El Banco Central Europeo (BCE) expresó que la revolución de la digitalización está virtualmente en todas partes y está transformando todas las economías.
 
En un reporte financiero, la entidad también hizo mención a nuevos patrones de consumo y modelos de negocios, de los cuáles vaticinó que llegarán para quedarse en el mundo post-pandemia.

Al referirse a las consecuencias que dejó la crisis sanitaria por el COVID-19, el informe hizo una sintesis y se orientó en la aceleración del uso de las tecnologías digitales y cómo afectan a la política monetaria.

En ese sentido, la mayor entidad financiera de Europa consideró que la nueva realidad tiene "impacto en la generación o pérdida de empleos, la productividad y la inflación".

A partir de esa información, el BCE confirmó que no descarta implementar medidas que permitan retomar el crecimiento económico en el Viejo Continente, asociadas con estas nuevas tendencias financieras.

"Adoptar tecnologías digitales para trabajos remotos o nuevos servicios financieros, por ejemplo, son considerados como retos, pero también como oportunidades de convergencia", destacó el boletín.

El Banco Central Europeo tiene su sede en Fráncfort del Meno, Alemania

Asimismo, la digitalización jugará un papel significativo en la recuperación de la economía europea. Las proyecciones de los analistas financieros prevén, en principio, un aumento de 3,9% del Producto Interno Bruto (PIB) para 2021. Aún así, investigadores del BCE remarcaron que, aunque la pandemia del coronavirus influyó de forma negativa en la productividad, el impulso para la adopción de tecnologías digitales podría ser positivo a largo plazo.

"Puede que sea necesario adaptar las políticas estructurales, por ejemplo, las relativas a los mercados de trabajo, de productos y financieros, con el fin de aprovechar plenamente los beneficios potenciales de las tecnologías digitales mientras se preserva el crecimiento inclusivo", señaló el BCE en el documento.

Sobre el estudio del Banco Central Europeo

El boletín también hizo referencia a una encuesta realizada a 72 compañias no financieras del sector industrial y de servicios a lo largo de Europa. Esas empresas fueron consultadas acerca de sus perspectivas a largo plazo, con base a los efectos derivados de la pandemia.

Los factores máyormente mencionados por los participantes fueron el aumento del teletrabajo y la aceleración de la digitalización. Aun así, resaltaron aspectos positivos en referencia a dichos efectos como un incremento en las ventas virtuales, más comercio electrónico y más reuniones virtuales.

Mediante el estudio, la mayor institución monetaria europea buscó analizar de cerca estos elementos para ver como influyen en las posibles decisiones que tome a nivel macroeconómico.

Analistas deslizaron la posibilidad de crear nuevos métodos de pago o la implementación de un mecanismo alterno como las monedas digitales, lo que afectaría otras estructuras ya establecidas, devastadas por el accionar del virus.

"Algunos de los principales efectos de la digitalización relevantes para la política monetaria están relacionados con la producción y la productividad, los mercados de trabajo, los salarios y los precios. El impacto de la digitalización en la economía depende de la estructura económica nacional y de las políticas económicas, las instituciones y la gobernanza", agregó el documento.

En referencia a lo anterior, el BCE remarcó que la digitalización podría afectar la estructura de los mercados y a la competencia. Esto, además, podría impactar en la innovación y en el papel que juegan los activos intangibles.

En diciembre pasado, el BCE emitió medio billón de euros para intentar paliar la situación económica. Mientras esto ocurría, millones de dólares de diversas instituciones privadas llegaron a bitcoin (BTC) como una forma de resguardo de valor ante un potencial incrementó de la inflación o devaluación del euro frente a otros tipos de cambio.

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