El Banco Central dio un paso clave para modernizar el sistema financiero argentino, pese a una semana marcada por la volatilidad en los mercados. El Sistema de Finanzas Abiertas (SFA) permitirá a los usuarios compartir voluntariamente sus datos financieros con distintas entidades y así mejorar el acceso al crédito.

A diferencia de los reportes de deuda actuales, limitados a 24 meses y ofrecidos por la Central de Deudores del BCRA, Veraz y Nosis, el SFA permitirá que bancos y fintech accedan a hábitos de consumo, pagos con tarjeta, empleo, situación de vivienda o vehículos, y otros datos que fortalezcan el historial crediticio de los usuarios.

El objetivo del SFA es ampliar la inclusión financiera y reducir las barreras que enfrentan quienes hoy no pueden demostrar ingresos estables o un buen historial de crédito. Muchos argentinos acceden a préstamos con tasas más altas, montos menores o plazos cortos por no cumplir los criterios tradicionales.

La iniciativa, creada por un decreto de mayo del presidente Javier Milei, busca que personas y empresas compartan voluntariamente su información para fomentar la competencia y facilitar el acceso al crédito.

Qué es el Sistema de Finanzas Abiertas y cómo puede implementarse en Argentina

El SFA es una arquitectura tecnológica y regulatoria que permite compartir datos financieros de forma segura y bajo consentimiento del usuario con distintos actores del ecosistema, incluyendo bancos, fintechs, billeteras digitales y aplicaciones de inversión.

La idea es que cada persona sea dueña de su información y pueda acceder a productos más personalizados, competitivos y transparentes. Este modelo ya se aplicó en países como Brasil, México y Chile, donde permitió optimizar la oferta financiera y ampliar la capacidad crediticia mediante el análisis de un espectro más amplio de datos sobre transacciones y hábitos de consumo.

Para que funcione en Argentina, especialistas señalan varios factores críticos. El Banco Central debe liderar con un plan claro, estableciendo etapas definidas y reglas transparentes. También es clave definir aspectos técnicos sobre pagos e intercambio de datos, garantizando interoperabilidad entre plataformas.

La colaboración de todos los actores —bancos, fintechs, aseguradoras y billeteras digitales— es obligatoria para que el ecosistema sea eficiente y competitivo. Además, la seguridad, confianza y educación financiera de los usuarios serán determinantes para la adopción del sistema.

Claves del Sistema de Finanzas Abiertas

Desafíos regulatorios y tecnológicos para el SFA

El Sistema de Finanzas Abiertas enfrenta varios desafíos que deben resolverse para asegurar su éxito. Primero, la protección de datos personales: la legislación debe garantizar que los usuarios controlen cómo se comparte su información y que esto sea seguro y transparente, con mecanismos de auditoría y certificación.

También es clave la interoperabilidad tecnológica, con la adopción de APIs estandarizadas que permitan un intercambio eficiente de datos entre plataformas, lo que exige inversión en infraestructura y capacitación.

La colaboración entre sector público y privado es otro punto crítico: reguladores, bancos y fintechs deben trabajar juntos para resolver problemas y compartir mejores prácticas. Por último, la educación financiera de los usuarios será determinante para que comprendan el sistema, sus beneficios y cómo proteger sus datos.

Superar estos desafíos permitirá que el SFA cumpla su objetivo de democratizar el crédito y ampliar la inclusión financiera.

Te puede interesar