Argentina vuelve a los mercados y la reacción fue inmediata: los bonos en dólares subieron y el riesgo país cayó tras el anuncio de Luis Caputo sobre la emisión de un nuevo bono a cuatro años al 6,5%.

El retorno a los mercados internacionales de deuda generó un fuerte impacto en Wall Street, donde los títulos soberanos de ley extranjera registraron subas de hasta 0,6%, destacándose el Global 2041 (GD41).

Este repunte en los precios de los bonos impulsó una baja sensible en el riesgo país, que según la medición de J.P. Morgan se ubicó entre 613 y 620 puntos básicos.

La noticia fue recibida como una señal de normalización financiera, en un contexto donde Argentina llevaba meses sin acceso fluido a financiamiento internacional.

Por qué el mercado reaccionó con optimismo

El anuncio de una nueva emisión en dólares con un cupón atractivo despertó expectativas positivas. Analistas consideran que la medida revive la confianza de los inversores externos en la deuda argentina bajo ley extranjera y abre la puerta a refinanciar vencimientos y mejorar la estructura del pasivo público.

Sin embargo, operadores y economistas advierten que este rebote no garantiza estabilidad. Persisten riesgos estructurales como la alta inflación, la sensibilidad cambiaria, la presión sobre las reservas del Banco Central y la vulnerabilidad ante cambios internacionales.

Desafíos para sostener la mejora en los bonos

Aunque la caída del riesgo país representa un alivio y podría traducirse en menores costos de financiación, la sostenibilidad del impulso dependerá de medidas fiscales, tasas de interés competitivas y un manejo transparente del tipo de cambio.

El mercado seguirá atento a los pasos concretos del Gobierno, la fecha de emisión del nuevo bono y la reacción de organismos internacionales.

Cualquier señal de tensión en la macroeconomía, como presión sobre el dólar, inflación renovada o desequilibrios fiscales, podría revertir rápidamente el entusiasmo.

Por ahora, la jornada dejó bonos más caros, riesgo país más bajo y un rayo de esperanza para quienes apuestan a la normalización financiera, aunque el rebote depende de un contexto volátil y de decisiones que deberán sostenerse en el tiempo.

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