A los problemas estructurales del mercado laboral argentino se sumó la profundización de la crisis económica que trajo la crisis sanitaria, la caída de la actividad, el cierre de empresas y comercios, y la consecuente pérdida de empleos.

El fenómeno no fue solo argentino sino global. Datos de Naciones Unidas dan cuenta de que este año habrá una pérdida mundial de 75 millones de puestos de trabajo y 205 millones de desocupados para 2022, concluyendo que no habrá recuperación del mercado laboral hasta 2023.

Mientras tanto, en un carril paralelo, avanza próspera la transformación digital, crecen el comercio y los pagos electrónicos, las aplicaciones, y la tecnología penetra en cada resquicio de la vida cotidiana, demandando más y más profesionales.

Lo que a simple vista puede leerse como una situación ideal, para el mercado es un problema por la enorme brecha que existe entre la oferta y la demanda de profesionales del conocimiento. Especialmente, en el rubro del software, que deja cerca de 5.000 puestos al año sin cubrir y puede alcanzar 15.000 si se considera la demanda insatisfecha en otras industrias.

Este escenario no solo complica a las empresas a la hora de contratar talentos, sino también la posibilidad de retenerlos, por las condiciones laborales y los salarios que estos profesionales exigen en un mercado de pleno empleo, donde son las firmas las que salen a buscarlos y no al revés.

Los sueldos más caros del mercado

Un informe de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI) y el Observatorio Permanente de la Industria del Software y Servicios Informáticos (OPSSI), señala que entre enero de 2020 y julio de 2021, el salario promedio de la industria IT aumentó al doble en pesos:

De acuerdo con el estudio, las remuneraciones en promedio duplican el valor de la canasta básica para un hogar de cinco integrantes en el Gran Buenos Aires.

Mientras que en montos que representan la mediana, es decir, la línea que divide al 50% de los profesionales con salarios más altos y el 50% con los más bajos, el estudio grafica la siguiente proyección:

El informe se hizo en base a 35.403 posiciones y no incluye a profesionales independientes, a quienes trabajan en las áreas informáticas de empresas que no son específicamente de software y prestan servicios en modo freelance en el exterior.

Por su parte, el Estudio de Compensaciones, Beneficios y Tendencias de Hucap al que accedió iProUP, destaca a noviembre de 2021 los siguientes puestos y salarios promedio:

El estudio releva un total de 12.425 puestos, que agrupados, conforman casi 500 posiciones distintas del mercado general, correspondientes a un total de 121 empresas.

Natalia Terlizzi, CEO de Hucap, aclara a iProUP que, las posiciones de Sistemas, IT y Nuevas Tecnologías, frente a un cambio laboral, suelen tener pretensiones salariales que distorsionan las equidades internas de las empresas y, en amplios márgenes, lo que perciben actualmente, además de que muchos de estos perfiles trabajan para el exterior y cobran en moneda dura.

Por la alta demanda, los profesionales IT piden entre 30 y 50% por encima de su salario actual

Según la experta, "las organizaciones que son nacionales y buscan profesionales en Argentina no pueden pagar en dólares y se les hace muy difícil competir".

"Además, como somos nosotros los que estamos saliendo a buscar a esos profesionales, pueden llegar a pedir entre 30% y 50% por encima de lo que perciben hoy, mientras que los que están trabajando afuera piden sueldos en dólares. Y, cuando podemos ser competitivos en términos salariales, los perfiles ponen mucho énfasis en el entorno tecnológico en el que van a trabajar", completa.

Pablo Iacub, presidente de la firma de software Calipso, asegura a iProUP que cada vez son más los profesionales trabajando en compañías estadounidenses, europeas, e incluso chilenas o brasileñas, y con la cotización oficial es muy difícil igualar otras propuestas.

"Se disputan los recursos con las empresas que exportan y las del exterior. Por ejemplo, una firma que vende a u$s70 la hora en Estados Unidos, el Banco Central le liquida a un dólar de $105. ¿Cuánto le puede pagar a un programador teniendo en cuenta que las cargas sociales son altísimas?", plantea el ejecutivo.

