El aislamiento obligatorio decretado en marzo por el Gobierno a raíz de la pandemia logró que los comercios "esenciales" vivieran un boom de consumo para stockeo, ante la incertidumbre que generaría una situación tan atípica.

"Estamos viviendo un Hot Sale todos los días", afirma a iProUP un importante supermercadista, cuyas ventas al menos se triplicaron en términos generales y se multiplicaron por 10 en algunas sucursales.

Sin embargo, esa escalada está llegando a su fin. Sin ir más lejos, un informe de Focus Market advierte que en junio se revirtió la tendencia alcista con un retroceso de 4,1%, especialmente por la reducción en el rubro alimentos y bebidas, que se repitiría en julio.

A pesar de esto, la caída del consumo estaría impactando en un "fiel aliado" de los argentinos en momentos de crisis: las tarjetas de crédito. Así lo indica el Índice Prisma Medios de Pago, primer informe del sector que muestra una radiografía de las transacciones con plásticos en todo el país.

Según este trabajo, la evolución en el share de uso de tarjetas entre el segundo semestre de 2019 e igual periodo de 2020 fue:

Pero, ¿qué pasó para que el medio de pago más utilizado del país haya bajado su participación? La pandemia sólo explica una parte del problema.

Claves del fenómeno

Julián Ballarino, gerente de Relaciones Institucionales de Prisma Medios de Pago, explica a iProUP que "la caída de participación y transacciones con tarjeta de crédito tiene múltiples explicaciones", entre las cuales resalta:

En este sentido, el economista Damián Di Pace, director de Focus Market, coincide en que la crisis derivada por el parate que impone la cuarentena es el principal catalizador de la baja en las compras con este medio de pago.

"La restricción del ingreso está generando expectativas negativas en el consumidor y las familias están dispuestas a consumir con el ingreso presente debido a la incertidumbre sobre el flujo de ingreso futuro", indica a iProUP Di Pace, autor del libro Economía de a Pie.

Por su parte, el economista Ignacio E. Carballo, director del Ecosistema de Programas Fintech en la UCA, afirma a iProUP que se trata de un "gran informe que revela un 'dato muy malo', ya que la agonía del consumo con crédito es negativo no sólo para los bancos y marcas de tarjetas sino también para la economía del país".

"Es alarmante, y causa y consecuencia de la caída en la economía y la producción. El principal perjudicado es la micro, la mediana y la pequeña empresa que vende menos porque la gente compra menos", completa.

Más allá de la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia a nivel local, la Argentina viene arrastrando un proceso de deterioro de acceso al crédito. La última estocada se conoció en los últimos días: los bancos reducirán desde septiembre los montos para compras en cuotas de los plásticos.

"¿Cuańto hace que no ves que te llega por debajo de la puerta una tarjeta de algún banco? Se trata de un producto muy cascoteado", confía a iProUP una importante fuente del sector en estricto off-the-record, quien agrega que la problemática no sólo abarca a los consumidores sino también a las otras dos patas del negocio:

El "cóctel fatal" para el uso de crédito también tiene su corolario en el nivel de uso de tarjetas activas, es decir, utilizadas al menos una vez durante los últimos tres meses: bajó 6,34%, mientras que débito y prepaga avanzaron 4,66% y 73,37%, respectivamente.

De acuerdo con el informe de Prisma, la caída es general en todo el país: no hay una sola provincia en la que no se haya reducido el número de plásticos activos, que van desde el 21% de Santiago del Estero y el 14% de Formosa hata el 6,3% y el 3,88 de provincia de Buenos Aires y Capital Federal, respectivamente.

El Índice Prisma muestra, además, dos cuestiones relevantes sobre la financiación que eligieron los argentinos:

"Los planes de financiación gubernamentales 'Ahora' tienen tasas muy competitivas que hicieron que se sostenga la oferta de cuotas para plazos largos", argumenta Ballarino. En efecto, el costo financiero total de estos programas está en el orden del 20 y 26% anual.

Por su parte, Carballo afirma que es lógico que todo el crédito "se haya ido todo a planes subsidiados, ya que el argentino no sabe qué va a pasar mañana, pero sí que en un año y medio esa cuota se licúa".

