La inteligencia artificial (IA) crece en uso, también en aplicaciones. ¿Cuántas veces se duda sobre si un video es real o es de IA? Y si eso sucede en contenidos triviales o de entretenimiento, qué podría pasar en temas más relevantes.

Por eso ya empiezan a rondar en las agencias los directores de confianza, un nuevo empleo que cuenta con grandes proyecciones a futuro.

Directores de confianza: qué hacen

Martín Gerding, director de Page Executive en PageGroup Argentina, señala a iProUP que se trata de un rol C‑level que "asegura credibilidad y transparencia en todo lo que hace la empresa: desde campañas y contenidos hasta datos, IA y privacidad".

"Su misión es convertir la confianza en un sistema medible y gestionado", señala Gerding, quien enumera sus tareas:

Para Natalia Rebecchi, Head of draftLine AR, Connections & Data de Draftline, habría que pensar más allá de un puesto individual: "Lo que necesitamos es un cambio de mentalidad transversal".

"La confianza no puede depender de una persona, sino que tiene que atravesar la forma en que trabajamos y tomamos decisiones. En un momento en que la IA empieza a intervenir en nuestras comunicaciones, la autenticidad pasa a ser una responsabilidad colectiva", advierte.

Según Rebecchi, "no se trata de sumar una capa de control, sino de fortalecer una mirada compartida sobre cómo usamos la tecnología para potenciar ideas sin perder la esencia humana".

"Construir confianza hoy implica que todos –estrategia, creatividad, medios y data– incorporemos el criterio y la sensibilidad para garantizar que lo que decimos y hacemos sea verdadero y coherente con el propósito de cada marca".

Directores de confianza: cuánto cobran

Rosangie Chirino, IT Talent Acquisition Specialist en Adecco, asegura a iProUP que "hacia 2030, es probable que el director de Confianza sea una figura establecida dentro de las estructuras organizacionales, al igual que lo fueron en su momento los roles de sostenibilidad o diversidad. Hoy está en una etapa de exploración, pero el avance de la IA y la regulación de su uso están acelerando su adopción".

Es cierto que todavía no tiene una presentación formal, pero este rol ya está en varias organizaciones. "Muchas veces está disfrazado: en tecnología aparece como Chief Trust Officer, en medios como responsable de integridad y en producción como supervisor ético o de compliance", cuenta Martín Llarin, cofundador de VOIDLab.

"En publicidad todavía se está afianzando, pero va a ser clave. Lo notamos cada vez que una marca pide contenido generado con IA: ya no se trata solo de presupuestos o velocidad, sino por el nivel de control y transparencia. Eso ya es demanda de confianza", afirma Llarin.

No solo las expectativas laborales son buenas para este rol. Los salarios ya arrancan desde una buena base. Según Chirino, "suelen equipararse a los de un director de comunicación o de innovación".

"En posiciones senior, pueden superar los u$s5.000 mensuales, especialmente en mercados donde la gestión de la confianza y la reputación digital tienen un peso estratégico", revela.

Agustina Garavilla, Global Head of Operations & Partner de GUT, añade que "la confianza es una construcción, parte de conocer algo por primera vez e iniciar el proceso de familiarización, conexión, interacción, usabilidad".

"La IA ya es parte de nuestro presente",. Creo que estamos justamente en ese momento de conocimiento, descubrimiento y un constante factor sorpresa", refuerza.

Según una encuesta de MIT Sloan, el 11% de las empresas medianas y grandes ya incorporó este rol, y otro 21% está en proceso de búsqueda.

"La proyección apunta a que será un rol clave hacia 2030, cuando la IA esté plenamente integrada en procesos comerciales, educativos y gubernamentales", sostienen desde Faro HR.

En cuanto a su formación, "se valoran perfiles híbridos con experiencia en ética de la tecnología, comunicación institucional, derecho digital y transformación organizacional. Es un rol que exige sensibilidad narrativa, visión estratégica y capacidad de diálogo entre áreas diversas", dicen desde FARO HR.

Y añaden que "son perfiles nuevos, propios de este tiempo y que requieren pasar por un proceso de construcción para luego evolucionar y madurar junto con las mismas organizaciones. Como todo rol emergente, va a iterar en un proceso de prueba-resultado hasta lograr cierta estabilidad".

Directores de confianza: qué rubros los buscan

"Las industrias que primero están tomando conciencia son tecnología, salud, finanzas, comunicación, ventas y marketing, donde el valor de la credibilidad impacta directamente en la decisión del consumidor", indica Herno Gómez, cofundador de Trabajá Mejor y socio creativo de Targo Agency.

Para este experto, "hoy el diferencial no está solo en la creatividad o el producto, sino que en cuánto confía el público en lo que esa marca promete".

Sebastián Maciarello, gerente de Selección y BPO de Auren, señala que "el crecimiento de las regulaciones sobre IA y privacidad, como la Ley Europea de IA o las normas de transparencia algorítmica que se discuten en la región, hará que el puesto gane protagonismo rápidamente".

"No se trata de un perfil puramente técnico. Combina conocimientos en ciencia de datos, ciberseguridad y comunicación institucional, con una fuerte base en ética, gobernanza digital y liderazgo organizacional", suma Maciarello.

En este sentido, cada vez más universidades y centros de innovación "ofrecen programas específicos en IA responsable o gestión de confianza digital, pensados para quienes aspiran a estos cargos", cuenta el líder de Auren.

"Lo que definirá a las empresas, marcas y agencias durante los próximos años será la capacidad de aprender rápido, adaptarse y combinar lo mejor del talento humano con la IA", detalla Garavilla.

Por eso, esta especialista no cree que la resolución sobre la confianza "dependa solamente de incorporar un rol de un director que certifique que es verídico y que no. Tiene que ser parte del sistema integral, del modelo operativo y de gestión. Todas las personas que forman parte de la empresa deben tener conocimiento e incorporar estos filtros".

Y concluye: "No está en juego la confianza en las marcas solamente, sino también la confianza en la manera en que nos relacionamos como personas".

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