Luego de batir varios récords, el dólar blue permaneció estable en las últimas semanas pero en valores altos, de alrededor de $126.

Así, la brecha se ha mantenido cerca del 75% respecto al oficial, que se mueve en torno a los $71. La diferencia también se replica con las cotizaciones del dólar financiero, como el MEP o el contado con liquidación. 

Esa brecha pone presión devaluatoria sobre el Banco Central (BCRA), dado que el tipo de cambio fijado por la entidad empieza a parecer barato en relación a las otras referencias. Es por eso que los ahorristas se apuran a comienzo de cada mes para comprar sus u$s200 a precio "solidario" que, aun con el recargo del 30%, queda debajo del blue. 

"La operatoria de compra por home banking se aceleró por la ampliación de la brecha", señala a iProUP el ejecutivo de un importante banco de la City que no le pierde pisada a la divisa. Y grafica la situación: "De enero a marzo quedábamos prácticamente en cero entre compra y venta. En abril ya empezó a acelerarse la venta y más aún en mayo, por efecto de la brecha".

Ante la percepción de un dólar oficial que se mantuvo quieto mientras la inflación sigue sin dar tregua y el blue se mantiene por las nubes, iProUP consultó a varios economistas para conocer sus opiniones sobre si Argentina ingresó (una vez más) en etapa de atraso cambiario.

Es decir, si vuelve a estar cara en dólares. Además, dan cuenta sobre qué puede pasar con el billete verde una vez que se termine la negociación de la deuda

¿Está atrasado el dólar oficial? 

El atraso cambiario implica que el peso está alto (apreciado) en relación con la moneda estadounidense. Esto afecta el comercio exterior, ya que incide sobre la competitividad cambiaria, influye en las inversiones extranjeras en el país y, además, presiona hacia una corrección en los mercados

Para medirlo, se recurre al índice de tipo de cambio real, que compara el valor del peso contra:

- Otra moneda, lo que se conoce como índice bilateral

- O una canasta de monedas, que se denomina multilateral

 

"El oficial está atrasándose nuevamente", advierte señala a iProUP Melisa Sala, economista jefe de LCG.

Añade que "el Banco Central está controlando la depreciación a una tasa prácticamente fija: 0,13% por día. Esto, en medio de un contexto en que los signos monetarios de otros países de la región pegaron un salto en los últimos dos meses".  

"Medido en términos reales, el dólar oficial es similar al de 2011, cuando Argentina perdió los superávits gemelos y debió establecerse el cepo para frenar la salida de reservas provocada, entre otras cuestiones, por el atraso", señala la economista.

Pero aclara que otras cotizaciones tampoco parecerían estar en valores de equilibrio. "En el otro extremo, el dólar libre ajustado por inflación presenta un nivel de depreciación excesivamente elevado del peso, comparable con el alcanzado en el overshooting de 2002", afirma Sala.

En las últimas semanas, el Banco Central devaluó el peso a un ritmo diario de 0,13%

Fernando Marull, economista de FM&A, coincide en el diagnóstico. "El dólar oficial está atrasado. Eso se refleja, por ejemplo, en que el Gobierno tiene que seguir endureciendo cada vez más el cepo cambiario, lo que indica que hay un claro desequilibrio", afirma a iProUP.

Para Gabriel Caamaño, socio de Consultora Ledesma, deben tenerse en cuenta varios aspectos para dar un pronóstico en medio de tan alta incertidumbre. "Es muy difícil decir cuál es el tipo de cambio real que podría asegurar el equilibrio de la cuenta corriente en el corto y largo plazo, así como en el proceso de convergencia", indica a iProUP .

"Hoy, la cuenta corriente, en términos devengados, es superavitaria. En términos de caja, es deficitaria. Es como que el tipo de cambio real está bien para un montón de cuestiones de la economía real, pero no cierra desde el punto de vista financiero", sostiene el economista, quien argumenta que la brecha juega un rol central en las expectativas de devaluación. 

