OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, prepara su salida a la Bolsa. Según fuentes cercanas al proceso, la compañía dirigida por Sam Altman podría alcanzar una valuación de hasta u$s1 billón, lo que la convertiría en una de las ofertas públicas iniciales (IPO) más grandes de la historia.
La operación se proyecta para fines de 2026 o principios de 2027, aunque todavía no hay una fecha oficial confirmada.
En este sentido, OpenAI estaría evaluando una recaudación mínima de u$s60.000 millones como parte de la colocación de acciones para financiar el desarrollo de nuevas tecnologías, en un contexto de creciente competencia en el sector de la IA.
A pesar de no haber alcanzado beneficios netos, todavía, su crecimiento exponencial y el interés global por sus productos la posicionan como una de las compañías más prometedoras del ecosistema tecnológico.
La estrategia de Altman apunta a capitalizar el entusiasmo inversor por la IA, que impulsó a gigantes como Nvidia, Microsoft y Alphabet. En este escenario, la firma de Sam Altman busca diferenciarse con un modelo de negocio centrado en la innovación, el acceso masivo y la integración de sus herramientas en múltiples plataformas.
De concretarse la operación, OpenAI se sumaría a la lista de tecnológicas que protagonizaron debuts históricos en Wall Street, como Meta (Facebook), Alibaba y Uber. Sin embargo, su valuación proyectada supera ampliamente las cifras alcanzadas por estas compañías en sus respectivos estrenos.
OpenAI ya es una empresa con fines de lucro
En un paso preparatorio para su salida a la Bolsa y después de años de debates internos, acuerdos estratégicos y tensiones con socios como Elon Musk, OpenAI anunció oficialmente que terminó su proceso de reestructuración.
La compañía detrás de ChatGPT dejó atrás la figura legal de "sin fines de lucro" para convertirse en una corporación con fines de lucro, aunque bajo una figura jurídica particular: una sociedad de beneficio público. La noticia fue publicada en el blog oficial de OpenAI y firmada por Bret Taylor, presidente de su junta directiva.
Allí explicaron que esta transformación implica una recapitalización que permitirá a la empresa atraer nuevas inversiones sin perder de vista su misión original: desarrollar inteligencia artificial general (AGI) de forma segura y equitativa.
La nueva estructura contempla dos entidades diferenciadas:
- Fundación OpenAI: continuará funcionando como organización sin fines de lucro y mantendrá el control sobre la empresa
- OpenAI Group PBC: será la división con fines de lucro, habilitada para captar inversiones, crecer comercialmente y, en el futuro, salir a bolsa
Este cambio también redefine la relación con Microsoft, uno de sus principales socios, con un acuerdo exclusivo que le otorgaba derechos sobre gran parte de sus desarrollos a cambio de infraestructura. Ahora, la compañía tendrá una participación del 27% en OpenAI Group PBC, valorada en unos u$s135.000 millones.
Aunque reduce su participación, mantendrá acceso preferencial a los modelos y propiedad intelectual de OpenAI, lo que refuerza su posición en el mercado de la IA.