En todas las ciudades donde hay amplios sistemas se seguridad ciudadana por video -surveillance-, siempre se han alzado voces críticas sobre la posibilidad de que sean utilizados para otros fines de control o supervición política y de la población, que no tenga que ver con el resguardo de su integridad física. También se señala que pueden sufrir ataques al no tener lo niveles de seguridad interna propios de una infraestructura que maneja data tan sensible.

El tema ha resurgido ahora gracias a Anna Kuznetsova, una activista rusa que con un simple llamado a un hacker vía Telegram, y pagando sólo 16.000 rublos -unos 170 dólares-, le mandaron  a su celular 80 fotografías y ubicaciones suyas en Moscú, tomadas por el sistema de vigilancia de de la ciudad, obtenidas de las más de 105.000 cámaras de vigilancia que hay instaladas en la capital rusa.

Los sistemas públicos de vigilancia con reconocimiento facial levanta las críticas de defensores de la privacidad

El anuncio al que accedió detallaba que, además del pago, era necesario enviar una fotografía de la cara de la persona que quisiera espiar. Luego de hacerlo a los dos días recibió en su móvil una detallada lista de ubicaciones en las que ella misma había sido registrada por las cámaras de reconocimiento facial moscovitas.

"Fue realmente increíble: conseguimos un informe con todos los movimientos de Kuznetsova en Moscú", detalla un compañero de la activista, Sarkis Darbinyan, abogado en el colectivo del que ambos forman parte.

Los defensores de derechos sociales critican que, al contrario, estas cámaras solo han servido para monitorizar disidencia política y hay un vacío legal que permite su abuso.

"Cualquier tipo loco puede espiarte usando esto. Los delincuentes pueden comprobar cuándo y dónde sales para robar en tu piso o hacerte daño. Cualquier cosa puede pasar", indicó Kuznetsova.

Los sistemas de seguridad y vigilancia ciudadana con cámaras inteligentes se están extendiendo por todo el mundo

The Verge recuerda que, aunque el sistema de vigilancia moscovita es uno de los más grandes del mundo, no es el único. Advierte que la cadena farmacéutica Rite Aid tiene cámaras de reconocimiento en muchas de sus tiendas desde hace al menos ocho años, y que hay otras empresas que están comenzando a utilizar el sistema para controlar a sus clientes, lo que ha levantado quejas en las redes, como ha pasado también con la red de supermercados Mercadona, en España. Este último caso llamó la atención del responsable de protección de datos europeo. Lo consideró "difícil de justificar", indicó Hipertextual.

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