Los bancos Santander y BBVA anunciaron la activación de nuevas medidas de emergencia para blindarse de la crisis económica argentina.
El deterioro del país superó los escenarios más pesimistas previstos por los grandes bancos internacionales, que debieron aplicar nuevos planes para:
- Reducir riesgos
- Contener gastos
- Limitar su exposición en el mercado local
El sector más golpeado es el crédito, que cada vez es más difícil de sostener en un contexto de tasas volátiles, inflación acelerada y mayor morosidad.
A su vez, se recortaron coberturas financieras, cuyo costo se volvió prohibitivo y afectó directamente los resultados de las filiales argentinas.
"Las perspectivas de crecimiento económico se deterioraron en el tercer trimestre como resultado de la incertidumbre política, los elevados tipos de interés y las presiones cambiarias", detallaron desde BBVA.
Ambos bancos debieron incrementar sus provisiones para cubrir la suba de la morosidad, lo que impactó en sus beneficios por la creciente dificultad de los clientes para devolver los préstamos.
Menos crédito y más cautela: Santander y BBVA cambian su apuesta
Para evitar mayores sobresaltos, Santander y BBVA frenaron el otorgamiento de créditos en Argentina. En el caso de BBVA, la reducción fue "significativa", según indicó su directora financiera, Luisa Gómez, en su último encuentro con analistas.
El enfriamiento se reflejó de inmediato en la actividad: el origen de crédito creció apenas un 10% en el tercer trimestre, menos de la mitad del 21% registrado entre abril y junio.
En tarjetas y préstamos al consumo, la operatoria prácticamente se paralizó, con una caída del 9% en la producción entre julio y septiembre. Solo los préstamos comerciales se mantuvieron como segmento estratégico para el banco.
Santander adoptó un enfoque aún más restrictivo. "Básicamente, los únicos préstamos que concedemos en Argentina son a empresas exportadoras en dólares y a energéticas", sostuvo su consejero delegado, Héctor Grisi.
Las medidas adoptadas por Santander y BBVA reflejan la magnitud de la incertidumbre macroeconómica en Argentina y anticipan un escenario más cauteloso para el sistema financiero.
Con crédito restringido, morosidad al alza y beneficios en caída, los bancos buscan reducir riesgos mientras esperan que la volatilidad ceda y el mercado recupere cierta estabilidad.