Masayoshi Son es uno de los inversores más importantes del planeta, y al explicar durante una conferencia virtual organizada por The New York Times la venta de activos que ha realizado a lo largo de 2019, dijo que fue porque se ha preparado para "el peor escenario".

Este millonario nipón, tercera fortuna de su país, es el hombre que levantó hace prácticamente 40 años el gigante Softbank, una empresa de telecomunicaciones que tiene cierta debilidad por meter un pie en cualquier tecnológica que despunte en cualquier punto del globo. Y lo hace a través de Vision Found, su brazo inversor, que se ha convertido en una suerte de 'crupier' repartiendo cartas capaces de poner patas una industria al completo.

"A corto plazo soy pesimista", indicó el directivo, que agregó que "La segunda ola del coronavirus ya está aquí, y pese a que hay vacunas en desarrollo y tratamientos, nadie sabe lo que puede pasar en los próximos dos o tres meses".

Para Masayoshi Son, "puede ocurrir cualquier desastre, así que nos estamos preparando para el peor escenario". En su opinión, antes de que las vacunas contra el Covid-19 sean completamente aprobadas y distribuidas, "alguna gran compañía puede quebrar y provocar un efecto dominó".

SoftBank ha logrado mantenerse en la cresta de la ola con una serie de inversiones inteligentes y bien proyectadas

Entre sus mayores ventas de activos realizadas en 2019, SoftBank ha vendido la compañía de semiconductores ARM a Nvidia por 40.000 millones de dólares. Además, ha vendido su participación en T-Mobile tras fusionarla con Sprint por otros 20.000 millones de dólares.

La clave de sus apuestas más arriesgadas está en Vision Found, su brazo inversor. Se trata de un fondo dotado de 100.000 millones. El impulso definitivo para la creación llegó en 2016, tras verse con el príncipe Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudi, que decidió entrar en aquella apuesta con 45 mil millones de dólares para diversificar la fortuna de la familia real más allá del petróleo Dicen en su círculo de confianza que en 45 minutos le convenció. Abu Dhabi aporto otros 15.000 millones. Softbank aportó 28.000. Y eso no impidió a su fundador hacerse con el control y manejarlo a su antojo.

Son tampoco ha descartado seguir recomprando acciones de SoftBank, tal y como ha hecho en los últimos meses para aprovechar su caída en bolsa, indicó Bolsamanía.

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