En 2026, tres nuevas billeteras se convertirán en bancos: Mercado Pago anunció la solicitud de la licencia bancaria, en tanto que Revolut y Cocos esperan la aprobación del BCRA de las compras de Cetelem y VOII, respectivamente.
Puede existir una cuarta que nacerá en medio de una curiosidad: mientras el Gobierno amaga con vender el Banco Nación, YPF, de mayoría estatal, avanza con su plan de convertir su billetera en banco.
Lejos de ser una contradicción, la petrolera más importante del país tiene mucho para crecer y pelearle no solo a los neobanks, sino también a la banca tradicional.
Pese a que la empresa puso paños fríos en la novedad, fuentes del mercado aseguran a iProUP que está en marcha y es una prioridad para YDI, la subsidiaria conocida como YPF Digital que gestiona la billetera virtual.
Actualmente, YPF APP tiene como aliado al principal proveedor de finanzas embebidas del país: el BIND, como cuentas CVU y la remuneración de cuentas. Y también puede ser un socio clave en lo que viene.
Cristian Soragni, experto en digital banking y docente de la UCA, asegura a iProUP que la compañía tiene dos caminos: "gestionar una licencia o hacer lo que se llama una 'adquisición de regulación'".
"Los PSP suelen comprar bancos muy chicos, porque termina siendo más costoso en dinero y tiempo gestionar la licencia que adquirir una entidad que está a la venta", completa, el mismo movimiento que anunciaron Revolut o Cocos, o lo que hizo Ualá al sumar a Wilobank.
Conseguir el permiso del BCRA desde cero puede durar hasta dos años, en tanto que las recientes fusiones (Macro-Itaú o Galicia-HSBC) demoraron seis meses. Se trata de un camino que ya transitaron las superapps chinas y que le permitirá a YPF ganar en rentabilidad, según Francisco Chaves del Valle, consultor fintech y docente del ITBA.
"En Asia hay muchas apps de servicios. Con la cantidad de usuarios que fueron sumando, comenzaron a ofrecerles nuevas prestaciones hasta convertirse en una entidad financiera", completa.
Soragni asegura que puede competir contra Mercado Pago al implementar su propio sistemas de cobro. "La adquirencia es un negocio millonario de comisiones: si pasa a ser procesador de pagos, puede tener su sistema de procesamiento inhouse", revela.
YPF accedería a un ahorro importante de costos operativos, pero que golpea más fuerte en los estacioneros. "Se puede ahorrar millones en comisiones", revela el experto.
Según la cámara del sector, el principal reclamo de los franquiciados es la baja de la rentabilidad por el fuerte uso de billeteras, que creció al calor de agresivas promociones.
Sin embargo, el costo operativo de esos pagos recae sobre los dueños de las estaciones, que pueden pagar hasta el 6% de cada consumo en contexto de menores márgenes de ganancia. No se trata de un dato menor. Los estacioneros serían vitales en lo que viene.
YPF Banco generaría una facturación de u$s300 millones. Hoy tiene unos 3 millones de usuarios, pero el potencial de la marca y los servicios de banca pueden hacer que se multipliquen.
El arma secreta de la petrolera, además de una marca reconocida y cercana al sentimiento local, es su red de 1.650 estaciones repartidas en todo el país, incluso, en parajes que no existen filiales bancarias en kilómetros a la redonda. Y donde, a diferencia de las grandes ciudades, el efectivo es amo y señor.
Así, se convertiría en la entidad con más sucursales de Argentina: el Nación quedaría segundo con unas 650. También puede convertirse en la primera con atención las 24 horas.
Según Chaves del Valle, "puede aprovechar la presencia del surtidor y del playero para mostrarse más humana, más allá de que casi todo ocurrirá en la aplicación y asistentes de inteligencia artificial". Se trata de otro diferencial con las fintech y neobancos, en la que no hay contacto presencial.
Para Soragni, esta presencialidad de YPF puede ser utilizada para crear su propia red de corresponsalía de pagos, al estilo de Pago Fácil, para cancelar facturas o retirar billetes.
"YPF y otros comercios minoristas fueron los primeros que lanzaron Extracash con los bancos porque no tenían cajeros automáticos. El costo de custodia y traslado de dinero es altísimo", resalta. De este modo, si un cliente paga con efectivo y otro extrae dinero, las estaciones tendrán otro ahorro considerable de gastos operativos.
El ser banco, además, permitiría maximizar el uso de datos sobre un usuario muy perfilado: dueños de auto. En la industria financiera lo saben: no hay información más fiable que la de consumo, algo que la petrolera puede aprovechar sin intermediarios ni recortes.
Según Soragni, "puede saber qué hace con la plata, de qué gama es el auto y cuánto gasta por mes de combustible. O estimar cuándo está cerca de cambiar el vehículo para ofrecerle un préstamo prendario".
Chaves del Valle sueña un poco más: "YPF podría sacar unas obligaciones negociables en dólares para fondear préstamos hipotecarios, sabiendo el auto que tiene el usuario, el consumo o hasta vendiéndole el seguro del coche o la casa. Las posibilidades son infinitas".
De hecho, la habilitación del BCRA le permitiría hacer intermediación financiera: utilizar depósitos de unos usuarios para prestar a otros, a tasas más convenientes que una fintech. Y hasta captar sueldos.
El otro gran negocio que la licencia destrabaría para YPF es el cripto. Tal como adelantó iProUP, aceptará pagos con divisas digitales, con una exchange intermediaria. Se espera que, en los primeros meses de 2026, el BCRA habilite a los bancos a ofrecer la compraventa de estos activos, no así a las billeteras no cripto.
Soragni remarca que "las criptomonedas para usuarios bancarios funcionarán como aprendizaje. Serán una puerta de entrada, así como las billeteras permitieron que la gente empiece a invertir en fondos comunes". De hecho, la firma espera ofrecer inversiones en acciones y otros instrumentos.
Por otro lado, la petrolera utiliza el gas de venteo (residual) de su operación en Vaca Muerta para generar electricidad que permita minar criptomonedas. Puede ser otra forma de volcar al mercado esas divisas sin pasar por terceros y perder comisiones en el camino.
Faltará esperar para ver cómo 2026 será el año de los neobancos en Argentina, con empresas que se fundaron hace pocos años en la era digital y entidades históricas basadas en lo presencial. Y un jugador centenario que competirá fuerte contra ambos bandos.