El mercado de dólar sigue planchado, pero podría salir de esta "siesta" en los próximos días. Esa es, al menos, la expectativa de los especialistas de las principales plataformas de inversiones 4.0. Con el oficial completamente "pisado" por un cepo híper restrictivo que sólo habilita un cupo de u$s200 al mes, el tipo de cambio paralelo debería reaccionar.

Pese a que las limitaciones vigentes paralizaron la oferta de divisas, tampoco aparece la demanda, aun con una brecha atractiva que estaría sondeando su piso y la posibilidad de comprar de forma legal y sin límite vía bonos en el mercado de capitales.

Es que esta economía postelectoral "está dolarizada hasta los dientes", coinciden todos los expertos. Mientras que en la plaza oficial el Banco Central ya lleva comprados más de u$s1.000 millones desde las elecciones, el "dólar bolsa" (conocido como MEP) y el de "contado con liquidación" (comúnmente llamado "liqui") siguen cayendo.

Se trata de dos vías de dolarización a través de bonos que, a diferencia del blue, no representan un mercado negro o clandestino. Más accesible el primero que el segundo (ya que el liqui supone tener una cuenta en el exterior para girar las divisas adquiridas), las brechas con el oficial están apenas arriba del 20% y del 30%, respectivamente.

Misma proyección, varios argumentos

Los analistas mencionan varias razones para este fenómeno que, estiman, está a punto de terminar.

"La demanda está planchada ya que el mercado especulaba con el peor escenario para después de las elecciones y se posicionó para eso. Pero el resultado no fue tan drástico, la diferencia entre los candidatos fue menor a la esperada y la transición no está siendo tan adversa", afirma a iProUP Nicolás Chiesa, director de Portfolio Personal.

"Entonces –agrega– eso hace que no se genere tanta presión sobre la divisa y, por lo tanto, tampoco hay un caudal de compradores enorme, si bien el que tiene no vende o lo hace sólo cuando necesita pesos para pagar algo. Es lo que vemos de a ratos, que es una cuestión más estacional a lo largo del mes, pero en general las carteras ya están dolarizadas".

Y argumenta: "¿Por qué creemos que éste es el piso de la brecha? Hay varias razones para pensar que el actual escenario es temporal. Es un juego en el que, lógicamente, entran a jugar las tasas: tras la caída acelerada de las últimas ruedas, la de referencia (Leliq) cerró cerca de su piso para el mes: 63% anual".

Según Chiesa, también pesa lo que están diciendo los principales referentes económicos del nuevo gobierno: "Se habla de una mayor emisión y se da a entender que la tasa real en pesos volverá a ser negativa, como en épocas del kirchnerismo. Entonces -si bien los tipos de interés pueden bajar y los inversores salir de la moneda local-, el tema va más allá: habrá una mayor inflación y no vas a tener nada que te proteja".

Chiesa se muestra preocupado por el hecho de que no se sabe "cómo van a terminar los bonos en pesos". Es decir, si "se reperfilan, si se reestructuran o se defaultean".

"En caso de que todo se acomode, tampoco se sabe si habrá manipulación del INDEC. Hay mil 'peros' e interrogantes que se plantea el mercado con el cambio de gestión. En ese contexto, la alternativa más fácil terminará siendo ir al dólar y, muy probablemente, eso hará que la brecha vuelva a incrementarse", advierte.

Añade que el tema estacional va a seguir jugando un rol. "En diciembre, el cobro de aguinaldos seguramente sea un puntapié inicial para que esto suceda Por supuesto habrá que ver qué pasa cuando asuma el nuevo Gobierno".

Expectativas no resueltas

Son varios los que ven en esta calma cambiaria un fenómeno transitorio. Al eliminar virtualmente la posibilidad de compra en el mercado oficial, también se descartó lo que en la City llaman 'puré': adquirir dólares en los bancos para venderlos más caros en el blue y ganar una diferencia.

"A eso hay que sumarle, por el lado de la demanda, que los inversores se habían dolarizado hasta los dientes en la previa electoral y ahora muchos de ellos necesitan vender para pagar sus gastos en pesos. Pero es un efecto momentáneo: hay que esperar a diciembre", explica a iProUP Alejandro Bianchi, fundador de asesordeinversiones.com.

En su visión, "todavía hay una muy baja solicitud de moneda local, más allá de que momentáneamente haya caído el tipo de cambio en estas últimas semanas producto de la sobredolarización".