Y añade: "Ese profesional puede ganar el triple trabajando para el exterior que lo que podría ganar acá: son sueldos imposibles de empardar en Argentina, mientras que para afuera son recursos baratos".

Para Gustavo Guaragna, CEO de Snoop Consulting y Responsable del Observatorio de SSI, uno de los factores que impacta en la formación de los salarios más caros del mercado laboral es el home office, que aumentó durante la pandemia e incrementó la rotación.

"Una vez que un profesional está trabajando de manera remota, le da lo mismo hacerlo para una empresa u otra. Hay cuestiones como lo cultural o la cercanía de la oficina con el hogar, que hacen a la retención, que con el teletrabajo ya no están", lamenta.

Otro de los puntos que "mete presión", agrega, en sintonía con Iacub, es el desdoblamiento cambiario. Muchos trabajan para empresas foráneas y cobran su sueldo sin blanquear a dólar billete.

Sobre este tema, Guaragna agrega que hubo una explosión de freelancers al exterior y luego se dio una merma. Ante la pregunta sobre quienes perciben su sueldo en dólares, en la encuesta de enero hubo un 11% de respuestas positivas y en el relevamiento de julio cayó a un 9%.

"Tengo algunas conjeturas sobre este tema", señala el ejecutivo, y las enumera:

"Creo que en algunos casos hay un rebote de gente que probó un esquema más informal y está volviendo a valorar el empleo formal", agrega.

Aumentar la oferta

Para la industria, la única manera de resolver esta distorsión de los sueldos y la falta de talentos es aumentando la oferta. En ese sentido, Guaragna agrega que el país tiene una oportunidad enorme para crecer y el déficit de profesionales está afectando esa capacidad.

"La industria está haciendo una distribución de la riqueza mucho más eficiente que otras. Realiza un esfuerzo enorme, porque los márgenes no mejoran. Muchas firmas están haciendo una redistribución o sacrificando esos márgenes para retener a los profesionales", enfatiza.

Añade que existe un factor diferencial entre los profesionales que están insertos en una compañía y los que trabajan solos en modalidad freelance. "Cuando tenés organizaciones de cualquier tipo, hay una distribución del trabajo. En la búsqueda de eficiencia, se delegan tareas y se genera trabajo para super especialistas, pero también para personas que se están formando, como perfiles junior o senior".

También remarca que parte del problema es la capacitación. Aunque existen iniciativas de formación que provienen del ámbito privado y de las cámaras del sector, Guaragna opina que el "sistema educativo formal está siendo muy lento para reaccionar".

El panorama es complejo, porque lejos de achicarse este gap entre oferta y demanda de profesionales de sistemas, crece. Para Terlizzi es necesario estimular a las nuevas generaciones a seguir carreras tecnológicas, aunque no cree que la situación pueda resolverse en el corto plazo.

"Más allá de si son posiciones en empresas locales o en el exterior, se crean más vacantes que profesionales. Muchos de esos perfiles, ni siquiera se gradúan. Hace 10 años atrás nadie imaginaba que el mercado iba a atravesar esto", dispara la experta.

Para Iacub, la industria del conocimiento se encuentra en una situación en la que todos los esfuerzos que puedan hacerse para formar profesionales no serán suficientes para satisfacer la demanda.

A las firmas locales se les dificulta pelear contra las compañías del exterior que pagan en dólares

"Veo un panorama muy complicado y sin solución, en el que las firmas del exterior pueden tomar todos nuestros recursos sin inmutarse. En esta coyuntura van a caer muchas empresas, porque no se puede competir, y varias cosas ya no van a poder hacerse aquí. Estamos perdiendo capacidad industrial", completa.

Argentina corre el riesgo de perder la carrera de la transformación digital si este escenario no se resuelve en el corto plazo. Quizá, si las condiciones macroeconómicas mejoran, las empresas locales puedan ofrecer mejores condiciones a estos profesionales y ellos a su vez elijan desarrollarse en el país sin resignar calidad de vida. Habrá que ver si estas condiciones se cumplen.

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