El banco estadounidense Citigroup (Citi), uno de los pesos pesados de Wall Street, sorprendió al mercado con un informe que revisa al alza sus estimaciones para las dos principales criptomonedas del mundo: Bitcoin y Ethereum.
En un contexto donde el interés institucional vuelve a crecer y los marcos regulatorios comienzan a ofrecer mayor previsibilidad, la entidad financiera considera que ambos activos digitales podrían alcanzar valores significativamente más altos hacia 2025.
Este cambio de perspectiva refleja una transformación más amplia en la forma en que la banca tradicional observa al ecosistema cripto.
Lejos de considerarlo un fenómeno marginal o puramente especulativo, Citi sostiene que Bitcoin y Ethereum están avanzando hacia una mayor integración financiera, especialmente a través de productos regulados como los fondos cotizados en bolsa (ETF).
Cuánto subirán Bitcoin y Ethereum según Citibank
Según el informe, Citi estima que Bitcoin podría alcanzar los u$s133.000 hacia finales de 2025. Este objetivo representa una suba relevante frente a los niveles actuales y se apoya principalmente en el flujo de capital que ingresó al mercado tras la aprobación de los ETF de Bitcoin en los Estados Unidos.
De esta forma, superaría su récord histórico de 126.000 dólares. Para el banco, estos instrumentos marcaron un antes y un después al permitir que grandes inversores accedan al activo sin exponerse a la complejidad técnica de su custodia.
En el caso de Ethereum, la proyección es más moderada pero igualmente optimista: Citi ubica su precio cerca de u$s4.500. A diferencia de Bitcoin, cuyo principal atractivo es su rol como reserva de valor, Ethereum se destaca por su utilidad tecnológica.
La red es la base de la mayoría de las aplicaciones de finanzas descentralizadas (DeFi), los contratos inteligentes y los sistemas de tokenización, algo que le otorga un valor funcional de largo plazo.
El informe también contempla escenarios alternativos. En un contexto especialmente favorable, Bitcoin podría escalar incluso por encima de los u$s180.000 en los próximos 12 meses, mientras que Ethereum superaría los u$s5.000.
Sin embargo, Citi aclara que estos niveles dependen de que se mantenga un entorno macroeconómico estable y continúe el interés institucional.
Los factores clave detrás del optimismo en Bitcoin y Ethereum
Uno de los pilares centrales del pronóstico de Citi es el crecimiento de los flujos institucionales. Desde la aprobación de los ETF cripto, grandes fondos de inversión, aseguradoras y gestores patrimoniales comenzaron a sumar exposición a Bitcoin y Ethereum como parte de carteras diversificadas.
Para el banco, este fenómeno reduce la volatilidad extrema y aporta una base de demanda más estable.
Otro aspecto clave es el mejor clima regulatorio, especialmente en los Estados Unidos. Si bien aún existen debates abiertos, Citi considera que la mayor claridad legal disminuyó el riesgo percibido por los inversores tradicionales. Esto se traduce en más capital ingresando al ecosistema y en un marco más favorable para el desarrollo de nuevos productos financieros.
El banco también explica que el mercado parece haber dejado atrás una etapa de sobrevaloración especulativa. Tras las fuertes correcciones de precios registradas en ciclos anteriores, Bitcoin y Ethereum muestran una relación más estrecha entre precio, uso real y actividad en la red. Esta maduración del mercado refuerza la tesis de que los activos digitales están construyendo un piso más sólido para futuras subas.
No obstante, Citi advierte que la volatilidad seguirá siendo elevada. Factores como cambios en la política monetaria, tensiones geopolíticas o decisiones regulatorias inesperadas pueden generar movimientos bruscos en los precios. Por eso, el banco recomienda interpretar sus proyecciones como escenarios probables y no como certezas absolutas.
El informe de Citi confirma que Wall Street mira al cripto con otros ojos. La posibilidad de que Bitcoin y Ethereum se consoliden como activos estratégicos dentro de carteras institucionales marca un cambio estructural en el sistema financiero global.
Para los inversores, esto implica nuevas oportunidades, pero también la necesidad de comprender los riesgos asociados a un mercado que aún se encuentra en evolución.