"La Argentina está mal en educación financiera, pero ya dijeron la CAF y el BCRA que en entendimiento de inflación competimos contra todos los países de la OCDE y salimos mejor rankeados que Alemania. Sabemos que si tenemos que pagar algo a 18 meses, es un gran negocio", completa.

En ascenso

A partir de la caída del uso de crédito, los usuarios argentinos apelaron a la tarjeta de débito cuya cantidad de plásticos activos aumentó casi en todo el país, con Tucumán (21%) y Capital Federal (19%) registrando los mayores crecimientos. Otro dato: se redujó 6,3% en provincia de Buenos Aires, lo que -junto a la baja de las de crédito- evidencian el derrumbe del consumo en el distrito más habitado del país.

"La tarjeta de débito históricamente crece en transacciones, ya que las cuentas bancarias tienen un plástico asociado y son un modo muy accesible de utilizar el saldo", indica Ballarino, de Prisma.

En este sentido, el directivo remarca que "si bien algunas algunas personas priorizan el uso de débito frente al efectivo y crece su participación en el ecommerce, la caída del consumo generada por la COVID-19 hizo que se desacelere su crecimiento".

Si bien las compras representaron casi 40 pesos de cada $100 usados con débito, el resto de las operaciones se efectuaron para hacerse de efectivo: $57 se retiraron en cajeros automáticos (que registraron baja de 20% en transacciones por  aumento de los topes de extracción) y $3 en comercios. 

 

"No hay incentivos y existen temores sobre si pierdo beneficios fiscales si no saco toda la planta del banco. Pero hay que vincularlo a dónde está comprando más la gente: si cierran los shoppings y las galerías, y se retringe el acceso a súper e hípermercados, entonces va al comercio de cercanía", indica Carballo.

Y añade: "Es su salida recreativa, realiza más compras pero de bajo monto: hace menos colas, reduce la posibilidad de contagio y hace más rápido pagando con efectivo".

Si bien el débito fue el gran ganador durante el aislamiento, el premio al medio de pago revelación se lo está llevando la tarjeta prepaga, que creció 285% en la cantidad de transacciones y arañó el 5% de la torta de medios de pago. 

Su alza es parte del mismo fenómeno: al recargarse con efectivo o transferencia, estos plásticos no permiten financiar, pero son reconocidos por los procesadores de pago como tarjetas de crédito para el ecommerce o plataformas online, como Netflix o Spotify.

"Es un crecimiento muy importante, pero venimos de la nada, todavía es un nicho marginal", asegura Carballo, quien destacó el rol de la tarjeta Alimentar en la educación financiera.

En este sentido, Carballo destaca que se trata de "una bancarización sin precedentes, ya que de los 8 millones que cobran el IFE, unos 2 millones sacaron un CBU y obtuvieron una tarjeta de débito". Y resalta que si bien el 90% sacó todo el dinero, el 10% lo usó para consumo presencial o ecommerce, Mercado Libre y aplicaciones de delivery.

Y agrega: "Es un caso de éxito de bancarización, porque quien la está usando está rompiendo la barrera al uso por parte de la demanda. Si se acostumbra y una fintech le ofrece una prepaga con beneficios, la utilizará. Y se logrará gracias a una política de Estado".

Con respecto a las fintech, Di Pace agrega que "están teniendo una participación creciente en medios de pago, casi duplicando los indicadores interanuales, y registraron un alza gracias a la billeteras y botones de pago en comercios minoristas".

A futuro, el director de Focus Market remarca que "la tendencia a la racionalidad del gasto va a estar muy presente", por lo que advierte que no habrá una recuperación del consumo en el corto plazo.

"Los efectos de la actual contracción de la economía van a actuar con rezago, como pérdida de ingreso, caída del salario y devaluación del peso y mayor evolución de la inflación de los próximos meses", destaca.

Mientras tanto, las tarjetas de crédito no son tan atractivas para los consumidores argentinos quienes hasta que no haya medidas más claras sobre la salida de la cuarentena y mayores incentivos al crédito se mantendrán cautelosos.

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