El cobre alcanzó un nuevo máximo histórico por encima de los u$s11.200 por tonelada, mientras que el oro mantuvo su tendencia alcista y se encamina a cerrar su cuarto mes consecutivo en positivo.
El repunte del cobre se registró en la Bolsa de Metales de Londres (LME), donde el precio superó un récord impulsado por factores como:
La combinación de menor oferta y expectativas de una demanda sostenida en sectores como la transición energética y la construcción generó un escenario de presión alcista que llevó al metal rojo a niveles nunca antes vistos.
La jornada también estuvo marcada por el desempeño de los metales preciosos. El oro al contado avanzó alrededor de un 1%, negociándose en torno a los u$s4.199 por onza, consolidando una tendencia positiva que lo proyecta hacia su cuarto mes consecutivo de ganancias.
El movimiento responde a las expectativas de un recorte de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (FED) en diciembre. Por lo que el oro se mantiene atractivo como activo de refugio en un contexto de incertidumbre económica. Este comportamiento refleja el interés de los inversores por los metales como cobertura frente a la volatilidad de los mercados y las tensiones geopolíticas.
La plata, por su parte, acompañó la dinámica alcista y alcanzó un nuevo máximo histórico de u$s55,08 por onza, con un avance intradiario del 3%.
El récord del cobre tiene implicancias directas para países productores como Chile y Perú, que concentran gran parte de la oferta mundial. La menor producción registrada en octubre en Chile, sumada a los ajustes de las fundiciones chinas, generó un escenario de escasez que se tradujo en un fuerte impulso de precios.
En paralelo, la transición energética y el desarrollo de tecnologías limpias mantienen en auge la demanda de cobre, considerado un insumo clave para la electrificación y la expansión de las energías renovables.