"¿Querés ser tu propio jefe?". Así comienza la historia en muchos casos. También conocido como esquema Ponzi por el inmigrante italiano que a principios del siglo XX se hizo millonario en Estados Unidos, esta modalidad promete la obtención de elevadas ganancias en corto tiempo. Quienes están detrás, engolosinan a los "prospectos" con discursos de empoderamiento, independencia y libertad. Una vez captados, comienzan a operar.

Diego Nunes, Socio en Estudio Nunes & Asoc, comenta a iProUP que existen distintas modalidades de estafas piramidales.

 

"Hay algunas ‘más inocentes’, por decirlo de alguna manera, que piden que hagas clic para mostrarte publicidad y otras que exigen que destines x cantidad de dinero -generalmente en dólares-, y en la medida que convencés a otros de que se sumen, se te pagan los dividendos", explica.

Asimismo, con el auge de las criptomonedas en la región, también creció el número de estafas. Para Gabriel Zurdo, CEO de BTR Consulting, "el uso de criptos es de las estafas más frecuentes". Esto se debe a que Argentina, Brasil y Colombia se encuentran entre los cinco países con más usuarios a nivel mundial.

"Si bien las criptomonedas son utilizadas en su mayoría de forma legal, también se han convertido en atractivos tesoros para los criminales, quienes resultan bastante creativos a la hora de tender toda clase de trampas a los dueños desprevenidos", destaca el especialista.

Muchos proyectos apelan al discuso de la libertad y la independencia económica para captar incautos

¿Cómo funcionan los esquemas piramidales?

Los esquemas piramidales consisten en captación de víctimas y posterior inversión en una nueva plataforma o proyecto que promete mayores ganancias mientras más participantes se sumen.

"Aunque se utiliza un sistema de referidos, estos también pueden ser usados de forma legítima, como cuando se recomienda algún producto o servicio y se gana comisión por ello. Sin embargo, la idea de los esquemas piramidales es que los últimos participantes produzcan las ganancias de los primeros. Cuando dejan de haber suficientes participantes nuevos, la pirámide colapsa y los administradores desaparecen con los fondos ya recogidos", detalla Zurdo.

Según plantea a iProUP Daiana Gómez Banegas, de ONG Bitcoin Argentina, "las estafas piramidales con las cripto no escapan a las reglas tradicionales de un fraude piramidal". La diferencia, remarca, es el uso como parte del discurso de la "promesa de ingresar en la innovación y no perderse el ‘tren cripto’".

Nunes, abogado especialista en la materia, agrega: "Lo que tienen en común con el resto es que ofrecen ganancias exorbitantes a partir de generar una comunidad cada vez más grande y que cada vez más personas ingresen e inviertan".

Hoy en Argentina, los casos que están en el ojo de la tormenta son los de Zoe Capital y Adhemar Capital, pero lo cierto es que "los delitos se renuevan y encuentran otras formas de presentarse", sentencia Gómez Banegas.

ONG Bitcoin Argentina es precisamente la organización que denunció recientemente a Generación Zoe, el conglomerado de firmas creado por Leonardo Cositorto, demandado en enero ante la Procuración General de la Nación (PROCELAC) por una "posible comisión de los delitos de estafa, captación de ahorro público no autorizado y manipulación del mercado".

Generación Zoe, de Leonardo Cositorto, es sólo una de las plataformas que investiga la Justicia

Cositorto lanzó hace tiempo Zoe Capital, una empresa dedicada a la inversión a través de la cual se desprendió la polémica Zoe Cash, una criptomoneda que, según el grupo, estaría respaldada "en gramos de oro extraído de minas de las provincias de Jujuy y San Juan".

En aquel momento, desde la organización reconocieron ciertos elementos que llevaron a pensar que se trataba de una estafa piramidal o esquema Ponzi: promesa y garantía de un retorno elevado en dólares - muy por encima de las tasas que ofrece el mercado- y un intermediario que capta esos fondos, que es quien promete esa ganancia extraordinaria, sin contar con la autorización necesaria por las entidades gubernamentales correspondientes para hacerlo.

¿Cómo operan los estafadores?

La responsable de ONG Bitcoin Argentina explica que es muy común la utilización de técnicas de neuromarketing para engañar a la gente. A su vez, se valen de las estructuras de confianza e ingeniería social. "Te prometen ser el dueño de tus finanzas, ser tu propio jefe, dejar la mediocridad, vivir de la renta de tu capital", detalla.

En el caso del mundo cripto, se apalancan en la idea de que mucha gente se volvió rica de la noche a la mañana. "Las ganancias que proponen son exponenciales y muchas personas ven más verosímil la idea de que con alguna herramienta tecnológica podrían cumplir con sus expectativas de emancipación financiera", detalla Gómez Banegas.

Nunes comparte esta posición e indica que también existe como modalidad la de "trabajar" con un grupo de promotores, guiados por los beneficios que les dio a ellos y el deseo de compartirlos con allegados. "Ellos empiezan a difundir y recomendar para que cada vez más personas se sumen. Pueden terminar siendo cómplices si se comprueba el delito", dice el abogado.

Señales de que te están estafando

Daiana Gómez Banegas enumera "cinco señales" a tener en cuenta para evitar ser víctimas de este tipo de ilícitos:

Sumado a ello, Nunes plantea: "Cuando no hay un valor detrás de un proyecto y lo único que se paga es por traer a más gente, es probable que estemos ante una estafa piramidal".

Al momento de ser entrevistada, la vocera de ONG Bitcoin se encontraba en Catamarca, sede central de Adhemar Capital.

"Es muy difícil de explicar lo que está pasando con Adhemar Capital. Hay mucha gente afectada. Todo el tiempo te cruzas con gente que confió los ahorros de toda la vida, clubes de barrio o asociaciones que metieron los fondos sociales; remiseros que vendieron el auto porque la renta que prometían les convenía más que mantener el coche", cuenta.

Adhemar Capital, otro de los presuntos fraudes que investiga la Justicia

"Sumado a la cantidad y variedad de víctimas reina un aire de incredulidad y negación", sigue. "Hay una resistencia a admitir que uno fue víctima y partícipe. Se escuchan frases como lo que ‘pasa es que la gente que no entiende de Bitcoin empezó a meter presión’; u otra como ‘siempre supe que la plata que me prometían no la hacían del trading, sino del lavado de guita, pero bueno’".

Más allá de que muchos siguen esperando citas para que les propongan "un plan de devolución del capital", la justicia local sigue sin tomar cartas en el asunto, lo que genera "un tono local de tragedia". "Hay, incluso, una pequeña crisis de transporte. Todo esto genera mucha impotencia y tristeza".

Si bien parece que cada vez más personas toman conciencia sobre este tipo de estafas, los criminales encuentran todo el tiempo la forma de reinventarse y hallar víctimas. "Esto evidencia lo poco que se entiende sobre cómo funciona el dinero y las necesidades de progreso frustradas en un país que castiga", concluye.

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