El valor de equilibrio

"Si bien no existe un tipo de cambio real de equilibrio, parecería que debería estar ubicado entre estos dos extremos marcados por el oficial y el libre", estima Sala.

"Usando como parámetro el nivel de competitividad, ajustado por el diferencial de presión tributaria que tenía Argentina durante 2003-2005, el dólar debería ubicarse en el rango $95 y $105, casi 50% por encima del nivel actual pero 15% por debajo del contado con liquidación", calcula. 

Otra forma de proyectar un valor de equilibrio es a partir de la relación entre los pasivos del BCRA y las reservas. Según ese modelo, Sala indica que "también se confirma la hipótesis de que el tipo de cambio real oficial quedó muy por debajo mientras que el contado con liquidación luce alto, ya que el tipo de cambio de convertibilidad se ubica hoy en torno de los $100".

Los economistas coinciden en que el tipo de cambio oficial luce atrasado y en que la brecha con las cotizaciones paralelas pone presión para una devaluación en los próximos meses

"El oficial no está holgado. Eso es seguro. Sin embargo, con tanta incertidumbre no se le puede poner un precio exacto", apunta Caamaño. Y añade:  "Lo que sí está claro, y se refleja en el mercado de cambios, es que este equilibrio no cierra. Tanta incertidumbre no es sustentable".

Para determinar el valor de equilibrio también juega la devaluación de los socios comerciales, especialmente de Brasil. Cuando se deprecian las monedas de la región, aparece un "efecto contagio" en el valor del peso. 

"Se pudo haber flexibilizado un poco la presión sobre el tipo de cambio porque el dólar pasó de 6 a 5 reales, su nivel previo a la crisis. En Argentina, esa descompresión se vio en en el paralelo y en la brecha, que bajó 10 puntos", analiza Marull.  Y suma: "El impacto del movimiento de las monedas emergentes no se refleja en el oficial, que no siguió a estas divisas durante la crisis". 

¿Puede haber una corrección? 

La incertidumbre a la que se refieren los economistas tiene un factor fundamental, que es la renegociación de la deuda con los acreedores. 

"La dinámica actual del tipo de cambio responde a una decisión de política –asegura Sala–. Esperaría que una vez arreglado el tema de la deuda, el Gobierno comience a sincerar el dólar oficial".

La economista considera que la aceleración de la depreciación cambiaria, incluso, "será un pedido del FMI". Y advierte que "no tiene sentido arrastrar una inconsistencia más, sobre todo cuando la inflación se mantiene ‘contenida’ por efecto de la recesión que deja la pandemia y el confinamiento", argumenta. 

Una vez cerrada la negociación, el Gobierno deberá avanzar en los detalles de su programa económico y para eso tendrá que tomar una decisión sobre la evolución del mercado cambiario. 

El ministro de economía, Martín Guzmán, continúa negociando el canje de la deuda con los acreedores

"Todo dependerá de cómo se resuelva el tema de la deuda. A partir de ahí, se rearmará todo el programa fiscal y monetario, que determina cuál es el anclaje de expectativas y, en consecuencia, cuál será el tipo de cambio real de corto y largo plazo, junto con que acompañará el proceso de convergencia", anticipa el economista de Caamaño. 

En igual sintonía se expresa Marull: "Post arreglo, deben dar señales fiscales y monetarias, sobre todo fiscales. Para que la reestructuración tenga éxito el día después, la experiencia internacional dice que hay que mostrar un superávit y lo cierto es que en 2020 vamos a terminar con un déficit primario mínimo de 5,5%". 

"Durante los primeros años post reestructuración, hay que mostrar un superávit para poder volver a los mercados fluidamente. Además, si el Gobierno no arregla con el total de los bonistas, no va a poder volver a obtener financiamiento", cierra Marull en referencia a las negociaciones que el ministro Martín Guzmán todavía está llevando adelante con los acreedores.

Te puede interesar