El Banco Central avanza con un sistema que promete cambiar la forma en que los argentinos acceden al crédito. ¿Cómo funciona esta nueva iniciativa?
01.09.2025 • 11:37hs • ECONOMÍA
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BCRA apuesta por el Sistema de Finanzas Abiertas: qué cambiará para bancos, fintech y usuarios de Argentina
El Banco Central dio un paso clave para modernizar el sistema financiero argentino, pese a una semana marcada por la volatilidad en los mercados. El Sistema de Finanzas Abiertas (SFA) permitirá a los usuarios compartir voluntariamente sus datos financieros con distintas entidades y así mejorar el acceso al crédito.
A diferencia de los reportes de deuda actuales, limitados a 24 meses y ofrecidos por la Central de Deudores del BCRA, Veraz y Nosis, el SFA permitirá que bancos y fintech accedan a hábitos de consumo, pagos con tarjeta, empleo, situación de vivienda o vehículos, y otros datos que fortalezcan el historial crediticio de los usuarios.
El objetivo del SFA es ampliar la inclusión financiera y reducir las barreras que enfrentan quienes hoy no pueden demostrar ingresos estables o un buen historial de crédito. Muchos argentinos acceden a préstamos con tasas más altas, montos menores o plazos cortos por no cumplir los criterios tradicionales.
La iniciativa, creada por un decreto de mayo del presidente Javier Milei, busca que personas y empresas compartan voluntariamente su información para fomentar la competencia y facilitar el acceso al crédito.
Qué es el Sistema de Finanzas Abiertas y cómo puede implementarse en Argentina
El SFA es una arquitectura tecnológica y regulatoria que permite compartir datos financieros de forma segura y bajo consentimiento del usuario con distintos actores del ecosistema, incluyendo bancos, fintechs, billeteras digitales y aplicaciones de inversión.
La idea es que cada persona sea dueña de su información y pueda acceder a productos más personalizados, competitivos y transparentes. Este modelo ya se aplicó en países como Brasil, México y Chile, donde permitió optimizar la oferta financiera y ampliar la capacidad crediticia mediante el análisis de un espectro más amplio de datos sobre transacciones y hábitos de consumo.
Para que funcione en Argentina, especialistas señalan varios factores críticos. El Banco Central debe liderar con un plan claro, estableciendo etapas definidas y reglas transparentes. También es clave definir aspectos técnicos sobre pagos e intercambio de datos, garantizando interoperabilidad entre plataformas.
La colaboración de todos los actores —bancos, fintechs, aseguradoras y billeteras digitales— es obligatoria para que el ecosistema sea eficiente y competitivo. Además, la seguridad, confianza y educación financiera de los usuarios serán determinantes para la adopción del sistema.
Claves del Sistema de Finanzas Abiertas
- Los datos financieros son de las personas: los clientes tendrán el control y decidirán con quién y cómo compartir sus datos.
- Consentimiento y protección: la información solo se compartirá con consentimiento expreso, respetando transparencia, confidencialidad y legislación vigente.
- Supervisión del BCRA y otros organismos: además del Banco Central, participan ARCA, la Comisión Nacional de Valores, la Superintendencia de Seguros y la ANSES.
- Consejo Consultivo: se creará un consejo con todas las partes involucradas para coordinar el funcionamiento del SFA.
- Principio de reciprocidad: las entidades que ingresen al sistema deberán aportar información de sus clientes para acceder a la de otros.
- Participación obligatoria para los líderes: más de 20 entidades, incluyendo todos los bancos del Grupo A, algunos bancos de los grupos B y C y tres fintech con más de 3 millones de clientes (Mercado Pago, Ualá y Personal Pay), deberán sumarse al sistema.
Desafíos regulatorios y tecnológicos para el SFA
El Sistema de Finanzas Abiertas enfrenta varios desafíos que deben resolverse para asegurar su éxito. Primero, la protección de datos personales: la legislación debe garantizar que los usuarios controlen cómo se comparte su información y que esto sea seguro y transparente, con mecanismos de auditoría y certificación.
También es clave la interoperabilidad tecnológica, con la adopción de APIs estandarizadas que permitan un intercambio eficiente de datos entre plataformas, lo que exige inversión en infraestructura y capacitación.
La colaboración entre sector público y privado es otro punto crítico: reguladores, bancos y fintechs deben trabajar juntos para resolver problemas y compartir mejores prácticas. Por último, la educación financiera de los usuarios será determinante para que comprendan el sistema, sus beneficios y cómo proteger sus datos.
Superar estos desafíos permitirá que el SFA cumpla su objetivo de democratizar el crédito y ampliar la inclusión financiera.