La Comisión Nacional de Valores (CNV) atraviesa un momento de transformación en medio de la agenda de desregulación que impulsa el Gobierno.
En ese sentido, su presidente, Roberto Silva, planteó que el organismo debe simplificar el mercado de capitales sin perder de vista la protección de los inversores.
"Es difícil ser un organismo regulador en un gobierno desregulador. Pero eso nos obliga a reflexionar: un regulador no puede sacar todos los semáforos, pero sí puede sacar los semáforos de aquellas esquinas donde pasa poca gente", señaló en diálogo con José Del Rio durante el evento CFO del Año 2025, organizado por BDO.
Silva resumió el principio rector de la CNV: "Tanta regulación como sea necesaria, pero tan poca como sea posible". La tensión entre fomentar la emisión de instrumentos y garantizar la seguridad de los inversores atraviesa toda la agenda.
"Si protegemos a los inversores a un punto tal en el que no tenemos emisores, esa ecuación no funciona. Pero si todo el mundo puede emitir sin controles, el sistema también se degrada. El desafío es encontrar la proporción", explicó.
Uno de los ejes que aborda la CNV, en trabajo conjunto con el Banco Central y el Ministerio de Economía, es el levantamiento gradual de las restricciones cambiarias: "Cuando hablamos de cepo hay que separar lo que es el Banco Central de lo que es el mercado de capitales", añadió.
El funcionario recordó que hasta hace poco existían límites estrictos para operar bonos y múltiples declaraciones juradas.
"Veníamos de un sistema en el cual el Gobierno intervenía. Había que presentar una declaración jurada y límites para operar de hasta 100.000 bonos por mes. Teníamos un montón de trabas que se han ido flexibilizando", apuntó.
En menos de dos años, la CNV emitió 104 resoluciones generales. "La CNV tiene 1093 resoluciones en toda su historia. En dos años hicimos casi el 10% de todo lo generado en 57 años", destacó Silva.
Entre las principales reformas mencionó:
"Nos puso a la vanguardia de muchísimos países del mundo, que hoy nos llaman para estudiar lo que hicimos y ver si replican el modelo", añadió.
También resaltó la implementación de aprobaciones automáticas para emisiones de bajo o mediano impacto, que permiten a las empresas aprovechar el momento financiero. "La mayor libertad viene acompañada de mayor responsabilidad", advirtió.
De cara al futuro, Silva anticipó que la CNV se enfocará más en la supervisión que en la creación de nuevas normas.
"Les pido encarecidamente que cumplan las normas, porque vamos a ajustar la supervisión. Tenemos que distinguir entre quienes hacen las cosas bien y quienes no", resaltó.
Explicó que el mercado podría ganar protagonismo en el financiamiento de obra pública, en el sector inmobiliario –con fondos que ya otorgan créditos hipotecarios– e incluso en ámbitos inesperados como clubes de fútbol. En ese sentido, describió como un proceso inevitable a las privatizaciones.
Además destacó la mejora constante de los indicadores y el impacto del blanqueo: "Casi u$s20.000 millones salieron del colchón y entraron en la economía. Estamos incorporando una masa enorme al sistema".
"El rumbo es claro. Un país desarrollado necesita un mercado de capitales desarrollado. Y para tener un mercado de capitales desarrollado, necesitamos estabilidad macroeconómica y una moneda. No la hemos tenido en el pasado, pero vamos en ese camino", concluyó.