El mundo experimentó en el año que pasó una brutal conmoción social y económica, de la cual pueden rescatarse algunas certezas. Una de ellas es que sabemos que el futuro no será como el pasado, y otra indiscutible es que se aceleró vertiginosamente la adopción de bienes y servicios digitales, tanto en los individuos y las organizaciones sociales como en los Estados. El mundo dio un enorme y repentino salto hacia "lo digital", que en épocas normales hubiera demandado décadas. 

En el corazón de este salto digital están las industrias del conocimiento que, lejos de mermar su crecimiento, encontraron nuevas demandas, nuevos mercados y nuevos consumidores. Argentina no es una excepción a esta ola global y, sin desconocer las dificultades económicas y financieras propias de nuestra castigada macroeconomía, las industrias del conocimiento siguieron operando y, aun en lo peor de la crisis, desarrollando nuevos proyectos. 

La Economía del Conocimiento reúne características que la hacen insustituible para la reactivación económica que demanda nuestra sociedad. Tiene una singular capacidad para transformar masivamente la educación en empleo de alta calidad, y ese empleo en exportaciones. Hace una excelente contribución a nuestras reservas nacionales de divisas, ya que las exportaciones de servicios de conocimiento en su gran mayoría no requieren importaciones de insumos, lo que hace que su aporte neto a nuestra balanza externa sea total. Su crecimiento se hace en función del talento humano, por lo que es una de las pocas industrias que no demandan "lluvia de capitales" para su desarrollo, condición invalorable para países con restricciones externas. Y la creación de empleo masivo en toda la geografía nacional es un excelente auxilio para los fiscos de las provincias y de la nación, porque el crecimiento de su masa salarial es un motor económico que incrementa las fuentes de recaudación fiscal. Ningún otro sector económico puede proveer en el corto plazo tal combinación de efectos positivos sobre nuestro castigado mapa productivo.

Hacia fin del año pasado ocurrieron dos hechos importantes que impactarán en el desarrollo futuro de las industrias del conocimiento: finalmente se sancionó la reforma a la Ley de Economía del Conocimiento, demorada desde mayo de 2019; y se redujo de 5% a 0% la tasa de derechos de exportación que gravará a todas las empresas que ingresen a su régimen.

El sector de la Economía del Conocimiento genera no sólo fuentes de trabajo, sino que dinamiza la economía del país

Estas dos medidas eran largamente esperadas por el sector. Las condiciones normativas, fiscales y previsionales que imperan en Argentina son sensiblemente menos atractivas que las que rigen en muchos países de la región, defecto que produjo que en los últimos años empresas y especialistas freelance hayan elegido operar bajo las leyes de esos países, produciendo un éxodo progresivo de talento y riqueza que empobrece a nuestro ecosistema empresario y nuestro fisco. 

Las dos medidas comentadas son el principio de lo que puede llegar a ser una política pública consistente para el desarrollo de la Economía del Conocimiento en nuestro país. La apertura de una Mesa Sectorial convocada la última semana del año pasado por el Ministerio de Desarrollo Productivo permitirá el análisis entre el sector público y privado de nuevas iniciativas para apuntalar ese crecimiento, entre las cuales merece destacarse el fortalecimiento de las fuentes de formación de talento y el desarrollo progresivo de la red de conectividad que requiere la economía digital para su pleno desarrollo federal.

El mundo reclama más y mejores soluciones digitales y de alta tecnología que Argentina tiene la capacidad de producir. Es uno de los pocos países en vías de desarrollo con una variada aptitud en la creación de innovación y en la producción de bienes y servicios sofisticados. El mercado global se expande anualmente a una tasa que varía entre el 6% y el 8%, y Argentina podría capturar una porción creciente de ese universo. 

Por otra parte, existe la amenaza de que ese crecimiento se radique en los países que ya focalizaron su estrategia de atracción de industrias de conocimiento ofreciendo condiciones ventajosas en el orden fiscal, previsional, normativo y macroeconómico. La Economía del Conocimiento es la "gallina de los huevos de oro" que dinamiza el crecimiento mundial. 

El año 2020 terminó con buenas noticias para las industrias del talento; será tarea de todos que esas noticias se concreten y que cientos de miles de nuestros jóvenes encuentren oportunidades de desarrollo personal y profesional trabajando en las empresas del futuro, indicóLuis Galeazzi, Director ejecutivo de Argencon, para Forbes Argentina.

El plan en la Argentina

Los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, presentaron una serie de medidas para impulsar el desarrollo del sector de Economía del Conocimiento, en el marco del Acuerdo Económico y Social. Las cámaras, en tanto, presentaron un plan de expansión a 10 años con el que prevén crear más de 500.000 empleos -formales, de calidad, inclusivos y federales- y generar 10.000 millones de dólares de exportaciones.

"Queremos apelar a lo que plantea la Ley de Economía del Conocimiento para que el sector privado haga un esfuerzo muy fuerte en capacitación, que invierta sus recursos y que apele al sistema científico y tecnológico, y a las universidades, como herramientas para ampliar la materia prima del sector, que es el talento argentino, de los chicos y chicas, con una mirada federal y de género", expresó el Ministro Kulfas.

Por su parte, el Ministro Salvarezza señaló que "uno de los grandes desafíos que tenemos desde el sector de ciencia y tecnología es poder establecer las demandas, saber qué necesitan las empresas para hacer más competitivo nuestro software y cómo acompañarlos desde las universidades, los organismos de ciencia y cómo utilizar las herramientas que están disponibles para que puedan incorporar más desarrollo e innovación a sus productos y servicios".

La nueva Ley de Economía del COnocimiento tratada en el Congreso ayudará aún mas a desarrollar el sector

Nueva agenda

La reunión planteó una agenda abierta para que todas las partes puedan aportar su visión. Los ejes principales de inicio se basaron en la Ley de Economía del Conocimiento y su marco normativo e implementación, la apertura de nuevos mercados internacionales, el fomento de nuevas inversiones, la creación de empleo, las especialidades más requeridas para futuras capacitaciones, y el programa de formación para mujeres e incentivos para la contratación de mujeres y personas LGBTQ.

"Tenemos una agenda operativa, con temas centrales como el empleo, el desarrollo de recursos humanos, conectividad, cuestiones de género como política industrial. Esta agenda es propositiva. Este es un sector que recibe un beneficio único, producto de un enorme sacrificio de la sociedad argentina y tenemos que honrar ese sacrificio", indicó el Secretario de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, Ariel Schale.

"La ley confirma un rumbo para que las inversiones lleguen, que sean audaces al combinarse con la innovación, para que logren un crecimiento con transformación, y que tengan impacto federal, de inclusión y exportador", expresó el presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, Fernando Peirano. 

"Las bondades de este sector están a la vista. Mañana se publicará la disposición de la Secretaria que completa la resolución que firmó el Ministro Kulfas, y la AFIP también está trabajando en las resoluciones generales", indicó la Subsecretaria de Economía del Conocimiento, María Apólito, quien agregó que "los recursos humanos necesarios harán que crezcamos y expandamos nuestra meta de posicionamiento regional y mundial, de lo contrario tendremos un techo".

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