Hace tiempo nos preguntábamos cuándo nos llegaría la hora de que "el Uber encapuchado" venga por nosotros como la parca. Hoy la actitud de los líderes debe ser otra: el momento de cambiar es ahora. No tiene sentido seguir en un proceso de vigilia permanente mirando por dónde se colarán estos muchachos que podrían desde un garaje estar haciendo lo que nosotros aún no vimos venir.

Y sí, hoy el mundo está lleno de "startups", de jóvenes que están construyendo un futuro en sus casas, en un "cowork" hace algunos meses (y tal vez puedan regresar allí en un futuro cercano) e, incluso, creando en la organización donde se desempeñan (los llamamos "intrapeneurs" en el mejor de los casos, si lo hacen para su empleador). 

Por Carlos Rozen. Socio de BDO en Argentina, a cargo de las prácticas de Innovación, Transformación Digital y Gestión del Cambio

La humanidad ha vivido un proceso de cambio tecnológico profundo y a un ritmo tan veloz como nunca antes. Y con la pandemia, mucho más. En Silicon Valley la inteligencia artificial avanza tan velozmente que existen filósofos en equipos de trabajo para bajar a tierra a técnicos y dar sentido a los cambios y los efectos en la vida humana que van a traer las transformaciones.

Quienes venden software se sienten muy a gusto mostrando en sus páginas web, presentaciones y propuestas, que ofrecen "transformación digital". Aunque de herramientas se trate, incluso si estuviéramos hablando de inteligencia artificial, machine learning, blockchain o la nube, no es esto a lo que llamamos transformación digital.

Transformarse digitalmente implica un cambio de mirada generalizado en la organización. Se trata de una transformación cultural importante y singular.

De nuestra experiencia en implementaciones de programas de Transformación Digital en organizaciones de todo tipo y tamaño, pudimos extraer los siguientes puntos que representan limitantes para alcanzar los objetivos planeados:

Un buen punto de partida es el líder que encabezará el proceso de transformación dentro de la organización. Históricamente nadie dudaba que el rol relacionado con algo tecnológico correspondería a un profesional de tecnología o tecnología de la información (TI). Pero hoy la mirada frente a esta problemática es diferente. 

Un proceso de transformación digital virtuoso impacta el corazón de la estrategia de la organización. Y para que esto tenga lugar, los principales ejecutivos, el presidente del directorio, y los directores de todas las áreas, sin excepción, deberían estar fuertemente involucrados. Esos líderes no solo deberían expresar la importancia de este proceso, sino además promover y fomentar dinámicas para diseñar, en conjunto, la estrategia digital de la entidad. En ciertas oportunidades nos encontramos frente a un directorio que necesita educación digital.

Es un proceso que debería iniciarse a tiempo. Y si esto no ha ocurrido, igual vale la pena hacerlo, es decir, es necesario hacerlo. ¿Por qué? Porque tanto las empresas que nacen digitales como las que tienen un modelo de negocios menos sofisticado (tecnológicamente hablando) disputan a un mismo cliente. 

Sólo las personas altamente entusiastas son capaces de vencer los desafíos complejos que implican los procesos de transformación profunda.  ¿Y cómo inyectar entusiasmo en toda la organización? Hay dos puntos que resultan esenciales: Trabajar sobre la base de un propósito y que la transformación sea un proceso participativo e inclusivo. Para esto, los líderes, juegan un papel fundamental. 

Un proceso de transformación digital virtuoso impacta el corazón de la estrategia de la organización

Tener líderes digitales comprometidos con el cambio y hábiles metodológica y tecnológicamente es requisito no negociable para lograr una organización digital. Ahora bien ¿cuáles son las características de este nuevo liderazgo?

PRINCIPALES CONDICIONES DE IDENTIDAD DEL NUEVO LÍDER 

Hemos dicho y seguiremos resaltando que implementar tecnología no es necesariamente transformación digital. Sin perjuicio de ello, no tener una "cultura general tecnológica" actualizada, es condición de no poder hacer que la transformación se manifieste. La gestión del cambio es muchas veces la actividad que definirá la fuerza con la cual la organización impulsará la transformación como un todo y las iniciativas digitales en particular. Quienes cambian son las personas y también quienes merecen comprender por qué se hace esto y por qué ahora. 

*Socio de BDO en Argentina

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