Las impresoras 3D tienen un potencial casi inimaginable: desde simples figuras de decoración hasta prótesis funcionales, esta tecnología parece ser protagonista en la nueva era industrial.

Pero parece que también puede poner en riesgo la seguridad de los smartphones. Es que un reporte de TechCrunch revela que el periodista de Forbes Thomas Brewster pudo replicar su propia cabeza en un modelo 3D para desbloquear teléfonos Android.

Todos los teléfono respondieron a esta réplica y le abrieron sus puertas digitales. Por su parte, el experimento también fue realizado con un iPhone X, pero este no se desbloqueó.

La proliferación de las herramientas biométricas a los dispositivos móviles empezó hace algunos años. Con cada vez más teléfonos equipados con reconocimiento facial, de iris o de huellas dactilares, los equipos ostentan más seguridad.

Pero esta prueba demuestra que ningún sistema es infranqueable.

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