Telefónica, América Móvil y Telecom Italia completaron la compra de los activos del operador móvil Oi, su rival en Brasil, por 16.500 millones de reales (u$s3.200 millones) por lo que llegan a subasta sin rival luegode que Highline Brasil, grupo controlado por el fondo Digital Colony, decidiera a principios de noviembre retirarse de las negociaciones.

Las compañías también se comprometieron a utilizar las infraestructuras fijas de la propia Oi. La empresa de capitales españoles también tenían a su favor la posición de stalking horse en la licitación, aprobada la Justicia brasileña de concursos de acreedores, lo que les permitía tener un derecho de tanteo para elevar su oferta ante la aparición de otras.

Telefónica tiene el 30% del mercado brasileño y así aumentará su participación

Con el cierre de la operación se inicia la salida de la grave crisis originada por la entrada en concurso de acreedores de Oi en 2016, con un pasivo entonces de 66.000 millones de reales, el mayor de la historia de Brasil.

Durante este periodo, acreedores y accionistas han entablado distintas disputas por Oi, la cuarta telco del país, con más de 30 millones de clientes. En agosto pasado, fueron finalmente los acreedores quienes dieron el visto bueno a la propuesta de modificación del Plan de Reorganización Judicial que incluía la venta de activos.

Telefónica, líder del mercado móvil brasileño con la marca Vivo y una cuota del 33%, se ha aliado así con sus dos principales rivales en el país: la italiana TIM (con una cuota del 23,2%) y Claro, filial del gigante mexicano América Móvil (24,4% de cuota). América Móvil, controlado por Carlos Slim, es el grupo líder de las telecomunicaciones en Latinoamérica y tiene una capitalización bursátil de unos u$s41.000 millones de euros, un 66% más que Telefónica.

El precio mínimo para pujar por los activos móviles de Oi se fijó en junio en 15.000 millones de reales (u$s3.000 millones).

Lo que viene

Para Telefónica, América Móvil y Telecom Italia la operación supone una ampliación de sus posiciones en Brasil, junto con la desaparición de un rival directo en este negocio. El mercado brasileño reduciría de cuatro a tres el número de operadores móviles de red, una situación que se ha dado en grandes países como EE UU y Alemania.

Las tres firmas se repartirían los activos de Oi, pero deberán cumplir con las limitaciones de cuota de mercado y espectro que pudieran plantear las autoridades de la competencia. No es descartable que alguna de las operadoras tenga que devolver espectro.

Telefónica trata de avanzar en el cumplimiento del plan estratégico fijado el pasado mes de noviembre por Álvarez-Pallete. Una estrategia en la que Brasil se sitúa, junto a España, Reino Unido y Alemania, como uno de los mercados prioritarios, según revela CincoDías.

La crisis sanitaria y económica por el coronavirus ha golpeado duramente a Brasil y provocado el hundimiento del real y castigando así los resultados de Telefónica y el valor de su participación del 73,68% en la filial brasileña, que se sitúa ahora en torno a los 9.350 millones de dólares.

Brasil suponía al cierre del tercer trimestre el 18% de los ingresos consolidados del grupo y más del 24% del resultado bruto de explotación. Es el país en que Telefónica tiene un mayor número de clientes, con 93,8 millones de accesos totales, de los que 74,7 millones son líneas de móvil.

Para Telefónica, "esta transacción generará valor a través de un mayor crecimiento, eficiencias operativas y mejoras en la calidad del servicio". Según la propia compañía, "contribuirá al desarrollo y competitividad del sector brasileño de las telecomunicaciones".

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