltio por cada centímetro cuadrado de piel, suficiente como para poner en marcha un reloj o un rastreador de fitness.

Ya en el pasado, los científicos habían tenido la oportunidad de experimentar con dispositivos termoeléctricos diseñados para ser usados como accesorios. Sin embargo, a diferencia de estos, el de Xiao posee la cualidad de ser elástico, otorgándole así la propiedad para regenerarse por sí mismo en caso de sufrir algún daño. Además, cuenta con capacidad para ser reciclable, haciendo de él una alternativa más limpia a la electrónica tradicional.

En lo que respecta a su diseño, el dispositivo presenta en primer lugar una base hecha de poliimida, un material elástico. Seguido de esta se encuentran una serie de finos chips termoeléctricos conectados entre si por cables de meta líquido. Al final, el resultado obtenido se muestra como una pulsera de plástico combinada con una placa base de ordenador miniatura.

La energía que consume Bitcoin

En base a datos publicados por un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, la energía anual que se necesita para producir Bitcoin ya supera a la de toda Argentina y va por la de Noruega.

El estudio, publicado por el "Cambridge Centre for Alternative Finance, señaló que la minería de bitcoin ya consume 121.88 terawatts por año, mientras que la Argentina está en 121. 

Esto sucede porque para minar, producir bitcoins, se necesita una enorme cantidad de energía para las computadoras que los "fabrican".

Asimismo, la minería de criptomonedas es un trabajo que se basa en la verificación constante de las transacciones, lo que se conoce como agrupar transacciones en bloques y agregarlas a un registro público (el "blockchain"). Este trabajo se recompensa, precisamente, con bitcoins.

Ahí es donde entra el enorme consumo de energía: el objetivo de agregar bloques individuales a esta gran cadena demanda una resolución de problemas lógico-matemáticos bastante complejos. Y eso es lo que requiere un poder de cómputo inmenso, que en la actualidad se hace con GPUs (procesadores que tienen las placas de video). 

Bajo este escenario, un tema recurrente tiene que ver con los posibles problemas que esto trae para el medio ambiente, y la Universidad de Cambridge analiza ese impacto.

Mientras la producción de energía se decanta por modelos alternativos, Bitcoin no deja de consumirla con voracidad

"Si bien los teravatios-hora (TWh) son una unidad estándar que se utiliza para medir el consumo de electricidad, para algunos puede resultar difícil poner estas cifras en perspectiva sin un contexto", afirmaron desde Cambridge.

"Esta sección intenta proporcionar una base imparcial y objetiva para ayudar a los visitantes a evaluar de forma independiente la magnitud del consumo de electricidad de bitcoin y compararlo con otros usos de la electricidad", explicaron. 

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