Las redes, a nivel mundial, están atravesando uno de los cambios de consumo más grande de la historia. Eso está poniendo a prueba el sistema de redes y la conectividad; muchos se preguntan si estamos preparados, si la estructura está preparada.

En esta nueva dinámica y rutina a la que nos estamos adaptando, la demanda del servicio es muy distinta ya que no sólo cambia por la modalidad de homeworking sino por la concurrencia de usuarios en cada hogar. Nos referimos a las personas que trabajan usualmente desde su oficina y los niños/adolescentes que se conectan en horarios que solían estar en clases. Se calcula aproximadamente entre un 25-35% más de demanda.

Otra variable que influye es el tipo de consumo, dentro de lo cual podemos mencionar la generación de contenido en todos los ámbitos (escolar, laboral, etc), demanda de videollamadas a través de distintas plataformas, uso de aplicaciones para compartir documentación, y mucho más.

Si bien desde a el punto de vista operativo en el mercado se pueden percibir inconvenientes o intermitencias, los operadores están trabajando rápido para ir resolviendo y poder brindarle al usuario un servicio eficiente. Las regiones protegidas con redundancia en sus redes troncales y restauraciones en tiempos cortos no sufren un impacto considerable.

El mayor tráfico se determina por la capacidad de las redes, lo cual tiene varios factores: disponibilidades punto a punto en geografía local, implementación de nuevos canales sobre infraestructura existente, capacidad húmeda, entre otros. Argentina puede aumentar la capacidad operativa mientras la misma se rentabilice y se mantenga en el tiempo. Las redes tienen capacidades adicionales para soportar cortos períodos de alta demanda o largos períodos en su límite operativo. Ambas condiciones simultáneas suelen requerir tiempo e inversión.

Otro de los ejes que tomaron mayor relevancia durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio es el que refiere a la seguridad y los datos. Aparecen en el tintero preguntas como: ¿somos más vulnerables en nuestros hogares que en la oficina?, ¿Qué recaudos debemos tomar? ¿Y las empresas?

Las circunstancias que nos hacen vulnerables fuera de las corporaciones están basadas en la infraestructura hogareña (por ejemplo falta de acceso a firewall, en muchos casos no uso de VPNs, enrutadores con configuración básica); sin embargo, si las políticas de las empresas se mantienen firmes, se pueden utilizar las VPN corporativas como medio de acceso a los servidores donde se guarda información vulnerable, al mismo tiempo el uso de herramientas en la nube y servicios dedicados se puede mantener igual que se opera en la oficina habitualmente.

En este contexto de cuarentena y coronavirus, encontramos en la tecnología un gran aliado que nos da la posibilidad de continuar trabajando desde el hogar y respetar el aislamiento. Esto es fundamental para cuidarnos entre todos y evitar la propagación del virus de manera exponencial.

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