Dark Kitchen Factory (DFK) nació en julio de este año con la idea de reunir cocinas de diferentes locales gastronómicos en un único espacio pensado exclusivamente para delivery. Ubicado en la intersección de Avenida Ossa con Francisco Bilbao, emula el formato de patio de comidas, pero sin atender público presencial.

Las mentes tras DFK

Detrás del hub gastronómico están Francisco Tibis, José Noriega y Julián Zietzke, quienes al ver la alta influencia de las aplicaciones de food delivery con tickets promedio de 15.000 pesos chilenos (unos 19 dólares), decidieron invertir 300 millones de pesos chilenos (unos 375.000 dólares) en infraestructura, integración tecnológica y marketing para dar forma al negocio. Crearon un espacio de 320 metros cuadrados, con 12 cocinas habilitadas para cuatro trabajadores por marca y áreas comunes como baños, prelavado, bodegaje y zona de picking.

Se pueden pedir varios tipos de comidas en un sólo lugar

Tibis comenta que DFK ya está operativo con los 12 restaurantes instalados, que van desde grandes cadenas de comida rápida y locales de larga trayectoria, como Los Buenos Muchachos y la Fuente Chilena, a emprendimientos que están dando sus primeros pasos o reinventándose, como es el caso de la Fuente Antigua, ex Fuente Alemana.

Para operar en el hub gastronómico, los restaurantes pagan una tarifa mensual que incluye el arriendo, y un servicio de inventario, facturación y gestión del negocio para las firmas a través de la aplicación Popapp. Con ellos realizaron una alianza para enfocar el software al rubro de las dark kitchen e integrar a todos los restaurantes del hub para permitirles supervisar sus ventas y operar de manera digital todo el proceso de entrega de productos.

De esa manera centralizan todos los pedidos de las cocinas, las solicitudes de mercadería a los proveedores y el lugar de despacho de los envíos a domicilio. El delivery queda a cargo de cada restaurante, los que recurren a aplicaciones como PedidosYa, Rappi o Uber Eats.

Mediante la inclusión de pantallas al exterior del local se entrega información en tiempo real sobre el estado de los pedidos, indicando a los trabajadores de delivery dónde deben retirar el producto cuando está listo, "al estilo de los vuelos de aeropuerto", comenta Tibis, con lo que se reducen los tiempos de picking a un minuto. "Los restaurantes lo ven como una unidad de negocio distinta, que les reporta cerca del 30% de una facturación que antes no tenían considerada", señala el emprendedor.

Próximos pasos

Actualmente están trabajando para lanzar el marketplace DKF, una plataforma de venta online los primeros días de noviembre, la que entregará la opción de que las personas puedan comprar más de un tipo de comida en un mismo pedido. "Si en una misma casa una persona quiere comer una hamburguesa y otra quiere sushi, será posible comprar ambas sin la necesidad de realizar dos pedidos a dos locales diferentes", explica el emprendedor.

Estos hubs funcionan en conjunto con las apps de comida

Comenta que firmaron una alianza con la app chilena Get Justo, que se hará cargo de la logística del delivery de la plataforma de e-commerce. Si bien hoy están presentes en el mercado sólo con uno de estos espacios, los emprendedores están en medio de un proceso de búsqueda de financiamiento para replicar el modelo en otros sectores.

"La idea es instalarse con otros tres hubs en la zona oriente de la capital, y, a finales del próximo año, expandirse a regiones para habilitar el mismo concepto en Valparaíso, Concepción y La Serena", adelanta Tibis en una nota de Diario Financiero.

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