Sin embargo, agrega que hay un "tema de expectativas" que no está solucionado. "Hay presiones inflacionarias contenidas en las Leliq en función de lo que pueden ser las medidas para desarmar ese stock de bonos que emite el BCRA y que está en manos de los bancos", señala. Como si esto fuese poco -añade-, "la recomposición de la confianza en el peso está atada a una reestructuración exitosa de la deuda y, por el momento, no está claro cuál será el camino que tomará Argentina".

"Adicionalmente, tenés el contexto latinoamericano que no ayuda. Desde el punto de vista de los inversores, quienes quedaron mejor parados tras el reperfilamiento fueron los que apostaron a fondos de deuda de Latam. Ahora hay que ver qué tan bien les va si la situación sigue agravándose en toda la región", sentencia.  

Demanda que no aparece

"El dólar se está moviendo bastante poco. Está planchado", coincide José Bano, gerente de asesoramiento financiero de InvertirOnline. "En lo que hace a la demanda en el mercado oficial, de hasta u$s200, es muy poco lo que se está comprando, obligando incluso al Banco Central a adquirir divisas", consigna.

"En cuanto al dólar MEP, se puede en realidad comprar o vender. El que compra no tiene ningún problema. El que vende debe 'bancarse' seis días hábiles de parking con tenencia de bonos. Entonces, hay muchos que prefieren no hacerlo, pese a que el atractivo es mayúsculo", agrega.

De esta forma, "quienes apuestan al dólar bolsa están vendiendo la divisa estadounidense 20% más cara, pero deben aguantar casi una semana con una posición en bonos que puede resultarles adversa, más aún en este momento de transición", explica.

El parking se dispuso para desalentar una operación que en el mercado se conoce como "rulo". Es una restricción sólo para la venta de dólar MEP que consiste en estirar los plazos (dejar la plata "estacionada") para concretar una operación que antes era inmediata, pero ahora se eleva el riesgo que se asume al realizarla.

El "rulo" es la venta de bonos dolarizados (usualmente del Bonar 2024) de alguien que partía de una posición en pesos y daba "toda la vuelta" para volver a pesos obteniendo una ganancia jugosa gracias a la brecha entre el dólar del mercado oficial y el que cotiza en la Bolsa. Con el ínfimo cupo habilitado por la nueva versión del cepo (u$s200 mensuales, versus los u$s10.000 originales), la pirueta ya no tiene sentido, pese a que el llamado parking sigue vigente. Bano asegura que en la época del "rulo" había un cierto nivel de volumen que se negociaba en el Bonar 2024 (AY24) y se multiplicó por 20 en apenas una semana. 

"Con esta operatoria, por supuesto que se paga más caro el billete. Pero no hay limitación: comprás y vendés los títulos en el momento y tenés, literalmente, un segundo de exposición a los bonos públicos, después estás todo el tiempo afuera. Y lo que hiciste fue una operación cambiaria", remarca.

"En el oficial, la demanda no aparece ni va a aparecer porque está pisada. Los individuos con capacidad de ahorro (y que pueden justificar sus ingresos) no llegan a 2 millones. A u$s200 por cada uno, se acortó la demanda para atesoramiento a u$s400 millones mensuales, luego de que en septiembre esa cifra superara los u$s3.000 millones", aporta.

Un cepo que se alarga

Ramiro Marra, director de BullMarket, pone en números el fenómeno usando el volumen del bono preferido para el dólar MEP o bolsa: el Bonar 2024. "En caso del AY24D (contado), el volumen cayó de u$s65 millones diarios promedio hasta u$s30 millones por día tras la imposición del parking", comparte con iProUP.

"El rulo básicamente desapareció. El problema es que hay fuertes posiciones en dólares en blanco que no pueden desarmarse contra dólares por el parking de 5 días más las 48 horas de liquidación (7 días) que impiden incluso una baja más fuerte del MEP", analiza.

"Hoy tenemos un mercado cambiario atolondrado. Porque si bien el cepo actual es muy duro, similar al del kirchnerismo, la plaza está muy desarbitrada: a través de los bancos se puede operar girando divisas al exterior. Esto genera que las cotizaciones estén relativamente calmas", explica.

El MEP se mantuvo estable desde el parking. De hecho, la brecha con el oficial subió 5%. Desde el cepo, la diferencia subió al 23% (ésta es la forma correcta de medirlo, no en forma nominal). La actual calma no es más que la espera a que el gobierno electo confirme, o no, si las actuales restricciones seguirán luego de 31 de diciembre, cuando vencen.

"Hoy, hay operaciones que no se hacen por el carácter transitorio de las restricciones actuales pero entendemos que esa espera va a ser indefinida y eso hará que el MEP vuelva a tener todo el protagonismo, ya que es la única vía legal para hacerse de dólares", concluye.

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